En realidad poner un cactus cerca de la pantalla de nuestro ordenador sirve para algo: para decorar un poco nuestro espacio de trabajo. Pero para nada más: el cactus no absorbe las radiaciones emitidas por la pantalla, exponiéndonos así a una menor cantidad de radiaciones. Aunque pusiéramos nuestro ordenador en el interior de un invernáculo lleno de cactus, no pasaría nada en especial.
Lo irónico es que este mito tan extendido tiene algo de verdad: los cactus resisten especialmente bien las radiaciones (pueden recibir una dosis de radiación superior al resto de vegetales sin que se noten alteraciones en su fisiología). Pero eso le iría bien, en todo caso, al cactus, no a nosotros.
A continuación viene otro problema con la afirmación del mito: ¿qué clase de radiaciones absorbe el cactus? ¿Ultravioletas? ¿Infrarrojos? ¿Gamma? ¿Las que provocarían que nos convirtiéramos en un personaje más de los X-Men?
Ta vez consiguiríamos reducir la emisión de radiaciones de la pantalla, pero las radiaciones no se sentirían atraídas por el cactus: la única manera de pararlas sería poner los cactus delante de la pantalla… tapándola completamente. Lo cual tampoco resulta especialmente útil si queremos usar el ordeanador: casi es mejor apagarlo, en ese caso.
En cualquier caso, no existe evidencia científica de que la radiación que alcanza nuestros hogares o es emitida por nuestros electrodomésticos afecten a la salud,
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En Nature Communications , muestran cómo se desarrolló una nueva técnica para que la capacidad de datos de un DVD aumente de 4,7 gigabytes hasta un petabyte (1000 terabytes). Esto es el equivalente de 10,6 años de comprimido de vídeo de alta definición o 50000 películas completas de alta definición.
La operación de almacenamiento óptico de datos es bastante simple. Cuando se graba un CD, por ejemplo, la información se transforma en cadenas de dígitos binarios (0 y 1, también llamados bits). Cada bit es grabado con un láser de «quemado» en el disco, utilizando un único haz de luz, en forma de puntos.
La capacidad de almacenamiento de los discos ópticos está limitada principalmente por las dimensiones físicas de los puntos. Pero como hay un límite para el tamaño del disco, así como el tamaño de los puntos, muchos métodos actuales de almacenamiento de datos, tales como los DVD y discos Blu-ray, siguen teniendo una densidad de almacenamiento de bajo nivel.
Para evitar esto, han tenido que mirar a las leyes fundamentales de la luz.
Circunnavegando límite de Abbe
En 1873, el físico alemán Ernst Abbe publicó una ley que limita el ancho de haces de luz. Sobre la base de esta ley, el diámetro de un punto de luz, que se obtiene al enfocar un haz de luz a través de una lente, no puede ser inferior a la mitad de su longitud de onda – alrededor de 500 nanómetros (a sólo 500 000 millonésimas de metro) de la luz visible.
Y si bien esta ley juega un papel muy importante en la microscopía óptica moderna, sino que también crea una barrera para todos los esfuerzos de los investigadores para producir puntos sumamente pequeños – en la región del nanómetro – para utilizar como bits binarios.
En el estudio, muestran cómo romper este límite fundamental mediante el uso de un método de dos haces de luz, con diferentes colores, para la grabación en discos en lugar del método de luz convencional de uno solo.
Ambas luces deben cumplir con la ley de Abbe, por lo que no pueden producir puntos más pequeños de forma individual. Pero se dan a los dos haces diferentes funciones:
Los dos haces se superponen a continuación. A medida que el segundo haz de cancelado a cabo la primera en su anillo de rosquilla, el proceso de grabación es fuertemente confinado en el centro del haz de escritura.
Esta nueva técnica produce un punto focal efectiva de nueve nanómetros – o diezmilésima el diámetro de un cabello humano.
Fuente: THE CONVERSATION