Una noche, un ladrón ruso de nombre Eduard entró a robar al apartamento de un hombre de 30 años que estaba incapacitado y debía usar muletas para caminar. Comenzó a recolectar los objetos de valor, pero el hombre despertó de pronto.
Cuando la víctima abrió los ojos, vio la oscura silueta del criminal parado junto a su cama, así que se puso a gritar pidiendo ayuda. El ladrón comenzó a golpearlo con los puños para hacerlo callar y, en medio de la reyerta, el pobre hombre alcanzó a tomar una de sus muletas, con la que propinó un fuerte golpe en la entrepierna del ladrón.
El atacante acusó el impacto y saltó por la ventana. Era un primer piso, así que la caída no debió provocarle mucho daño, pero el golpe con la muleta resultó ser brutal pues unos minutos después el atacado encendió las luces y notó un bulto sanguinolento en el suelo. Al acercarse para examinarlo se dio cuenta de que se trataba de ¡un testículo humano!
Rápidamente, lo puso en agua fría y llamó a los servicios de emergencia una y otra vez, pero los médicos siempre le colgaban cuando les contaba que le había arrancado un testículo a un ladrón. Pensarían que era una broma de mal gusto.
Media hora después, el ladrón cubierto de sangre fue hallado inconsciente por un peatón, quien llamó a la policía y estos a una ambulancia. Cuando el asaltante recobró la conciencia, lo único que decía era que quería sus bolas de vuelta.
Los genitales de Eduard estaban tan traumatizados que debieron extirpar el escroto entero para prevenir una infección. Este levantó una demanda contra su víctima y dijo que jamás olvidaría lo que le había hecho aquel hombre.
Parece que una muleta es un arma bastante efectiva.
Premio Darwin: Mención Honorífica.
Fuente: Tecnoculto
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Un joven ladrón mira con nostalgia un gran cuchillo en unos almacenes en EE.UU:.Este cuchillo destaca sobre otros en el expositor. Un cuchillo de esta magnitud debía haber sido diseñado para competir con búfalos.
De pronto el ladrón debe se ve como un macho con el cuchillo atado a la cadera paseando por la calle. Cubierto a su alrededor con una piel de búfalo, los cuernos en su casco, como los vikingos, el guerrero! Estos delirios de grandeza, junto con la falta de dinero y carencia de sentido común, lo llevaron a hurtarlo de la vitrina y salir de los almacenes. El cuchillo se resbaló dentro de la parte delantera de sus pantalones. Al parecer, su sentido común se había esfumado.
Recuerde, dos de los mayores atributos del cuchillo eran su longitud y su filo: dos atributos que nadie en su sano juicio quiere tener en la parte delantera de sus pantalones. Y cuando el muchacho corrió para escapar con su premio, sufrió cortes por debajo del cinturón.
Para abreviar una larga historia, el muchacho terminó en el aseo de un restaurante cercano, goteando sangre por la pierna. La policía fue llamada y el muchacho confesó. Afortunadamente, terminó el herido con más vergüenza que gravedad, con sólo unos cortes. Pero una gran porción de su ego se había perdido.
Fuente: darwin awards
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