La lista de características es sorprendente: impermeable al agua, dos veces más delgado que un iPhone, pantalla semi-flexible de 8.5? x 11?, carga de baterías por inducción y consumo de energía inferior a 1 vatio. Todo por menos de 75 dólares. Al menos eso es lo que se dice del XO-3, la tercera generación del portátil del MIT, One Laptop Per Child (OLPC), diseñado por Yves Behar.
El fundador del MIT, Nicholas Negroponte, inició este proyecto para construir y suministrar portátiles a un precio asequible ($100) a niños del tercer mundo en 2005. Las cosas no han ido como se pensaba (los portátiles salían por algo más de ese precio y los países pobres tampoco demostraron tanto interés como se esperaba) pero el proyecto sigue adelante, recientemente se han publicado las especificaciones del nuevo diseño conceptual del XO-3 propuesto para 2012.
Como subraya Forbes, en lugar de una pantalla táctil de cristal, el XO-3 tendrá una semi-flexible de plástico como único interfaz. La generosa pantalla, del tamaño de un folio, rotará en función de la posición e incluirá un teclado en la misma. Además, la pantalla estará optimizada para su uso tanto en el exterior como en el interior.
En lugar de enchufarlo a un cargador, los portátiles podrán apilarse cerca de un dispositivo de recarga del que extraerán la energía vía inducción electromagnética.
Vía :: Treehugger
Fuente: Ison21
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Enlaces de interés:
– Konrad Zuse, inventor del primer ordenador programable
– Apuntes Periféricos de un ordenador. Capítulo 6. Introducción a la Informática>
La educación virtual sigue avanzando a pasos agigantados. Ya no solo se oferecen cursos, especializaciones, posgrados sino que ya podemos encontrar carreras completas en esta modalidad.
En el caso de Colombia, una de las universidades que sin duda más ha aprovechado las TIC’s es la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), la cual hace ya unos cuantos años, ofrece de manera virtual carreras como Ingeniería de Sistemas, Ingeniería de Alimentos, Psicología, Administración de empresas, Ingeniería electrónica e Ingeniería Industrial entre otras.
Esta modalidad de estudio es aprovechada por miles de estudiantes de las zonas más remotas, que de otra manera no tendrían la posibilidad de cursar una carrera. La educación virual nos permite, a través de una PC con conexión a internet (la de nuestra casa, oficina, café internet, etc.), acceder a los cursos, tareas, exámenes, comunicarnos con nuestros compañeros y tutores, descargar el material de las diferentes materias, sin necesidad de asistir físicamente a la universidad y sobre todo, manejando nuestro tiempo de la manera que más nos convenga.
Para poder brindar estos servicios, las universidades y demás instituciones, deben contar con una plataforma de educación virtual. Por experiencia, se que la mayoría usa el software Moodle, uno de los más reconocidos y completos, pero no es el único.
Por eso, para todos aquellos que estén interesados en montar su propia plataforma de educación en linea, hoy les traigo un pequeño listado de 7 herramientas de código abierto para educación virtual.
Fuente: adictosalared.com
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Enlace relacionado: Apuntes Informática. Universsidad de Murcia
Hay profesores, lecturas y autores que te influyen desde joven y forjan las ideas y posturas que te perfilan como profesional. Los que me siguen en este blog, o los que han leído mis argumentos –o los de la ACM– respecto a regulaciones (sobre el que no pretendo volver en este apunto, es sólo una autoreferencia) conocen mi postura bastante escéptica sobre el “estado de la ingeniería del software” y el rechazo fanático a las buzzwords y promesas de panaceas.
Varias veces he comentado y citado que casi toda la bibliografía de ingeniería de software de las últimas décadas es sólo una recopilación de anécdotas y estadísticas, casi una pseudociencia, a la que solemos adorar como si la última metodología fuese la bala de plata, la que dará el fundamento a la ingeniería. Pero hace mucho que ya no creo en esto, sobre todo cuando observas que cada cinco años aparece una nueva mutación de metodología que promete ser La Herramienta de la ingeniería del software.
No recordaba cuál bien el camino recorrido, o cuál fue el punto de partida o desvío tomado, para que haya asumido esta postura muy escéptica y bastante minoritaria entre mis colegas y compañeros. Recuerdo que cuando acabé mi último examen y fui con una beca a hacer mi PFC –enero de 1990– me creía el rey del mambo. Estaba seguro que mi formación y presunto dominio del diseño funcional, la visión “sistémica-holística” (sí, vaya, pero eso fueron también los inicios de Scrum basado en trabajos de Hirotaka Takeuchi en 1986) y el dominio de la metodología de moda en aquél momento –Gane-Sarson, luego “mutó” en la de Yourdon– me convertiría en un sólido profesional informático resolvedor de problemas complejos y que encontraría soluciones espectaculares a los grandes problemas de la informática.
