¿Y si fuera posible que las vidrios de las ventanas de nuestra vivienda y los parabrisas del coche pudieran generar corriente eléctrica a partir de fenómenos atmosféricos tales como viento y la lluvia? Esta tecnología ya existe y se ha verificado que funciona, al menos en experimentos de laboratorio. El dispositivo es un vidrio electrocrómico alimentado por dos sistemas de recuperación de energía del ambiente. Investigadores del Georgia Institute of Technology han publicado los resultados de su desarrollo en la revista ACS Nano. La tecnología se fundamenta en algo tan sencillo como es la electricidad estática generada por la fricción entre dos materiales, este fenómeno se conoce desde hace muchos años, se trata del efecto triboeléctrico. El vidrio está equipado con nanogeneradores triboeléctricos que recuperan la electricidad estática proveniente de su contacto con la lluvia y el viento.
Ampliar en: Blasting News
La computación en la nube (cloud computing) no sólo es la última revolución en el mundo de las TIC, sino también un promotor clave de la innovación y el desarrollo económico. En el marco del proyecto CLOUDS, investigadores madrileños han logrado avances científicos cruciales en el estado-del-arte de la computación en nube.
La computación en nube es un paradigma emergente para los sistemas de computación distribuida, cuyo objetivo es ofrecer software como servicio a través de internet. El proyecto de investigación CLOUDS en el que IMDEA Networks ha participado, se ha centrado en el avance del estado del arte de esta tendencia tecnológica, que está revolucionando la informática y la forma en que los usuarios y los proveedores de la red interactúan en línea. Como toca todo internet, esta evolución está marcada por la impronta del espíritu de globalización. Desde el dispositivo individual autosuficiente que almacena todos los datos y contiene todas las aplicaciones requeridas por el usuario, estamos evolucionando hacia un modelo de servicio a la carta para la computación, comunicación y almacenamiento de información que se adapta dinámicamente a las variaciones en el consumo y cumple con las necesidades de un mercado global.
La nube permite el cruce de fronteras tecnológicas, geográficas y administrativas, concentrar l información y servicios en los centros de datos y los dispositivos que estén conectados a distancia, siendo accesible en cualquier momento, desde cualquier lugar y desde casi cualquier dispositivo o terminal. El nivel de autonomía, escalabilidad, automatización y flexibilidad que este modelo de computación ofrece no tiene precedentes. Los recursos tecnológicos están distribuidos a nivel mundial y la información se almacena en servidores de internet, liberando al usuario de la tradicional dependencia del dispositivo, la mejora de la movilidad, la accesibilidad y la seguridad, y permitiendo el acceso hasta hace poco impensable para servicios de próxima generación a través de pago por consumo, es decir, sin una inversión económica considerable previa.
El efecto de este modelo en la democratización del acceso al conocimiento y a los recursos es tan palpable tanto en el mundo de los negocios como en el extremo del usuario. Por ejemplo, las PYME pueden competir tecnológicamente, lograr la optimización del uso de los recursos TIC y hacer una inversión mínima, a escala; mientras que a las experiencias del usuario, cómo la gama inconmensurable de información, se añade ahora la posibilidad de utilizar herramientas especializadas, actualizadas y nuevas, el acceso a servicios públicos y privados o el uso de aplicaciones de colaboración, simplemente con la ayuda de un navegador web.
La investigación sobre la computación en la nube plantea desafíos, promesas y avances que van más allá de lo que está cubierto por el proyecto CLOUDS. De hecho, sus aplicaciones potenciales repercuten en diversas áreas que tienen en común un alto grado de innovación. De la telefonía móvil celular (detección de fraudes, procesamiento en tiempo real), banca y finanzas (detectar pagos fraudulentos de tarjetas y lavado de dinero), inteligencia de negocios (almacenamiento de datos en tiempo real y la publicidad dirigida escalable), seguridad (mitigación de denegación de- los ataques del servicio, eventos de procesamiento de seguridad de sistemas), redes de sensores (procesamiento de redes masivas de salidas de sensores) a la domótica (edificios inteligentes), por nombrar sólo algunos.
