El lector de RSS Google Reader ha dejado de trabajar oficialmente desde el uno de julio. Afortunadamente, existen varios servicios para hacerse cargo. Futura-Ciencias ha realizado una selección de las mejores alternativas a Google Reader.
El lector de RSS (Really Simple Syndication) que fue lanzado por Google en 2005 ha dejado de trabajar desde el uno de julio. Para justificar su decisión anunciada en marzo pasado, el gigante de EE.UU. había justificado la acusa en una audiencia en declive, pero también podemos ver una elección dictada por la ausencia de un modelo económico satisfactorio.
De todos modos, los usuarios de Google Reader están cambiando a otro servicio. Afortunadamente, abundan las alternativas
Antes que nada, debe guardar (plazo hasta el 15 de juio) primero las suscripciones RSS suscritas a través de Google Reader, para poderlas volver a utilizar con otros servicios. Para ello, podemos utilizar Google para llevar, una opción que permite recuperar una copia de todos los datos relacionados con una cuenta de Google. Una vez en la página, seleccione Google Reader, haga clic en el botón «Create Archive«. Una vez completada la operación, haga clic en «Descargar» para obtener su archivo como un archivo comprimido. Zip. En que es un archivo, Subscriptions.xml, que contiene todas las direcciones URL de los feeds RSS que se haya suscrito. Este es el archivo que se va a importar cuando se acceda a un nuevo lector de RSS. Tenga en cuenta que tiene hasta el 15 de julio para recuperar sus datos, a continuación, Google eliminará de forma permanente de sus servidores. Ahora, para la selección …
Feedly y Digg, casi clones de Google Reader
Desde el anuncio del cierre de Google Reader, Feedly se ha posicionado para tomar el relevo. Éste es muy similar al de Google, se basa con una interfaz sencilla y conveniente. La ventaja de Feedly es permitir recuperar fácilmente suscripciones vinculadas con su cuenta de Google. Así, podemos encontrar su flujo, como las agendas en Google Reader, con la opción adicional de cuatro tipos de presentación, lista, revista, mosaico o extendida. El servicio ofrece la posibilidad de compartir artículos en varias redes sociales simultáneamente, incluyendo Facebook, Twitter o LinkedIn, a través de la aplicación de búfer. Feedly también ofrece aplicaciones para Androidey iOS que se sincronizan con el servicio web con el fin de mantenerse al día. Simple y eficaz, este servicio es el que ofrece la transición más transparente con Google Reader. Con el anuncio del fin de Google Reader, Digg precipitó sus planes para un lector de RSS del que su primer borrador es bastante convincente.
Lo mismo es cierto para el propuesto, que también se basa en una unidad de interfaz optimizada. Ofrece, como Feedly, atajos de teclado muy útil. Sin embargo Digg ofrece menos opciones para la personalización de la pantalla, con sólo dos puntos de vista posibles: lista o alcance. Pero también se puede compartir contenido a través de Facebook, Twitter y Digg, o guardarlos en una carpeta. Una aplicación para iOS está disponible, y cuenta Digg que agregará rápidamente nuevas características, incluyendo la capacidad de importar o exportar archivos OPML, el formato estándar utilizado por los lectores de RSS. Una aplicación Android también se anuncia para antes del fin de julio.
Hay muchos más datos recogidos y resumidos en el gráfico completo en The Internet: Then and Now.
El que Grace Hopper (1906 – 1992) sea una de las mujeres clave en la historia de la informática viene, además de por ser una de las primeras programadoras, y además programadora del Mark I (el primer ordenador electromecánico), de que desarrolló el primer compilador.
Aunque por lo que quizás más se la conoce es por popularizar el término “bug” (bicho) para referirse a un error informático.
Tales fueron sus aportaciones a la informática, a las que se unieron también las de su carrera militar, que hasta la marina de EE.UU. puso su nombre a uno de sus destructores, el USS Hopper (DDG-70). También el superordenador Cray XE6 se apoda “Hopper” en su honor.
Cuando el Mark II, de 1944, sufrió un fallo, se detecto que el problema venía de que una polilla había atascado uno de los relés.
Cuando se reportó la incidencia, se pegó el insecto en el informe en papel, refiriéndose al bug (bicho) como la causa del problema.
Posteriormente, Hopper haría popular la expresión “debugging”.
Fuente: Javier Garzás.
Un entretenimiento común es imaginar qué podrán hacer los ordenadores del futuro… y la imaginación es el único límite. Pero todas las especulaciones parten de que vamos a tener máquinas capaces de funcionar a mucha mayor capacidad, con mucho mayor almacenamiento de datos. El problema es cómo conseguirlo.
Quizá las moléculas vivientes, como el ADN, puedan ser las sucesoras del ordenador electrónico que ha dominado nuestra vida desde la década de 1970. Ya en 2003, el científico israelí Ehud Shapiro consiguió crear un “ordenador” biomolecular en el que moléculas de ADN y enzimas que hacen que el ADN produzca determinadas proteínas podrían resolver problemas como la identificación de ciertos tumores en sus etapas más tempranas. Un ordenador que utilizara cadenas de ADN para realizar las operaciones de proceso de datos podría ser, en teoría, miles de veces más poderoso y rápido que los mejores procesadores electrónicos de hoy en día, al menos en ciertos tipos de procesos.
En el terreno de los posibles ordenadores biológicos, también se trabaja en uno formado por neuronas, es decir, las células del sistema nervioso de los animales. En 1999 se desarrolló el primero, formado por una serie de neuronas procedentes de sanguijuelas, donde cada neurona representaba un número y las operaciones se realizaban conectando a las neuronas entre sí. Uno de los atractivos de los ordenadores de neuronas es, según Bill Ditto, creador de este sistema pionero, que hipotéticamente pueden alcanzar soluciones sin tener todos los datos, a diferencia de los ordenadores electrónicos. Al poder realizar sus propias conexiones, en cierto modo estas neuronas podrían “pensar” de modo análogo, a grandes rasgos, a como pensamos nosotros cuando tratamos de resolver un problema sin datos suficientes.
Pero el área de trabajo más intenso como alternativa al ordenador electrónico es la informática cuántica, que trabaja a niveles subatómicos.
En el mundo a nuestra escala, los ordenadores trabajan con un lenguaje binario, es decir, que cada elemento de su lógica o “bit” sólo puede tener uno de dos valores: 1 o 0. Las operaciones de proceso de datos van transformando cada bit hasta que llega a un valor final que es la solución del problema.
Pero en un ordenador cuántico no tenemos bits sino qbits (bits cuánticos), que debido a las propiedades de las partículas elementales que describe la mecánica cuántica, pueden tener un valor de 0, de 1 o de una“superposición” de esos dos valores, es decir, ambos a la vez. Pero si tomamos un par de qbits, pueden estar cualquier superposición de cuatro estados. Así, la cantidad de qbits para representar la información en un ordenador cuántico es mucho menor que la cantidad de bits en uno electrónico y la cantidad de procesos que puede realizar es mucho mayor y a mayor velocidad, explorando diversas opciones para cada problema.
Los primeros ordenadores cuánticos comerciales han sido ya adquiridos por una empresa aeroespacial y por el gigante de las búsquedas en Internet, Google. La decisión se tomó después de constatar que el ordenador cuántico resolvía en medio segundo un problema que le tomaba media hora a uno de los más poderosos ordenadores industriales existentes.
Por más que nos pueda asombrar cuánto ha avanzado la informática desde sus inicios en 1946, es posible que apenas estemos por salir de la infancia de los ordenadores. Y el futuro será todo, menos predecible.
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