Los discos duros magnéticos actuales pueden guardar nuestros datos durante una década aproximadamente. Los CDs/DVDs teóricamente aguantan un máximo de 30 años, aunque su vida media suele rondar los quince si se guardan correctamente. Pero estas fechas son bastante limitadas y si nos fijamos en los últimos años no parece que vayan a mejorar mucho. Desde que IBM creó sus primeros discos en 1956 se ha aumentado la capacidad de almacenamiento y su eficiencia energética, pero hay algo que no ha cambiado; la vida media de los discos no ha mejorado.
Ahora gracias al trabajo de Jeroen de Vries y sus colaboradores de la Universidad de Twente, Holanda han conseguido un avance muy significativo. Han creado el primer modelo de disco capaz de guardar la información en una escala de tiempo muchísimo mayor, en concreto han testado y experimentado con un disco de un millón de años de vida, e incluso más.
Para conseguir este disco se fijaron en la energía mínima que se necesita para separar un estado de otro. En la energía de potencial necesaria para corromper un dato y convertirlo de un 0 a un 1. En definitiva, estudiaron a través de la Ley de Arrhenius cual es la relación entre la temperatura y la vibración atómica que hace que los datos se pierdan. Para que el disco aguante el millón de años que buscaban, la energía de activación tenía que estar entre 63KbT y 70KbT, valores que con la tecnología actual se pueden perfectamente lograr.
El modelo de disco es simple. Los nanotecnólogos almacenaron los datos en una lineas introducidas en un fino disco de tungsteno cubierto de una capa protectora de nitruro de silicio (Si3N4). Estos materiales fueron elegidos por sus bajos coeficientes de expansión térmica, lo que los hace perfectos para aguantar altas temperaturas. El siguiente paso es guardar la información, códigos QR con líneas de 100nm de ancho y calentarlos para ver como los datos se corrompen.
Según sus cálculos el modelo debería sobrevivir durante una hora a 445 Kelvin para que en condiciones normales el disco aguantara un millón de años. En el experimento el disco aguantó hasta los 848 Kelvin, aunque con graves pérdidas de información. Todo un éxito sin embargo que sobrepasó las expectativas de los propios científicos.
Hoy por hoy el libro de papel sigue siendo el medio más longevo que tenemos para almacenar nuestra cultura e información. Pero con estos nuevos discos magnéticos se nos abre una puerta increíble, una nueva oportunidad para el Proyecto Rosetta y una manera de despreocuparnos porque las futuras generaciones no puedan saber de nosotros. ¿Igualará algún día la escritura magnética a la impresa?
Ref: arxiv.org/abs/1310.2961 : Towards Gigayear Storage Using a Silicon-Nitride/Tungsten Based Medium
Fuente: omicrono
Google ha obtenido una pequeña victoria legal en su enfrentamiento contra la industria editorial de EE.UU. El juez Denny Chin se ha puesto del lado de la empresa tecnológica en su conflicto legal por infracción masiva de derechos de autor.
Chin ha aceptado el argumento usado por Google de su “uso justo” y de los “beneficios públicos significativos” que ofrece el proyecto de biblioteca digital de la compañía. El magistrado considera demás que la publicación de extractos para búsquedas online supone un “uso justo” la ley de derechos de autor de EE.UU. El juez habla de la iniciativa digitalizadora como algo “transformador” para la industria y que podría ayudar a incrementar las ventas de libros en lugar de perjudicarla.
En un principio los autores y editores negociaron con Google en un mismo frente, llegándose a un acuerdo de conciliación en 2008 por el que Google se comprometía a destinar 125 millones de dólares a un fondo que se utilizaría para compensar a los autores de obras protegidas, según recuerda BBC. Sin embargo, en marzo de 2011 el acuerdo fue rechazado por un tribunal de EE.UU, que indicó que Google ejercía un “monopolio de facto” para copiar libros.
En abril Google reveló que había escaneado 30 millones de obras para su proyecto. La sentencia podría marcar un hito importante en el caso después de ocho años y podría suponer un pilar jurídico para otros casos similares.
Fuente: ITespresso.es
En 2011, Google comenzaba a presentar los primeros pasos de Dart, su lenguaje de programación orientada a objetos, que se sumaba a otro intento llamado Go. En octubre del año pasado llegaba el SDK oficial y hoy finalmente está disponible la versión 1.0 de Dart.
Dart es un lenguaje de programación que ya está listo para que los desarrolladores web comiencen a crear aplicaciones basadas en él, y para los más desprevenidos podemos decir que se trata de una propuesta que tiene mucho en común con JavaScript, lo mostraron con Dart Synonym.
En todo caso, y tal como nos lo cuentan los desarrolladores desde el sitio oficial de Dart, se trata de un lenguaje de programación que es sencillo pero potente a la vez, y que ofrece herramientas de trabajo muy robustas y bibliotecas estándar que ya están completas, elementos con los cuales podemos lograr un flujo de trabajo rápido y sin complicaciones, pero que además ofrezca buenos índices de escalabilidad para aquellos proyectos que crezcan. Además, se cuenta con Dart Editor, un IDE (entorno de desarrollo con autocompletado de código, refactoring, debugger, etc), con Dartium (una versión propia de Chromium para realizar las pruebas con su máquina virtual Dart incluída), con dart2js (un traductor de JavaScript) y con Pub (un gestor de paquetes).
Ya que hablamos de dart2js, decir que el traductor permite la ejecución de código Dart en toda clase de navegadores, y que el rendimiento obtenido es muy superior al que se lograba con el en las primeras versiones de Dart, con un código resultante que es un 40 por ciento más pequeño que hace un año atrás. A la par de esto, ya se ve la adopción de Dart en varias compañías de primer nivel como Adobe, drone.io y JetBrains, y en Google ya lo están utilizando para varios de sus proyectos más importantes, como Google Elections.
Fuente: VISUALBETA