El proyecto ha sido financiado por el Departamento de Educación, Juventud y Deportes de la Comunidad de Madrid y estuvo en funcionamiento desde enero de 2010 hasta mayo de 2014 Investigadores del Instituto IMDEA Networks han colaborado con grupos de investigación de dos universidades de Madrid, la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad Rey Juan Carlos.
Si todo sale como está previsto, el próximo mes de junio de 2014, el saque de honor del Mundial de Fútbol de Brasil lo hará un paciente parapléjico capaz de andar con un exoesqueleto robótico. Parece un escenario de ciencia ficción, pero es el plan en el que el neurocientífico de la Universidad de Duke Miguel Nicolelis y su equipo llevan años trabajando.
La intención es que esta persona (paralizada de cintura para abajo) pueda mover el dispositivo con su cerebro y avanzar por el campo para darle una patada a la pelota. El primer prototipo ha sido presentado este martes por el propio Nicolelis en su muro de Facebook y en las fotografías ya se pueden apreciar algunos detalles de la tecnología que están desarrollando. El exoesqueleto está estabilizado por giroscopios y dispone de una batería que el paciente llevará sujeta en la espalda. Las piernas mecánicas tienen una serie de sensores que miden la presión de la pisada sobre el terreno y permiten a la persona mantener un poco mejor el equilibrio
Fuente: lainformacion.com
En el sector informático está bastante extendida la subcontratación ilegal: con el objetivo de abaratar costes y dividir a las plantillas, la empresa A subcontrata a la B, que incluso hace lo propio con la C. Es obvio añadir que en cada escalón las condiciones de los trabajadores son peores.
¿Pero aportan algún tipo de valor las subcontratas en este proceso? Cero. Su intervención es lisa y llanamente realizar el papel de ETTs, mercadeando y proporcionando personas al peso. A menudo sin llegar a poner nunca los pies en ‘su’ empresa y, a veces, sin saber ni cómo se llama. Se trata de las conocidas como ‘cárnicas’.
Los grupos de trabajadores están mezclados con otros de otras empresas, obedecen a superiores que trabajan en otra y son, en definitiva, indistinguibles de la cadena de mando de la empresa madre: estamos ante lo que se cataloga como cesión ilegal de trabajadores o prestamismo laboral.
A veces se entran en absurdos como que la empresa principal, en este caso HP, pague unas cantidades desorbitadas en comparación con que esos mismos trabajadores estuvieran incorporados en plantilla, alimentando capas parásitas de gerentes y directivos de terceras empresas. La #MarcaEspaña del empresariado de este país está para crear estos absurdos y más.
HP y las empresas Axpe, Rawson consulting, A&O Systems, AXIS IT, Solutio outsourcing, Zemsania, Invoin consulting, Sisnet sistemas, VASS consultoria, Innova estudi, Tenea tecnologias, NPR Software y Alten han sido sancionados con un total de 286506€ en sanciones que van desde los 6251€ hasta los 86251€ según la gravedad del caso. Desde la Sección Sindical de CGT en HP denunciamos esta situación ante Inspección de Trabajo quienes, junto a otra denuncia de CCOO, han decidido pronunciarse dando la razón en todos y cada uno de los puntos descritos.
Lamentablemente, la multa no obliga al cumplimiento de la Ley. Habiendo ignorado HP todo intento de acuerdo previo, el siguiente paso que se está realizando es la recogida de demandas individuales para que un juzgado obligue al cumplimiento estricto una vez probada la ilegalidad: incorporación a la empresa madre, con contrato laboral indefinido y la protección de tutela que se deriva de haber realizado un proceso judicial contra la empresa.
