Uno de los problemas médicos más importantes de los últimos años son las adicciones a dispositivos tecnológicos. Un nuevo tratamiento de la compañía Dextrous Innovators podría ser clave para frenar o reducir estas conductas adictivas. Llegará al mercado europeo en 2015.
Resulta interesante conocer las bases neurobiológicas que fundamentan las adicciones. A día de hoy, la teoría del Premio Nobel Eric Kandel es bastante aceptada: la conducta adictiva se origina como la suma de factores genéticos y ambientales de una determinada persona. Nuestro ADN, por tanto, no podría explicar en exclusiva el desarrollo de comportamientos adictivos, sino que las diferentes condiciones socioculturales de nuestro entorno también influirían sobre hipotéticas adicciones.
En cierta manera, los avances tecnológicos, a pesar de su indudable beneficio, también pueden causarnos problemas. En un reciente trabajo de investigación del diario El Mundo, se citaban como gadgetopatologías algunos problemas de salud derivados del uso de smartphones o tablets.
Las adicciones a ciertas marcas podrían relacionarse con el conocido síndrome del miembro fantasma, la enfermedad del pulgar de Blackberry o las contracturas provocadas por nuestroiPad.
La tecnología es buena si se usa con la suficiente mesura. Sin embargo, la moda de disponer del último dispositivo del mercado puede generar problemas de ansiedad graves, que finalmente provocarían adicciones importantes a ciertos productos.
En los conocidos foros de Mac Forums, un usuario relataba su experiencia directa al adquirir productos de la conocida marca Apple. Él reconocía que tenía un problema importante, pues solo una semana después de adquirir su MacBook Pro, sentía que necesitaba comprar más dispositivos de los de Cupertino. He aquí el problema: cuando la necesidad se convierte en un impulso psicológico fuerte.
Ugh… I hate being that guy, but after a week with my MacBook Pro, I’m feeling this bug to have all Apple everything. I’m sure you’ll all say, it’s normal, but is it really designed to create that effect? But here I am with a Blackberry phone and an Android tablet, and I can’t help but feel like I need an iPhone (again) and an iPad, just to better enjoy the overall user experience. I think I want the ease of syncing between devices and having all my machinery speak the same language. Windows never gave me that opportunity.
Tan importante es la adicción a determinados dispositivos móviles, que ya son varios los proyectos internacionales de investigación que tratan de desarrollar herramientas para prevenir, evaluar y en su caso tratar estas conductas negativas. Un ejemplo imprescindible es el sistema de valoración de la adicción a smartphones, una metodología implementada por científicos coreanos, difundida en la conocida revista PLOS One en febrero.
Nuevo tratamiento
En este sentido, un nuevo fármaco producido por la compañía india Dextrous Innovators podría ayudar a mejorar el comportamiento de estos pacientes. Su fórmula magistral se basa en la utilización de flores de Bach, un conocido remedio, recomendado por especialistas de la talla de James Randi.
El uso de este tratamiento, preparado a partir de agrimonía, alerce y hojaranzo común, podría reducir los casos de adicciones a productos de Apple. Aunque no estará disponible en el mercado europeo hasta finales de 2015, cuando se regule a través de la Agencia del Medicamento y el Ministerio de Sanidad español, parece que los primeros resultados clínicos convencieron a la mismísima Ana Mato.
La política española reconoció que el ejecutivo de Rajoy está convencido de que «no hay cosa que tenga más valor que una medicina que cura enfermedades». Las flores de Bach podrían ser la solución perfecta para el famoso fanboyismo. Quizás en el futuro también consigamos un tratamiento para cualquier persona fandroid. Así quizás evitemos dejar cosas pendientes, al estilo de Walter White.
Fuente: ALT1040
Licencia CC
Reticare, es la marca de una lámina que, a cambio de un nada módico precio, supuestamente protege a los usuarios de dispositivos con pantallas iluminadas por LED (móviles táctiles, tabletas, etc.) de lo que la propia empresa vendedora califica como “luz tóxica“, unas malvadísimas radiaciones que por lo visto nos van a dejar a todos ciegos. Una afirmación que resulta tremendamente chocante, la verdad. Pero tranquilos: según nos explica también la empresa, el producto está avalado por los trabajos de investigación de un grupo de científicos de la Universidad Complutense de Madrid.
