Entrelazar cubits de estado sólido en distancias grandes es difícil pues se requiere un protocolo con un mediador que recorra dicha distancia. H. Bernien (Universidad Técnica de Delft, Holanda) y sus colegas han logrado entrelazar dos cubits codificados en el espín de electrones en dos celdas de diamante utilizando fotones como mediadores. La gran ventaja de la implementación de cubits en estado sólido es la posibilidad de utilizar técnicas de nanotecnología (nanofabricación), lo que facilita la escalabilidad del diseño. Este logro allana el camino hacia el uso de cubits de estado sólido en la futura red de internet cuántica, routers cuánticos y protocolos de teletransporte cuántico. El artículo técnico es H. Bernien et al., “Heralded entanglement between solid-state qubits separated by three metres,” Nature, AOP 24 April 2013.
Un cubit se puede almacenar en el espín electrónico de un átomo de nitrógeno que actúe como defecto en una red cristalina de carbono (diamante). El espín electrónico permite representar los dos estados del cubit como |?> y |?> en los estados S=0 y S=1, resp., que pueden ser controlados de forma individual con pulsos de microondas. El uso de fotones como mediadores en el protocolo tiene el problema de que la eficiencia no es perfecta, hay pérdida de fotones y los detectores pueden fallar. Para reducir estos efectos Bernien y sus colegas han utilizado un sistema redundante de doble vuelta, utilizando dos fotones como mediadores que van y vienen entre los dos cubits en sendas rondas. El resultado es un protocolo robusto contra la pérdida de fotones.
Artículo completo en: Francis (th)E mule Science’s News
Se calculaba que el campo de distorsión de Steve Jobs empezaría a desintegrarse un año después de su muerte y acertaron. Todo empezó con el iPhone 5: no es innovador, la superficie se raya con mirarla, el Apple Maps desordena ciudades, desaparecen estaciones enteras y, siguiendo el ejemplo de algunos ayuntamientos, instala aeropuertos donde no los hay. El teléfono vendió “sólo” cinco millones la primera semana y la prensa declaró el Mappelgate. Las acciones de Apple empezaron a desplomarse hasta casi la mitad de su valor. Han perdido más de 200000 millones de dólares y ahora están de rebajas. ¿Qué está pasando?
1. Ley de la gravitación universal: Todo lo que sube tiene que bajar y, como argumentaba un especialista de Enders Analysis, Apple ha crecido casi un 50% cada año durante casi tres años seguidos. “Desde un punto de vista estrictamente matemático – explicaba Benedict Evans– ese crecimiento tenía que desacelerar». Con la complicación añadida de que un cuerpo que cae en Wall Street suele acelerar su caída a gran velocidad, alimentado por el pánico de cientos de miles de accionistas minoritarios.
2. Gordos con iPhones: Los fans de Apple son completistas y presumen de tenerlo todo: iPod, iPhone, iPad, MacBookPro. La característica superficie de plástico blanco minimal y reflectante era la chapa que identificaba a los miembros de cierto club de profesionales creativos. Tener un Mac era la marca de los diseñadores de revistas de vanguardia, Djs siderales, escritores postmodernos, fundamentalistas de la Helvética, fans de Radiohead, Coldplay y Arcade Fire. Pero, en los últimos años, la manzana se ha vuelto omnipresente de San Petersburgo a Las Hurdes, de Nueva York a El Escorial y el concepto de dispositivo blanco sin botones visibles parece más ario que liberador. Ser maquero ya no es elitista, es el colmo de lo burgués.
También hay que considerar que los ciclos de mercado se han acelerado por encima de las posibilidades del consumidor y que, en el último trimestre de 2012, la mitad de los teléfonos que se vendieron en el planeta eran smartphones. Al precio que tienen y las prestaciones que dan, lo razonable es esperar a que caduquen los dos años de garantía antes de comprarse la actualización.
3. Karma. La imagen de Apple estaba tan ligada a Steve Jobs como a su legendaria sede en Cupertino, California, donde todas las paredes son de cristal y hasta los urinarios huelen a rosas. Las Apple Stores están diseñadas para compartir ese espíritu, pero su atmósfera etérea se ha visto finalmente contaminada por las condiciones en las que trabajan el resto de sus empleados, no sólo en sus famosos fábricas asiáticas sino en cualquiera de sus propias tiendas.
