De la impresora sale una lámina con múltiples capas. Una de esas capas está formada de polímeros que al calentarse adoptan la forma tridimensional previamente establecida; otra capa incorpora los circuitos impresos con cobre (o tinta conductiva) y el resto de capas corresponden al cartón y a la espuma que dan consistencia al dispositivo.
La lámpara va conectada a un circuito Arduino que controla el proceso de montaje. Por ahora el LED que proporciona la luz debe soldarse a mano; pero el interruptor es un ejemplo de componente simple que sí forma parte del producto impreso autoensamblado.
Fuente: IEEE Spectrum.
Eugene Gootsman es un programa que se hace pasar por un chaval de 13 años de Ucrania, desarrollado por tres investigadores provenientes de Rusia y Ucrania. En un evento organizado por la Universidad de Reading, consiguió engañar a los jueces el 33% de las veces de que en realidad era una persona humana, lo que según los escritos de Alan Turing es suficiente como para declararla una “máquina pensante”. Sin embargo, ¿es eso cierto?
La realidad es que no existe un solo test de Turing, ni sus reglas son tan específicas. Ideado por el genio Alan Turing en la década de los 50, fue la respuesta a una duda que se hacían muchos científicos con la llegada de las computadoras: ¿pueden las máquinas pensar? En vez de responder a una pregunta tan difícil, Turing la replanteó de la siguiente manera: “¿Existen ordenadores imaginables capaces de cumplir en el juego de imitación?”. Dicho “juego de imitación” consiste en que dos jugadores, uno hombre y otro mujer, intentan convencer a un interrogador de que son mujeres a base de notas escritas.
Turing sustituyó al hombre con un ordenador que tendría que imitar a base de textos a un “hombre haciéndose pasar por una mujer”. Esta prueba evolucionó hasta convertirse en lo que se conoce como “el test estándar”, en el que un interrogador tiene que decidir cuál de los participantes es un ser humano y cuál es una máquina imitando a uno. Por lo tanto, el propósito del test de Turing no es específicamente engañar al interrogador, sino imitar a un ser humano; parece que es lo mismo, pero en realidad no lo es porque lo segundo implica algo mas que reaccionar a las preguntas del interrogador, es decir, algo mas que “Si me pregunta esto, respondo esto”.
De hecho, el test que “Eugene” ha pasado en realidad está basado en una predicción de Turing de que para el año 2000, máquinas con 100 MB de almacenamiento serían capaces de engañar al 30% de los jueces en pruebas de cinco minutos de duración. Decir que “Eugene” ha pasado el Test de Turing puede ser demasiado optimista, sobre todo teniendo en cuenta que esa no es la interpretación actual.
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Cuando busquemos un término censurado (el nombre de la persona, por ejemplo), veremos un mensaje en el que se nos apunta que esa persona ha pedido borrar un enlace relacionado, junto con información de la sentencia europea. De esta manera Google quiere ser completamente transparente en lo que respecta a los resultados de sus búsquedas, pero sobre todo dar una pista a aquellas personas que estén buscando información. Por ejemplo, si estamos buscando datos sobre el pasado de un político y vemos ese aviso, por lo menos sabremos “que hay algo que quiere ocultar”, y que si seguimos investigando es probable que lo encontremos.
Este aviso funcionaría de manera muy similar a cuando Google borra enlaces a contenido con copyright, como canciones en MP3 o a páginas de descarga de torrents en algunos países.
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Es el resultado del trabajo realizado por la división Google X, responsable por proyectos paralelos al negocio principal de la compañía, como las lentes de contacto inteligentes, la fibra óptica, las prendas conectadas a internet, etc.
El coche no tiene volante, pedales, o frenos, se conduce solo, tal y como veis en el vídeo, y lo ha presentado Sergey Brin en la Code Conference como un prototipo funcional que puede cambiar la vida de muchas personas.
Con ordenadores y sensores externos, Google planea construir alrededor de 100 unidades durante este verano, aunque inicialmente tendrán controles manuales por si algo sale mal, tal y como comentan en el blog oficial de la compañía.
Tienen sensores que eliminan los puntos ciegos, y pueden detectar objetos a una distancia de más de dos campos de fútbol en todas las direcciones, algo necesario en calles muy transitadas con muchas intersecciones. La velocidad máxima es baja, unos 40 km/h, incluye dos asientos (con cinturones de seguridad), un espacio para las pertenencias de los pasajeros, los botones para iniciar y detener, y una pantalla que muestra la ruta.