En fin, un aval científico tan impresionante como… bueno, digamos que poco consistente. Lo cuenta muy bien el prestigioso blog Ocularis en esta entrada, de la que reproduzco un par de párrafos:
Voy a intentar resumir tanto artículo con un párrafo. Los ojos trabajan con luz, necesitan la luz para ejercer su función. Es un órgano que está expuesto a la radiación solar en todos los animales, incluidos nosotros. La evolución ha ido adaptando y modificando el órgano para que no se deteriore, como es fácil de suponer. No se ha demostrado que una exposición normal a la luz solar sea perjudicial, y no se ha demostrado que ninguna protección o barrera prevenga de enfermedades oculares. No se ha demostrado que se produzca un deterioro de la retina debido a la luz visible más energética (luz azul), y no se ha demostrado que filtrando esta luz azul prevengamos de daños en la retina. Por otra parte, la luz solar es más intensa y energética que la luz artificial que se originan en pantallas LED. Si con la dosis más alta los filtros no son útiles, con la dosis más baja, la plausibilidad es incluso menor.
Profundizar en más explicaciones sería repetir lo mismo de lo que ya hablé en la serie de las lentes intraoculares amarillas. Pero también hay información en otras webs. Quien quiera leer más sobre el tema recomiendo dos artículos del blog La mentira está ahí fuera, una lectura muy recomendable. En el primero se contraponen las afirmaciones de los vendedores del Reticare con la evidencia científica. En el segundo hacen un análisis del estudio en el que se basa la comercialización del Reticare. El estudio, efectivamente, ofrece serias dudas metodológicas, dudas éticas sobre conflicto de intereses, y por su propio diseño no sirve para dar validez a ningún filtro. De hecho, no se puede hacer ninguna afirmación clínica ni práctica a partir de él.
Vamos, que la hipótesis de partida (lo de la peligrosidad de la “luz tóxica” de los dispositivos) es más que dudosa, y los estudios científicos ni parecen nada sólidos ni realmente tienen nada que ver con el dichoso filtro.
Por su parte, la empresa Reticare ha aportado nuevas evidencias científ… ah, no: ha intentado que Ocularis retire la entrada. Ya saben: a falta de argumentos científicos, exhiben su musculatura legal. Con lo feo que está eso de mandar una carta de un bufete de abogados en vez de un puñado de referencias a estudios serios o, no sé, una felicitación navideña…
En cualquier caso, les remito a las entradas de Ocularis o La mentira está ahí fuera (o a lo que cuenta hoy en Naukas el bueno de Arturo Quirantes) en cuanto a los fundamentos científicos (o más bien la falta de fundamentos científicos) de Reticare. Por mi parte la cuestión que me planteo es la de la participación de la Universidad Complutense. ¿Saben los responsables universitarios que se está empleando su aval de una forma tan… bueno, tan poco consistente? Si no lo saben, ¿es que no verifican, aunque sea mínimamente, quién y para qué emplea ese sello de calidad? Y, si lo saben, ¿no les importa ver su prestigio académico e investigador comprometido de esa manera?
El caso de Reticare y la Complutense no es único, pero sí sintomático. Y quizá va siendo ya hora de que alguien empiece a elaborar un diagnóstico y proponer una cura.
Fuente: La lista de la vergüenza
Autor: Fernando Frías
Fue el padre de la computación moderna cuyo trabajo sobre el código Enigma en Bletchley Park se dice que acortó la Segunda Guerra Mundial.
Pero también era homosexual (gay), y en aquellos tiempos menos ilustrados fue castrado químicamente por una nación ingrata tras ser declarado culpable de «indecencia grave» con un hombre en 1952.
Ahora, casi 60 años después de su suicidio por envenenamiento con cianuro a la edad de 41 años, Alan Turing fue indultado oficialmente por la Reina bajo la poco conocida prerrogativa real de la Misericordia.
El perdón se produce después de un cambio de actitud de los ministros que habían insistido previamente en que Turing estaba debidamente declarado culpable de lo que en ese momento era un delito penal.
El indulto se concede por lo general sólo cuando la persona es inocente del delito y que dicha solicitud ha sido hecha por alguien con un interés personal, como un miembro de la familia. Pero el perdón de Turing ha sido emitido sin que se cumpla una obligación.