Fuente: lamarea
La ciudad inteligente o smart city es un nuevo modelo de gestión de los servicios básicos que está emergiendo en el panorama nacional y que se apoya en las TIC para la gestión y uso más sostenible y racional de los mismos. Eso significa eficiencia y, por tanto, ahorro, un tema nada baladí si tenemos en cuenta el complejo contexto económico social que vivimos, y que implica una fuerte contención presupuestaria e incluso recortes.
Según el informe Spain 20.20, la implantación de redes eléctricas inteligentes ahorrarían 11097 millones de euros; los sistemas inteligentes de producción ayudarían a lograr unos ahorros de 73853 millones de euros, mientras que los transportes inteligentes y servicios a personas, como e-health, e-learning y teleasistencia, supondrían ahorros de 94573 millones y de 122958 millones, respectivamente.
En la actualidad, hay cerca de 500 ciudades en el mundo con más de un millón de habitantes y se prevé que en el año 2050 otras cien más superen esta cifra. En menos de 40 años, se estima que las ciudades acojan al 70% de la población, lo que abre grandes retos para hacer frente a la eficiencia de estos espacios con gran densidad de personas. No hay duda de que esta creciente concentración de la población en los grandes núcleos urbanos plantea y planteará problemas energéticos y ambientales, y que la solución pasa por la necesidad de implantar un modelo sostenible (smart city) para la gestión de los servicios básicos de estas ciudades.
Y para ello nadie ya discute que será necesario realizar una digitalización de las ciudades. Mientras asistimos al incremento exponencial de la digitalización de la sociedad y de los servicios demandados por las personas y las organizaciones, la mayor parte de las grandes ciudades actuales tienen infraestructuras antiguas que se necesitan modernizar.
Este proceso de digitalización implicará el despliegue de infinidad de sensores y elementos activos, que igualmente van a multiplicar en varios órdenes de magnitud las necesidades de los servicios de comunicaciones. Todo ello conllevará la necesidad de una transformación del modelo de operación: se debe disponer de una gran capacidad de respuesta rápida ante escenarios críticos en las infraestructuras, que requiere detección temprana y un análisis integrado, un importante grado de automatización de las operaciones y una recuperación reactiva ante problemas, así como la necesidad de realización de operaciones masivas sobre áreas de la red. Aquí es donde precisamente entran en juego las tecnologías de información, articuladas en los sistemas de gestión de dichas infraestructuras.
Fuente: TICbeat
Foto cc Siemens Worklife
La llamada «singularidad tecnológica«, es decir, la expectativa de que en algún misterioso momento de las próximas décadas las máquinas se convertirán en ultrainteligentes y conscientes, es una pseudociencia o un «culto para gente rica y ociosa rodeada de tecnología en Silicon Valley, que realmente no desean morir (se puede pensar en ello como el «dia del juicio» para listillos)«.
La singularidad es una hipótesis de ciencia-ficción que no está respaldada por pruebas científicas. Hay tantas pruebas de que la inteligencia artificial pueda llegar a ser consciente como de la existencia de chemtrails. Los filósofos de la mente, vendedores de inmortalidad y «Think tanks» que dedican recursos a este tema, sencillamente no van a salvar al mundo de una amenaza que no existe.
En general, cualquier hipótesis cuya confirmación se fía a varias décadas de distancia, puede calificarse de entrada como «vendeburras», aunque ya el conocimiento actual resulta poco congruente con los partidarios de la singularidad.
Como ha argumentado Paul Churchland convincentemente, los cerebros biológicos no son máquinas de Von Neumann, las ideas no son simplemente «software» y la conciencia animal no se puede «descargar» en un soporte cartesiano independiente.
La singularidad no es sólo una pseudociencia, la idea misma de un grupo de californianos aficionados a la tecnología y la filosofía trabajando por alcanzar la inmortalidad en un mundo donde millones mueren realmente de hambre, como apunta también Pigliucci, resulta un pasatiempo bastante ofensivo.