Apple se saca en limpio un 51% del precio del iPad y un 70% del iPhone5, pero el geek que lo mismo te vende un iPad mini que te manda el portátil al taller cobra poco más de 10 dólares la hora. Para una compañía que factura más por metro cuadrado que cualquier otra tienda en Norteamérica y un CEO que gana más dinero que casi ningún otro mortal, pagar mal a sus empleados está fuera de lugar.
4. Caos. Steve Jobs no era diseñador ni economista, pero tenía un ojo bueno para el producto y otro para el negocio. Se rumorea que, desde que el diseñador Jony Ive quedó al cargo de la nave, la empresa invierte toda su energía en diseñar productos que luego no es capaz de fabricar y distribuir a tiempo para abastecer la demanda, como por ejemplo los 700.000 iMac que llegaron dos meses tarde después de la campaña de lanzamiento.
Son errores de bulto, especialmente cuando tus grandes innovaciones (la santísima trinidad: iPod, iPhone y iPad) se han convertido en una secuencia de secuelas cada vez menos competitivas. El mundo de la tecnología de consumo se mueve a gran velocidad. Siempre hay alguien más joven y hambriento bajando la escalera detrás de ti.
5. Abuso de poder. Apple se ha convertido en una de las compañías líderes en la colección de patentes, frenando la innovación para asegurarse el control del mercado. A diferencia de Android, las condiciones que impone sobre los programadores que quieren vender sus aplicaciones en el App Store son sorprendentemente restrictivas, imponiendo licencias cerradas sobre productos en los que la empresa sólo participa como distribuidor. No sólo ahuyenta a los innovadores, que tienen más libertad en una plataforma como Android, sino que despiertan la antipatía de una generación que sabe más de propiedad intelectual que todas las demás anteriores juntas.
Fuente: eldiario.es
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James Gleick, en su libro La información, introduce el tema del sexo de los operadores telefónicos:
Los primeros operadores telefónicos fueron chicos adolescentes, contratados a bajo precio entre los repartidores de telégrafos, pero las centrales de todo el país enseguida descubrieron que los chicos eran poco serios, les gustaba demasiado hacer el payaso y gastar bromas, y era más habitual encontrarlos peleándose en el suelo que sentados en su banqueta realizando el trabajo preciso y repetitivo propio del operador de una centralita. Había una nueva mano de obra barata disponible, y ya en 1881 casi todos los operadores telefónicos eran mujeres. En Cincinnati, por ejemplo, W. H. Echert comunicaba que había contratado a sesenta y seis “señoritas” que eran “muy superiores” a los chicos: “Son más constantes, no beben cerveza y están siempre disponibles.” No le hacía falta añadir que podía pagar a las mujeres tan poco dinero como a un adolescente o menos.
Irónicamente, las centralitas de telefonía fueron, junto a otra tecnología emergente (la máquina de escribir), un gran impulsor laboral de la mujer, aunque ambos empleos estuvieran muy mal pagados.
Con todo, el aumento progresivo de suscriptores finalmente ni siquiera era asumible por las mujeres, y la conmutación dejó de ser manual para convertirse en automática. Hasta que llegó ese momento, la sociedad encontró múltiples maneras de enfatizar el trabajo femenino en las centralitas (incluso exagerándolo hasta niveles que rozaban el absurdo):
El trabajo en sí era todo un reto y no tardaría en requerir una instrucción. Las operadoras tenía que ser rápidas a la hora de distinguir las numerosas voces y acentos diferentes, tenían que mantener el equilibrio cortés ante la impaciencia y falta de educación, al tiempo que debían realizar largas horas de ejercicio atlético con la parte superior del cuerpo, llevando unos cascos auriculares a modo de arnés. Algunos hombres pensaban que era bueno para ellas. “El acto de levantar los brazos por encima de la cabeza y a derecha e izquierda, les desarrolla el pecho y los brazos”, decía la Every Woman´s Encyclopaedia, “y convierte a las chicas delgadas y esmirriadas en mujeres fuertes. No hay chicas con pinta de anémicas o enfermizas en las salas de operadoras”.
Fuente: Xatakaciencia
Durante el primer trimestre de 2013 las ventas de ordenadores personales han sufrido la mayor caída de la historia, todavía mayor de la que muchos especialistas habían pronosticado, según afirma la empresa de investigación de mercados IDC en un informe presentado en el día de ayer.