De ello se desprende una campaña sostenida por los científicos, incluyendo a Stephen Hawking, y una petición al Gobierno firmada por más de 37000 personas.
Al anunciar el cambio, el secretario de Justicia, Chris Grayling, dijo Turing merecía ser «recordado y reconocido por su excepcional contribución al esfuerzo de guerra» y no por su condena penal posterior.
«Su vida posterior se vio ensombrecida por su condena por la actividad homosexual, una frase que ahora consideraría injusta y discriminatoria y que ahora ha sido derogada», dijo. «Un perdón de la Reina es un merecido homenaje a un hombre excepcional.»
El indulto en virtud de la prerrogativa real de la Misericordia entrará en vigor hoy. Desde 1945, se han otorgado sólo tres de alto perfil indultos en Inglaterra y Gales bajo la prerrogativa real: a Timothy Evans, Derek Bentley y Michael Shields.
Una vez más, esta vez para el día 30 de diciembre, se ha convocado una hora de apagón eléctrico con el lema “¡¡Hasta aquí hemos llegado!! Ahora somos nosotras las que vamos a dejarlos A DOS VELAS. ¡¡UNIDAS PODEMOS!!” Lo convoca aquí Facua Y si se leen los comentarios, la mayoría de los participantes en la página aplauden la iniciativa porque “ya está bien de que nos tomen el pelo” y “así se van enterar”, “lo van a sufrir en sus bolsillo”… Error, craso error.
El mercado eléctrico es muy complicado y en él la mayoría de las cosas no son evidentes, y por eso se producen situaciones así. De manera natural uno pensaría que si deja de consumir una hora las empresas del oligopolio eléctrico pierden esa hora de producción, luego ingresan menos. Pero no es así. En el sistema eléctrico se juega con una sustancia, la luz, que hay que producir en el mismo instante en el que se necesita, porque no se puede almacenar en grandes cantidades (y en pequeñas, como la batería del móvil, vemos que cada vez dura menos y hay que repostar con más frecuencia). Y, sobre todo, es necesario mantener siempre el equilibrio entre oferta y demanda, teniendo en cuenta que la demanda es caprichosa porque es el resultado de las decisiones de los millones de usuarios que encienden la luz cuando les parece bien, como es natural.
Ese trabajo de equilibrio imprescindible lo lleva a cabo Red Eléctrica y aquí se puede ver bien cómo es y como varía minuto a minuto. Frente a una situación anómala, como una convocatoria de apagón de este tipo en la que no sabe cuánta gente va a participar, REE tiene que asegurase de que en ningún caso se va a producir una situación de desequilibrio grande entre oferta y demanda que origine no un menor consumo durante una hora sino un verdadero apagón nacional, lo que sería un problema social de primera magnitud y de consecuencias económicas más que notables. Para controlar ese riesgo REE ordena que funcionen más centrales que estén dispuestas a subir o bajar producción muy deprisa, un servicio por el que las empresas cobran más. Esa hora del día 30, o de cualquier otra convocatoria de este tipo, habrá más centrales funcionando por si pasa algo, y cobrando por ello sus muy buenos dineros. Es decir que lo que puedan perder por menor consumo es mucho menos de lo que lo que cobran por tener estas otras centrales listas para controlar la situación y evitar la pérdida de equlibrio.
Si se pretende disminuir los ingresos de las eléctricas, es mucho más sensato apagar la luz un minuto cada día que apagar una hora al año. Es mucho más sensato usar la energía con cabeza, poner medidas de eficiencia en casa. Hay muchas y de ello se habla en este blog, en el que hay muy buenas ideas. Entre ellas, como dice su autor, Clemente Álvarez, “Lo primero para reducir nuestro gasto de electricidad es tener claro qué está consumiendo en la casa. Sin embargo, por raro que parezca, esto no resulta nada sencillo.” Como decía antes, nada es sencillo ni evidente en este mundo eléctrico, por eso hay que hacer un esfuerzo de comunicación para evitar que creamos estar asestando un golpe a las eléctricas y nos lo estemos pegando a nosotros mismos, en los bolsillos.
Fuente: AECC