Científicos de la Universidad de Reading en Reino Unido han creado el primer robot con un cerebro biológico. Se trata de Gordon que con 300000 neuronas de rata cultivadas e implementadas sobre una matriz de sesenta electrodos puede moverse y esquivar obstáculos gracias a estímulos neuronales. El cerebro se encuentra en una unidad especial con temperatura controlada independiente de la unidad del robot, que mediante Bluetooth manda señales de control.
La vida de las neuronas de ratas en un medio rico en nutrientes puede mantenerse a una temperatura constante y responder a los impulsos eléctricos recibidos de los sensores en las ruedas. La información que recoge el pequeño robot mediante sensores, como la distancia entre, objetos la transforma en estímulos que se distribuyen entre las neuronas.
La finalidad del proyecto es para conocer más a fondo las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer, pero Ben Whalley, uno de los creadores de Gordon, considera que los resultados pueden utilizarse el día de mañana para mantener las células cerebrales de alguien que va a morir, para cultivarlas y vivir en un robot.
Fuente: FayerWayer
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Hod Lipson es un científico multidisciplinar, que trabaja en el punto de intersección de la ingeniería y la biología, analizando los robots y la forma en la que ellos se comportan y evolucionan. Las implicaciones de su investigación, que afectan potencialmente a muchas áreas, como la micro-manofacturación, hacen que por un motivo o por otro, aparezca de vez en cuando en los medios presentando alguno de sus últimos descubrimientos. Hace un par de años podíamos ver una charla suya en TED donde demostraba sus trabajos en robots conscientes de si mismos.
Su último descubrimiento está relacionado con sus trabajos en robótica, pero va más allá. Junto con su estudiante de doctorado, Michael Schmidt, han desarrollado un algoritmo capaz de extraer leyes fundamentales de la naturaleza a partir de la mera observación de sistemas simples. El algoritmo, sin ningún tipo de conocimiento de leyes de la física, geometría o cinemática, fue capaz de determinar que el balanceo, bote y la oscilación de un péndulo doble salen de procesos fundamentales específicos. Así pues, en unas pocas horas, el algoritmo fue capaz de descifrar las mismas leyes del movimiento y otras propiedades que les costaron a Isaac Newton y otros grandes científicos, varios siglos de estudio.
El algoritmo desarrollado por Lipson y Schmidt es una derivación del algoritmo que utilizaron en su momento para el desarrollo de un robot auto-reparable. La forma en la que el robot era capaz de repararse, era creando un modelo dinámico, una imagen de si mismo, y entonces utilizar ese modelo para hacer predicciones sobre si mismo.
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Científicos británicos han creado un robot que, según consideran, es la primera máquina que de forma independiente puede hacer descubrimientos científicos, revela un informe divulgado por la revista Science. El robot se llama Adán y es un sistema informático diseñado por científicos del Consejo de Investigación Biotecnológica y Biológica del Reino Unido.
El investigador Ross King, quien dirigió la investigación en la Universidad de Aberystwyth (Gales), auguró que «en última instancia esperamos tener equipos de robots científicos y seres humanos trabajando codo con codo en los laboratorios».
Esperamos tener equipos de robots científicos y seres humanos trabajando codo con codo
Los científicos de Aberystwyth (Gales) y de la Universidad de Cambridge diseñaron a Adán para que realizara el proceso científico de manera automática sin intervención humana.
Las pruebas finales señalaron que el robot había determinado el proceso genómico de la levadura, un organismo que los científicos utilizan para estudiar sistemas biológicos más complejos. Los manuales científicos confirmaron que las hipótesis de Adán eran las correctas, según el informe, que añade que la creación de robots de este tipo será de enorme utilidad en el futuro.
«Debido a que los organismos biológicos son tan complejos es importante que los detalles de los experimentos sean registrados de manera puntillosa. Eso es difícil y tedioso para los científicos humanos», señaló.
El experimento
Los científicos «humanos» indicaron que con su inteligencia artificial Adán planteó la hipótesis de que la levadura codifica enzimas específicas que catalizan las reacciones bioquímicas en esa sustancia. Posteriormente, el robot creó experimentos para demostrar sus predicciones, realizó los experimentos, interpretó sus resultados y finalmente repitió el ciclo.
Adán es todavía un prototipo, pero el equipo científico cree que el siguiente robot (que por supuesto se llamará Eva), será un gran apoyo para los científicos que buscan nuevas medicinas para toda una serie de enfermedades. Entre ellas figuran la malaria y la esquistosomiasis, dos enfermedades que atacan las poblaciones en regiones tropicales y semi tropicales.
Para Ross, la clave del progreso científico de las próximas décadas está en la automatización que, según dijo, «fue la fuerza motriz del progreso en los siglos XIX y XX y es probable que así sea en el futuro».
Fuente: Tras el horizonte de sucesos