“Una de cada cinco chicas ha sufrido al menos una vez abusos sexuales con contacto físico, frente a cerca del 8% de los chicos”, afirma Manuel Eisner, coautor de un estudio que presentó recientemente la fundación UBS Optimus.
En muchos casos estas agresiones tienen consecuencias dramáticas. “Las víctimas son más propensas a padecer problemas de salud, como depresión u otras enfermedades psíquicas, que el resto de la población”, reconoce Patricia Lannen, coordinadora del estudio y miembro de la fundación Optimus.
Además, estas tragedias personales repercuten en la comunidad. Varios estudios realizados en Estados Unidos concluyen que todas las formas de negligencia y abusos físicos o psíquicos contra niños representan costes anuales superiores a los 100 000 millones de dólares, o sea el 1% del PIB.
Prevención y factores de riesgo. El estudio se concentra también en los factores de riesgo. Quienes sufrieron episodios violentos durante la infancia tienen más probabilidades de padecer abusos en la adolescencia o de cometerlos. Y el riesgo aumenta, por ejemplo, si se consumen drogas o alcohol.
Se habla de ello, con los amigos. Otro elemento que emerge del estudio es que solo una mínima parte de las víctimas que han sufrido abusos sexuales acude a servicios especializados (4%) o a la policía (5%). Cuatro de cada diez jóvenes confiesan no haber hablado jamás con nadie de su experiencia. El 60%, en cambio, sí la ha compartido con amigos o conocidos y –en segundo lugar- con algún miembro de la familia.
Internet. Los abusos con contacto físico constituyen solamente la punta del iceberg. Los casos en los que no se produjo contacto físico son más numerosos: 397 de 1 000 chicas (y 199 de 1 000 chicos) se han visto confrontadas con actos de exhibicionismo, han sufrido agresiones sexuales verbales o a través de los medios electrónicos, o han sido obligadas a mirar imágenes de contenido pornográfico.