Hay estudios que nunca dejarán de sorprenderme, no por los resultados, sino porque a alguien le de por hacerlos. Aquí un ejemplo: Psychological Language on Twitter Predicts County-Level Heart Disease Mortality. En español sería: El lenguaje psicológico en Twitter predice la mortalidad por enfermedad cardíaca por regiones.
Básicamente los científicos del estudio han analizado 826 millones de tuits. De esos seleccionaron 146 millones que tenían localización geográfica. Sobre esta muestra realizaron un análisis buscando frases negativas sobre trabajo, salud o estado emocional. También buscaron frases positivas como las que incluían las palabras «oportunidad» o «fin de semana». Después estudiaron la correlación entre el «buen rollo» en Twitter y la mortalidad debido a factores cardíacos. El resultado fue que correlacionaban bastante bien, de hecho correlaciona mejor que ciertos factores clásicos como el tabaquismo.
Por supuesto, esta correlación no implica causalidad. No es que quejarte en Twitter haga que te de un infarto. De hecho, ya que la mayoría de los usuarios de Twitter durante el periodo del estudio (2009-2010) eran gente joven, los que se quejaban y los que morían no eran los mismos. Lo que el estudio parece indicar es que las quejas en Twitter son un buen reflejo de la calidad de vida en cada región, y que la calidad de vida afecta fuertemente al riesgo cardiovascular.
Fuente: Manzanas Entrelazadas
Científicos de la Universidad de Exeter han descubierto un nuevo método para producir grafeno más barato y fácilmente.
El grafeno es un material formado por el elemento químico carbono (elemento del grupo IV de la tabla periódica, como el silicio y el germanio), puro sin ningún añadido, sus átomos están dispuestos formando un patrón regular con estructura hexagonal, es similar al grafito (otro compuesto de carbono), pero con una estructura de láminas de un átomo de espesor. Una de sus características más destacadas es que es muy ligero, por ejemplo una lámina de un metro cuadrado tiene una masa de tan sólo 0,77 miligramos. A su vez es 200 veces más fuerte que el acero y su densidad es semejante a la de la fibra de carbono, y comparado con el acero es cinco veces más ligero.
Artículo completo en: Blasting.news
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