El asunto llegó la semana pasada al Juzgado de lo Penal nº1 de Pamplona, donde el fiscal pedía para el joven 8 meses de cárcel y 1.440 euros de multa por falsedad en documento mercantil, mientras que la defensa solicitaba la absolución. El juez dictó sentencia al término de la vista oral: absuelto por tratarse de una «falsedad tan burda y grosera que no puede inducir a error». En estos casos, cuando la copia es tan mala que no puede inducir a confusión alguna, la jurisprudencia se posiciona por la absolución del acusado.
El joven reconoció los hechos. Su abogado, Eduardo Ruiz de Erenchun, solicitó la libre absolución argumentando en primer lugar que el ticket de la Ora no es un documento mercantil sino oficial y que la copia realizada por su defendido era demasiado burda. Y se apoyó para defender esta tesis en el propio ticket y en las palabras de los testigos.
Los policías municipales que analizaron el ticket afirmaron que había «importantes diferencias» entre el ticket falso y el original. Para empezar, el falso era de un tamaño más grande, la tipografía de la letra era distinta, el color también (más blanquecino) y el reverso no contaba con inscripción alguna, algo que sí se da en los originales. «No es una falsificación buena», añadieron los peritos. El propio controlador de la zona azul dijo que enseguida se dio cuenta de que era distinto. «Me quedé estupefacto cuando vi un ticket tan diferente a los otros con el día y la hora correctos».
El juez destacó las «diferencias evidentes con el original» y que el controlador no tuvo ninguna duda para estimar que la copia era burda. Por tanto debía absolverse, si bien sugirió al acusado que no lo hiciera más. Recordó que hay un condenado por falsificar un ticket de la Ora. «Pero no era tan burda y grosera como ésta».
[Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
Arriba, un ticket de la zona azul original. Abajo, la copia que la semana pasada llegó a juicio.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]