Pero cuando quince meses después acabé mi PFC tenía una visión completamente diferente. Cada vez que alguien me explicaba las fantásticas bondades de una metodología nueva, o que casi al principio de una conversación soltaba la frase “un ingeniero no tiene por qué ser un programador” se me ponían los pelos de punta y sólo atinaba a pensar que ojalá no me tocase trabajar con esa persona.
Con el tiempo me convertí en un escéptico casi radical sobre el “[no] cientificismo” y la falta de rigurosidad de metodologías. En el mejor y la mayoría de los casos sólo lo veía como intentos de estandarizar una guía de buenas prácticas y estándares de documentación. Y por otro lado cogí el gusto por aprender a programar y admirar y disfrutar con el trabajo de los que se definían como “programadores” antes que “ingenieros” (o “doctores” o “científicos”)-
Hoy rvr en Barrapunto me hizo un bonito y entrañable regalo, me hizo redescubrir cuál fue una de las lecturas de aquellos años que tanto me influyó. Creo que fue el punto crítico. Se trata de unos de los ensayos más provocadores de Dijkstra –escrito en 1988, que blogger espectacular hubiese sido–: On the Cruelty of Really Teaching Computer Science (en castellano).
Aunque en aquellos años casi no conocía a Dijkstra, creo que fue el director de mi proyecto o alguno de los que trabajaban en el laboratorio el que me lo pasó (teníamos Internet y estábamos todo el día enganchados bajando ficheros por FTP anónimo y leyendo listas de correos y las news).
Rescato una de las frases que más me impactaron como “ingeniero”, por aquellas épocas yo tenía una perspectiva radicalmente opuesta:
[…] Lo haré explicando una serie de fenómenos que de otra manera serían extraños por la frustrante –pero, como ahora sabemos, condenada– ocultación o negación de su aterradora extrañeza.
Cierta cantidad de estos fenómenos han sido agrupados bajo el nombre de “Ingeniería de Software”. Así como la economía es conocida como “La Ciencia Miserable”, la ingeniería de software debería ser conocida como “La Disciplina Condenada”, condenada porque ni siquiera puede acercarse a su meta, dado que la misma es en sí misma contradictoria. La ingeniería de software, por supuesto, se presenta a sí misma como otra causa valiosa, pero es un colirio: si lee cuidadosamente su literatura y analiza lo que realmente hacen quienes se avocan a ella, descubrirá que la ingeniería de software ha adoptado como suestatuto “Cómo programar si usted no puede”.
[…] La práctica está impregnada de la confortable ilusión de que los programas son simplemente dispositivos como cualquier otro, la única diferencia que se admite es que su fabricación pueden requerir un nuevo tipo de expertos, a saber: programadores.
[…] Han pasado ya dos décadas desde que se señaló que el testing de programas puede convincentemente demostrar la presencia de errores, pero nunca puede demostrar su ausencia. Después de citar devotamente este comentario bien publicitado, el ingeniero de software vuelve al orden del día y continúa refinando sus estrategias de testing, tal como el alquimista de antaño, quien continuaba refinando sus purificaciones crisocósmicas.
[…] En el mismo sentido debo llamar la atención sobre la sorprendente facilidad con que se ha aceptado la sugerencia de que los males de la producción de software de deben, en gran medida, a la falta de “herramientas de programación” apropiadas.
Hay que leer todo el ensayo para entenderlo mejor y entender la justificación. No es tan difícil, tampoco fácil. Es un ensayo de esos de gran calado (y por los pocos comentarios que leí en Barrapunto, la mayoría no lo debe haber leído, o no lo entendió).
Ojalá lo disfrutéis tanto como yo la primera vez que lo leí y nuevamente ahora, casi dieciocho años después.
PS: Creo que ahora comprendí a Dijkstra mucho mejor que la primera vez.
Fuente: Ricardo Galli, de software libre
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En la mañana del 7 de octubre, a un ordenador del instituto Martínez Vargas, de Barbastro (Huesca), llegó un correo de la Asociación Fonográfica y Videográfica Española (AFYVE) que les notificaba «la infracción de los derechos de propiedad intelectual de nuestros asociados que se viene cometiendo en sus instalaciones, con su conocimiento efectivo a partir de esta notificación».