Este primer trimestre del 2013 los envíos de unidades del PCs fueron de 76.3 millones de unidades, lo cual significa un descenso de aproximadamente el 14% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Los pronósticos indican que el siguiente trimestre será uno más de los ya varios consecutivos en perdidas. La situación no se ve bien, pues ni las nuevas versiones de los sistemas operativos para escritorio comoWindows 8 y ni las nuevas tecnologías en procesadores de Intel parecen estimular el interés de los consumidores. Con esta situación los mini-noteooks también han visto bajar sus ventas
Casi ninguna de las grandes marcas de fabricantes han pasado una buena temporada, y se han visto muy afectadas por este fenómeno. Acer es la más afectada de las marcas con una caída en sus ventas del 32%. Hewlett-Packard, el mayor fabricante a nivel mundial, tuvo unas pérdidas del 24% para la línea de PCs. Asus, quien esta en puesto 5 en el mercado mundial y con grandes terminales, pierde alrededor de un 19%. Dell pierde cerca del 11%, y el único de los grandes en no ver afectadas sus ventas ha sido Lenovo,que las ha podido mantener a pesar de la situación.
Según Garther la situación es muy mala, pues las ventas se han venido abajo no solo en estos años, sino que desde 2009 se puede ver la disminución. En su informe también se observa que Europa aporta la mayor cantidad de bajas en ventas a nivel global.
No hay duda que la llegada de las tablets al mercado han dado un duro golpe a los PCs, y es entendible en cierto modo, pues son mas baratas. Las aplicaciones para tablets no requieren de un gran procesamiento y hay una gran cantidad de estas que cubren las necesidades para el usuario promedio, lo que hacer que estos no se ven en la necesidad de comprar un PC más caro para tareas sencillas, revisar su correo, leer noticias, estar en sus redes sociales y una que otra tarea de productividad. Todo esto sin olvidar que lastablets se han vuelto un gran manera de consumir tanto videos como música y así mismo fotografias.
Ampliar en: omicrono
En The New Yorker, The Nocebo Effect: How We Worry Ourselves Sick,
Las víctimas del síndrome del wifi afirman que las emisiones de radio de las comunicaciones móviles causan dolor de cabeza, náuseas, cansancio, hormigueos, dificultad para concretarse y problemas gastrointestinales, entre otros […] los científicos le han dado un nombre a esto: intolerancia ambiental idiopática atribuida a campos electromagnéticos [hipersensibilidad electromagnética], pero nadie ha encontrado ninguna evidencia de que suponga algún riesgo.
Sin embargo el síndrome del wifi puede tener sentido en el contexto de un fenómeno aún mayor: el efecto nocebo.
El efecto nocebo es algo así como el lado oscuro del efecto placebo. Según la Wikipedia,
El efecto nocebo se refiere al empeoramiento de los síntomas o signos de una enfermedad por la expectativa, consciente o no, de los efectos negativos de una medida terapéutica […] una respuesta orgánica del sujeto como consecuencia de las expectativas pesimistas propias del sujeto al pensar que el fármaco le causaría efectos dañinos, dolorosos y desagradables.
El efecto nocebo se puede dar incluso aunque no haya medicamento ni química alguna por medio —como reacción negativa una sustancia placebo.
El artículo de The New Yorker hace mención a estudios llevados a cabo sobre el síndrome del wifi en voluntarios que fueron sometidos a estas señales sin saberlo y voluntarios que no fueron sometidos a ellas aunque se les hizo creer que sí, de forma similar a los estudios que se hacen con medicamentos y sustancias placebo.
Entre aquellos voluntarios que no fueron expuestos a señales inalámbricas, aunque ellos creían estarlo, se detectaron o reportaron los síntomas comunes del síndrome del wifi (hormigueo en las extremidades, problemas intestinales o de concentración,…). Algunos llegaron a tal grado de incomodidad que tuvieron que salir de la habitación antes de tiempo.
En ocasiones basta con leer en internet sobre síntomas, síndromes y enfermedades para que la preocupación por padecer alguna de ellas pueda llegar a suponer un problema,
Internet se ha convertido en una poderosa —y a veces irresistible— máquina dosificadora de nocebo [y] en pocas horas uno puede alcanzar cierto grado de malestar desde la comodidad de su hogar.
Fuente: Microsiervos