La nueva lavadora WF457 de Samsung puede ser controlada desde cualquier lugar de la casa vía smartphone o tablet gracias a una aplicación especialmente desarrollada para esta tarea, de modo que se pueden iniciar o parar los ciclos de lavado, vigilar los tiempos y establecer alertas.
Adicionalmente incluye una pantalla touchscreen LCD de 20 cm para visualizar los menús, Smart Control System para un eficiente proceso de lavado y Water Shot Technology, que acorta los ciclos en comparación con otras máquinas del mercado.
Wi-Fi está en camino para algunas máquinas expendedoras de Japón. Operando de forma muy similar a un punto de acceso móvil en una cafetería, las personas que se encuentren cerca de las máquinas serían capaces de conectarse a internet durante 30 minutos a la vez y navegar por internet.
Las máquinas expendedoras son de la compañía de bebidas Asahi. Conectar a la web usando una máquina se puede hacer sin ningún tipo de log-in, y pasados 30 minutos de conexión a la red, puede conectarse de nuevo y seguir navegando. El servicio está disponible para cualquiera, para usar con cualquier smartphone, tableta, o un ordenador y no requiere la compra de una bebida de la máquina.
¿Por qué puntos de acceso en las máquinas expendedoras? Los puntos de acceso gratuito a internet en el país son pocos y distantes entre sí, debido en parte a la adopción temprana de Japón de la banda ancha móvil, lo que llevó a una falta de lugares de conexión. Ahora que las tabletas y teléfonos inteligentes han despegado, hay una creciente necesidad de Wi-Fi. Si bien hay unos pocos hotspots en lugares como McDonalds, las máquinas expendedoras permiten a la gente a conectarse en más áreas.
Asahi tiene planes de desplegar 1 000 de las máquinas de venta conectadas a internet en el año 2012, con planes de aumentar ese número a 10 000 para finales de 2017.
Fuente: La Verge
Una red se ha instalado en una superficie de 12 000 metros cuadrados en La Puera del Sol en Madrid (España) y se estrenará el próximo 31 de diciembre, se utilizaron 150 metros de pavimento con losas de carbonato de calcio y medios digitales que se instalaron en un camino acanalado que se recubrió con asfalto. Permite la conexión Wi-Fi y Bluetooth todas las personas que lo requieran pueden obtener información por medio de planos y mapas, transporte público, eventos, servicios y datos del clima.
Gracias a sus sensores la red operará entre las temperaturas de -15 a 70 Celsius y alertará sobre las variaciones de temperatura, por ejemplo cuando es verano o cuando cae nieve. Esto es solo el principio de lo que se tiene planeado para dar el paso hacia las ciudades imaginadas para el futuro.
Fuente: movik
Docentes y padres de alumnos de colegios e institutos vascos han empezado a recibir un mensaje de correo que alerta de los peligros para la salud de la Wi-Fi. El texto, titulado “Carta informativa dirigida a los centros escolares sobre los peligros del WiFi”, está firmado por el colectivo Escuela Sin Wi-Fi, según el cual existe “numerosa evidencia científica” de que este tipo de emisiones de radiofrecuencia resulta peligrosa para la salud. Me he enterado de la existencia del texto gracias a Mikel Ortiz de Etxebarria, profesor de Ciencias Naturales y Biología-Geología en el instituto de Berriz.
Por dejarlo claro desde el principio: lo que sostiene el colectivo Escuela Sin Wi-Fi es mentira. Después de décadas de estudios, no hay ninguna prueba de que las emisiones de radiofrecuencia provoquen cáncer ni ninguna otra dolencia. Los promotores de esta iniciativa están intentando sembrar el miedo entre un colectivo, el de los padres, que lógicamente trata de proteger a sus hijos a toda costa. Y lo hacen con falsedades y ofreciéndose a tener reuniones informativas en los centros. ¿Qué se esconde detrás de tanto altruísmo? Permítanme que sea malpensado.
Resulta que los promotores de la iniciativa son la Organización para la Defensa de la Salud, la Fundación Vivo Sano, la Fundación para la Salud Geoambiental y la denominada Plataforma Estatal contra la Contaminación Electromagnética (Peccem), que supuestamente reúne a asociaciones vecinales. Pero, ¿y las tres primeras entidades? Pues, son la Santísima Trinidad del movimiento antiantenas español. Tienen las tres su sede en el 6º derecha del número 36 de la calle Príncipe de Vergara, en Madrid, local en el que también se encuentra Geosanix, empresa que se dedica a inventar riesgos geoambientales y vender soluciones en forma de asesoría y artilugios de protección. Es decir, el núcleo duro de Escuela Sin Wi-Fi lo componen organizaciones que se dedican al negocio de asesorar a presuntos afectados, defenderles legalmente, hacer auditorias medioambientales y venderles todo tipo de cachivaches frente a una amenaza que no existe. Y no acaba ahí la cosa.
Artículo completo en: Magonia