La AFYVE les requería que «retiren los archivos sonoros o bloqueen el acceso a los mismos». La profesora Teresa, implicada en la infracción, «no se creía lo que veía». Después de rebuscar algo ilegal en su vida, se acordó de Comenius, vivimos bajo el mismo cielo, un proyecto con colegios de otros cinco países en donde cada cual enseñaba a los otros la cultura de su país.
El proyecto Comenius, vivimos bajo el mismo cielo era con otros colegios de Alemania, Holanda, Finlandia y la República Checa. «Los temas comunes eran la tolerancia, el patrimonio cultural y las nuevas tecnologías», recuerda Teresa. «Los departamentos de música de los centros decidieron hacer un cuestionario común sobre los gustos musicales de los alumnos del Comenius». Cinco alumnos se encargaron de recoger la información y de prepararla en inglés, que era el idioma común del proyecto. «Seleccionamos compases, que en algunos casos no llegaban a 15 segundos y los colocamos en nuestra página en formato MP3 para que los oyeran los escolares extranjeros».
En AFYVE, aún conociendo los pormenores del caso del Instituto de Barbastro, creen que no deben modificar su procedimiento. «Es ilegal colgar esos archivos sin autorización, sea cual sea la duración del fragmento».
En AFYVE, después de recibir el correo del colegio y comprobar que han retirado los archivos, aseguran que el expediente está cerrado. «AFYVE detecta numerosos archivos ilegales y todos ellos reciben una carta de aviso», dicen desde su oficina. Para rastrear la Red, emplean un robot que busca archivos cuyos títulos coincidan con la base de datos donde están los títulos de la IFPI, una federación que agrupa a las asociaciones de discográficas del mundo».
Fuente: Espacio Fílmica
El plagio de internet por parte de los universitarios para hacer sus trabajos era hasta ahora “una realidad silenciada”, explican Jaume Sureda y Ruben Comas, los dos profesores de la Universitat de les Illes Balears que han dirigido la primera investigación del país sobre el tema. “Ahora ya tenemos datos para intentar eliminarla”, añaden estos docentes del Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación.
Este informe, para el que se entrevistaron a más de once mil estudiantes de la UIB y que se incluye dentro de un proyecto mayor del ministerio de Educación y Ciencia, saca a la luz por primera vez datos concretos sobre hasta qué punto son frecuentes las prácticas académicas deshonestas en la universidad, haciendo especial hincapié en el uso fraudulento de la red.
El 76,6% de los encuestados admite haber copiado, al menos una vez, fragmentos de páginas de internet sin citar al autor y un 18,4% dice haberlo hecho en más de cinco ocasiones. Interrogados sobre el comportamiento de los demás, las cifras suben: cerca de nueve de cada diez de los alumnos cree que sus compañeros lo hacen esporádicamente.
Según se refleja en el estudio, los universitarios no creen que esta práctica sea ni académica ni moralmente hablando muy grave, lo que quizás explique porque está tan extendida entre los alumnos. La comodidad del “copiar y pegar” a golpe de teclado aleja a los alumnos del plagio tradicional de fuentes impresas, aunque aún un 65,7% siga haciéndolo.
Algunos de los estudiantes van más allá y no tienen apuro en no incluir en el trabajo ni una sola frase de autoría propia. Así el 42% reconoce haber entregado por lo menos un trabajo hecho al estilo ´collage´ uniendo varios trozos de distintas páginas de la red.
Otros, el 10,4%, optaron en algún momento de la carrera por descargarse de la red un trabajo completo y entregarlo sin hacer ningún cambio, mientras que un 4,7% llegó a pagar a alguien o a algún portal por un trabajo.
Engrosar la bibliografía con libros que no se han consultado es también de las técnicas más extendidas, con un 47,9% de seguidores.
Parece que para las labores académicas se prefieren las nuevas tecnologías, pero a la hora de los exámenes triunfan las técnicas “de siempre”. Un 53% reconoce haber copiado en al menos un examen durante la licenciatura, frente a un 70,5% que dice haberse dejado copiar por un compañero. Las chuletas demuestran su vigencia, ya que un 52,4% reconoce haberlas usado en al menos una ocasión. Los recursos tecnológicos o la suplantación por un compañero son prácticas muy minoritarias.
