Tras 27 años de su prohibición, la NASA ha encontrado aún en la atmósfera grandes cantidades de un compuesto químico que destruye la capa de ozono. Este compuesto, el tetracloruro de carbono (CCl4), se usó de forma intensiva en múltiples de productos, desde extintores a líquidos refrigerantes pasando por pesticidas. Prohibido en el Protocolo de Montreal en 1987 por su efecto dañino sobre la capa de ozono, hoy se siguen detectando importantes emisiones del mismo. El problema: nadie sabe de donde provienen.
Tras la firma del Protocolo de Montreal, se había calculado que la concentración de CCl4 en la atmósfera debería haber descendido un 4% anual. Sin embargo, solo lo ha hecho un 1% anual. Los científicos están perplejos por los datos. Nadie sabe si hay algún proceso de descomposición del CCl4 desconocido que lo hace permanecer más tiempo en la atmósfera de lo que se estimaba o si hay países e industrias que están contaminando ilegalmente. Sea como fuere, pese a que el problema parecía olvidado, la capa de ozono sigue amenazada.
Fuente: NASA