Una nueva herramienta de diagnóstico basada en la luz, permite a los médicos controlar los niveles de azúcar en la sangre en pacientes que no pueden dar muestras de sangre.
El sistema está destinado a ayudar a prevenir la hipoglucemia en los bebés nacidos prematuramente. Ha sido desarrollado por investigadores suizos, en Swiss Federal Laboratories for Materials Science and Technology (EMPA) y el Hospital Universitario de Zurich.
La hipoglucemia puede conducir a daño cerebral en los bebés si persiste por más de una hora. Pero el control de la situación mediante muestras de sangre repetidas en poco tiempo es imposible porque la pérdida de sangre y el estrés serían demasiado intensos para que un bebé pudiera soportarlos.
El nuevo dispositivo, llamado Glucolight, no requiere muestras de sangre, ni tan siquiera para la calibración. En dispositivo, absorbe la glucosa a través de la piel y compara dos mediciones de fluorescencia para determinar la concentración de azúcar en sangre.
Cuenta con una cabeza de medición de microdiálisis, que se desarrolló en el Hospital Universitario de Zurich, y una membrana inteligente creada en APEM. También incorpora fuentes de luz, una bomba y un chip de microfluidos con un fluorómetro, desarrollado en el Hospital Universitario de Zurich.
La membrana “inteligente” contiene moléculas de colorante conocidas como espiropiranos, que se cargan con luz ultravioleta y vuelven a un estado neutro bajo luz visible. Como resultado, la membrana se abre cuando se irradia con luz UV, permitiendo que las moléculas de glucosa se difundan a su través a partir de la piel. Si se irradia con luz visible, considerablemente menos moléculas de glucosa pasan a través de la membrana.
Primero se toma una medida bajo luz visible. La pequeña cantidad de glucosa que pasa a través de la membrana se mezcla con enzimas reactivos y se bombea a través del chip de microfluidos, en el que se mide mediante el fluorómetro. El proceso se repite entonces con la luz UV. Un ordenador compara las dos lecturas.
Se espera que los estudios clínicos que utilizan el dispositivo, se incien este año en el Hospital Universitario de Zurich. Los investigadores han presentado una solicitud de patente y han comenzado las negociaciones relativas a la producción a gran escala del sensor. La investigación ha sido financiada por la Fundación Nacional de Ciencia de Suiza.