Apropiación de lo ajeno
El reciclaje de trabajos de otros años goza de popularidad entre más de la mitad de los estudiantes, ya que el 57,4% no ha tenido reparo en incluir partes de tareas ya entregadas, propias o ajenas, en otros cursos en ensayos nuevos. De nuevo llaman la atención algunos contrastes: el 53% ha facilitado algún trabajo suyo a un compañero para que lo use, mientras sólo un 35% ha entregado documentos elaborados por otros alumnos.
Una vez conocidos los datos de los estudiantes, la segunda fase del proyecto se centrará en cómo perciben los profesores estas prácticas.
Fuente: Diario de Mallorca
La red puede suponer un lucrativo negocio no sólo para las empresas, sino también para aquellos delincuentes informáticos que encuentran en Internet una forma fácil y segura de ganar dinero a costa de los demás, según señaló el presidente de Kaspersky Lab, Eugene Kaspersky, durante una conferencia impartida en la feria tecnológica SIMO en Madrid.
Los delitos informáticos pueden tomar diferentes formas más allá del conocido «pirateo informático» de los ‘hackers’: el ‘phishing’ (crear una copia falsa de una página que el engañado suela visitar para hacerse con sus datos) o el ‘spam’ (envío indiscriminado de publicidad) son sólo algunos ejemplos de un problema que afecta tanto a individuos como a empresas.
«Muchos de ellos pueden llegar a ser millonarios», declaró Kaspersky en una entrevista con Reuters. «No informan de sus ingresos, por supuesto, pero me consta que pueden llegar a ganar miles de millones de dólares, y no me extrañaría que algunos ganasen más que la compañía de seguridad».
Kaspersky estimó que en 2007 más de 1,2 millones de ordenadores habrán sufrido los efectos del «malware»: un tipo de programa destinado a causar daños en un ordenador u obtener información de su usuario.
La búsqueda de beneficios, el desarrollo de nuevos negocios y el bajo riesgo de ser atrapado son, según el experto ruso, las principales causas del incremento del crimen electrónico.
«En Rusia, por ejemplo, hay un problema con la ley. Si alguien mata a otra persona en la calle, la policía puede comenzar a investigar partiendo del hecho: el cadáver», indicó Kaspersky.
«Pero en el caso del crimen electrónico, no pueden intervenir si no hay una denuncia. Algunas veces la policía tiene toda la información sobre el criminal: el nombre, la dirección, la edad: todo…Pero no tienen una denuncia.
«A algunas víctimas no les gusta informar, así que no pueden realizar detenciones».
Otras de las claves señaladas fueron la falta de sentimiento de culpabilidad, ya que Internet facilita que la víctima no quede asociada a ningún rostro, y la facilidad técnica para delinquir en la red.
«En Brasil, hace unos tres años, había un grupo de unas treinta personas, y no todos ellos eran ‘hackers'», explicó.
«Un par de ellos desarrollaban virus troyanos y los distribuían, y el resto de gente se encargaba de recabar información de las víctimas, de procesarla, robar el dinero y esconderlo».
«Es como un negocio: hay jefes y hay trabajadores», apostilló.
Para combatir este problema, Kaspersky señaló la necesidad de mejorar la coordinación entre países a través de Interpol, de educar a los usuarios para prevenir posibles ataques y de utilizar productos y tecnologías efectivas.
Dos estudiantes de California se enfrentan a una condena de 20 años de cárcel y una multa de 250.000 dólares por cambiar cursos y notas en el ordenador de su facultad.
Según el informe presentado al juez, uno de los estudiantes trabajaba en el departamento de tecnología de la Universidad Estatal de California y pudo colarse en la base de datos de los distintos cursos con bastante facilidad. Utilizó la contraseña de su supervisor para entrar en el equipo y manipular las listas a su antojo.
En los cargos que se le imputan se encuentran los de acceso no autorizado al sistema, fraude, conspiración y robo de identidad. El otro estudiante ha sido considerado cómplice por pagar dinero para conseguir la información.
Más información aquí.
Extraído de The Inquirer.
Presentación de TeacherTube, simple sin gráficas, pero con datos sorprendentes sobre el futuro. Quizá no se cumpla lo que indica, hay que ser escéptico y no hacer caso de cualquier información que surja en internet.
Pero como curiosidad, aquí está dicho vídeo:
Vamos a ver a continuación las ventajas que obtendríamos. ¿Qué se ganaría con una Ingeniería del Software?:
¿Añadirías algo más a la lista?
Fuente: http://www.alfonsojimenez.com