Fuente: La revolución naturalista
Con sede en Shanghai (China), la diseñadora Sabine Ducasse ha creado una colección de moda única mediante fusión de perlas, dando lugar a piezas de ropa retro de gran colorido. Melting Pot cuenta con el juguete popular para niños, para una elaboración formando pixeles de diseños de 8-bits con una estética de encuentro entre Oriente y Occidente. La colección, a Ducasse, le valió una beca para la International Fashion Academy.
Esta imagen de las hermosas y antiguas máquinas en el primer piso del edificio número cinco de los laboratorios de Thomas Edison en West Orange, Nueva Jersey (EE.UU.), considerado el primer laboratorio de investigación industrial. Fue tomada por Jack Boucher, un fotógrafo del Servicio de Parques Nacionales, en 1963, aunque gran parte del equipo se remonta a la década de 1880.
No se puede medir el progreso de un siglo por los números por sí solos. No se trata sólo de que la esperanza de vida en EE.UU. al nacer ha pasado de 49 años en 1900 a 78 hoy en día, sino también la calidad de nuestras vidas ha mejorado por la ley (por ejemplo: la seguridad de las nuevas leyes contra la discriminación), por la cultura (por ejemplo: el ascenso de las mujeres en la universidad y el lugar de trabajo) y por la tecnología.
Es por eso es que este gráfico a continuación muestra la tasa de adopción de las nuevas tecnologías en todo el siglo
– En 1900, <10% de las familias eran propietarias de una estufa, o tenían ha tenido acceso a la electricidad o los teléfonos
– En 1915, <10% de las familias eran propietarias de un vehículo
– En 1930, <10% de las familias eran propietarias de un frigorífico o lavadora de ropa
– En 1945, <10% de las familias eran propietarias de una secadora de ropa o aire acondicionado
– En 1960, <10% de las familias eran propietarias de un televisor de lavaplatos o de color
– En 1975, <10% de las familias eran propietarias de un horno de microondas
– En 1990, <10% de las familias tenía un teléfono móvil celular o acceso a internet
Hoy en día, por lo menos el 90% de la población de EE.UU. tiene una cocina, electricidad, coche, frigorífico, lavadora, aire acondicionado, TV color, microondas, y un teléfono móvil celular. Ellos nos hacen la vida mejor. Puede ser que incluso nos hagan más felices. Pero no son suficientes.
Hay una tendencia de conservadurismo que sugiere que la marcha de la tecnología ha hecho la vida tan buena para la gente de los estratos inferiores que no tienen que preocuparse mucho acerca de la desigualdad de ingresos. Decenas de millones de estadounidenses están viviendo en la pobreza, «pero está bien, porque tienen más microondas que nunca antes», es un argumento que existe, y es muy persuasivo. Sin embargo, la ubicuidad de las microondasno desplaza la obligación moral del país más rico en la historia del mundo para proteger a las personas que literalmente no pueden pagar los alimentos para poner en ese horno de microondas. La bancarrota médica de muchos norteamericanos apenas se alivió por la caída de los precios de los televisores de pantalla plana.
Hace cien años, lo que hoy es el mundo moderno fue considerablemente más vulnerable a la crisis de la agricultura. Después de malas campañas de tiempo, miles se mueren de hambre. Fue una tragedia. Pero esta tragedia se produjo en el contexto de lo que entonces eran increíbles nuevas tecnologías. Como Bill Bryson escribió en At Home, el mundo nunca había sido más brillantemente iluminado con gas o con mayor fiabilidad para limpiar las tuberías. Hoy nadie podría afirmar que las lámparas de gas y las tecnologías de fontanería obvian la necesidad de bienestar. Y, sin embargo, yo a menudo se oye decir que las microondas y los televisores parcial o totalmente, nos liberan de la carga de preocuparse por los pobres. Si la posición no es simplemente errónea, es por lo menos históricamente miope.