En la Google I/O se habló de conectarse a Chromecast sin necesidad de estar en la misma red WiFi. No es magia, es tecnología ultrasónica y funciona de maravilla.
No será necesario WiFi para conectar a un Chromecast. ¿Qué clase de magia es esa? El dispositivo no tiene bluetooth ni NFC. El nuevo sistema emite ultrasonidos a través de los altavoces del televisor que, a su vez, son captados por el micrófono del teléfono para hacer la conexión. De esta forma, ninguna clave de WiFi se ve comprometida.
En el vídeo que acompaña esta noticia se puede ver cómo, sin una señal WiFi y tan solo a través de tonos, se puede comunicar un mensaje entre un ordenador y un móvil. De acuerdo que son mensajes sencillos y que para transmitir datos más complejos como vídeo o 3D no sería la mejor manera pero el uso que quiere darle Google, que es la de simple conexión, es más que suficiente.
Fuente: ALT1040
La novedad de la que más se ha hablado en el último WWDC ha sido, con diferencia, un nuevo lenguaje de programación creado por Apple: Swift.
Desde que Apple compró a NeXT hasta la fecha, toda la programación para las plataformas Apple se viene haciendo fundamentalmente en Objective-C, un lenguaje que combina características de C y Smalltalk.
Se trata del tercer lenguaje más usado en el mundo (básicamente debido a iOS) y con usuarios relevantes (aunque poco conocidos) fuera del ecosistema Apple. Por ejemplo, un gran porcentaje de los sms premium que se envían en el Reino Unido, son gestionados por una aplicación creada con Objective-C en su encarnación Open Source: gnuStep.
Cuando lo lanzaron, lo describieron como un lenguaje más rápido, más sencillo y «Objective-C sin C». A poco que se escarba en él, esa descripción empieza a parecer cada vez menos acertada.
No hay motivos para que Swift sea más rápido que Objective-C (y vice versa): ambos usan el mismo compilador y la misma librería de clases. Por supuesto que si uno quiere, puede encontrar casos específicos en los cuales uno de los dos patina de forma espantosa y mostrar eso como «prueba». Sin embargo, en aplicaciones reales, no creo que haya grandes diferencias en favor de cualquiera de los dos.
Una de las razones por las cuales se está generando un enorme interés por Swift, es por su aparente sencillez. Lamentablemente, después de muchas horas con el lenguaje, he de decir que no soy de esa opinión. Objective-C tiene una sintaxis extraña pero sumamente sencilla y homogénea. Swift, por otro lado, tiene una sintaxis más familiar, pero esconde una infinidad de casos especiales, detalles sutiles y variaciones sintácticas para hacer una misma cosa. Bajo una capa de aparente sencillez, se esconde un lenguaje con una complejidad solo comparable a C++.
«Objective-C sin C». Esa frase dio a entender a muchos que se trataba de un nuevo lenguaje que preservaba las características esenciales del lenguaje, eliminando las «rémoras del pasado». Nada más lejos de la realidad. Swift es un lenguaje, no sólo distinto, sino opuesto en casi todo a Objective-C.
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