Es habitual que cuando llegamos a una web para descargar algo, simplemente pulsamos el botón “Descargar” y directamente comienza el proceso en nuestro navegador.
En cualquier caso, a lo que queremos llegar es que cuando pulsas el botón “Descargar”, la página automáticamente solicita el archivo y lo pone en tu cola de descargas. En la mayoría de ocasiones no sabemos de dónde viene ni dónde está alojado (aunque si utilizas un gestor de descargar, sí).
FileChef es un buscador que nos lleva a los enlaces directos de descarga de cualquier archivo en Internet. En realidad FileChef no es un buscador en sí mismo, sino que utiliza Google para mostrarnos los resultados.
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En 1900, se descubrió un artefacto cerca de la Isla de Anticitera, en Grecia. Este artefacto fue encontrado entre dinero, estatuas y vasijas, por lo que no se le dio importancia por algún tiempo. Varios años después, el arqueólogo Valerios Stais, notó que se trataba de una especie de conjunto de engranes y comenzó a estudiarlo.
No fue sino hasta 50 años después que se llevaron a cabo estudios metódicos del objeto, mediante Derek de Solla Price. A él y a su colega, un físico, les tomó 25 años descubrir los secretos que ocultaba.
Necesitaron de rayos X para estudiar el interior del mecanismo y lo que encontraron fue una computadora antigua.
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Los últimos datos aportados por Gartner, la consultora y empresa de investigación en el ámbito de las tecnologías de la información, señalan que las ventas mundiales de ordenadores totalizaron los72,6 millones de unidades en el útltimo trimestre de 2016. Una cifra que supone una disminución de 3,7% desde el cuarto trimestre de 2015. De hecho, según la consultora, a partir del año 2015, las ventas de PC han disminuido anualmente. «El estancamiento en el mercado de los ordenadores continuó en el cuarto trimestre de 2016, ya que las ventas durante el periodo de vacaciones de navidad han sido generalmente muy débiles, debido, sobre todo, al cambio fundamental en el comportamiento de compra de ordenadores», apuntó Mikako Kitagawa,analista principal de Gartner. Toda una serie de condicionando que ha provocado que este último año haya sido bautizado como el quinto año consecutivo en el que los ordenadores han perdido en número de ventas. Una tendencia que según los analistas de Gartner comenzó en el año 2012. Y aunque Kitagawa señaló que, por lo general, el mercado de PCs sufrirá un estancamiento, también existen oportunidades de crecimiento dentro del mercado, tales como el mercado de usuarios de PC, el mercado empresarial y los juegos. Sin embargo, estas áreas de crecimiento no evitarán la caída general del mercado de ordenadores, al menos en el próximo año. Con todo ello, cuatro de los seis principales proveedores experimentaron un aumento en los envíos de PC a nivel mundial en el cuarto trimestre de 2016, mientras que los tres principales proveedores aumentaron su cuota de mercado global en el cuarto trimestre.
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Los dispositivos conectados a internet están por todas partes, no importa el tipo de producto ni la finalidad de su conexión, internet de las cosas (IoT) es el futuro y en el CES 2017 se han presentado multitud de productos inteligentes conectados.
Por ejemplo, se dispone de un televisor de un última generación, de lo más potente y avanzado en el mercado. Dentro de tres años probablemente no lo sea y, su hardware ya no será lo suficientemente potente como para soportar el nuevos software y las nuevas funciones.
Un gesto tan sencillo como pulsar un botón y que posteriormente ocurra algo provoca en nosotros una agradable sensación de bienestar. A nuestro cerebro no le gusta que las cosas ocurran por azar e inconscientemente necesitamos tener el control de cuanto pasa.
Por tal motivo, el simple hecho de encontrarnos con un botón, apretarlo y que se abra una puerta, suba el ascensor o cambie el canal del televisor nos hace sentir bien.
Pero cada vez son más aquellos aparatos que en su día tenían algún botón con un objetivo específicoy que, actualmente, dicha función se controla de forma automatizada -por un ordenador central- y el hecho de pulsarlo no cambia absolutamente nada.
Es el caso de numerosos semáforos en los que se puede ver la típica cajita en el que indican al peatón que pulse para cambiar a verde o el botón que se encuentra en muchos ascensores y que en teoría sirve para que se cierren las puertas desde el interior.
Hoy en día muchos de estos botones no tienen función alguna, pero continúan estando ahí porque es beneficioso para nosotros, ya que el hecho de pulsarlos nos provoca un efecto placebo al saber que mantenemos el control sobre ellos.
Actualmente, la mayoría de los semáforos están controlados por un ordenador central que regula el tráfico y cada vez son menos aquellos en los que el pulsar el botón tenga incidencia alguna.
El hecho de que sigan manteniéndose en muchos lugares los semáforos con botón se debe a dos sencillas razones: por un lado el prevenir atropellos, debido a que al apretar estamos convencidos de que el disco cambiará en breve y, por tanto, nos esperaremos a que esto ocurra.
Y por otra parte –y como principal razón- el hecho de ahorrarse el enorme desembolso que representaría cambiar todos los postes de los semáforos. De ahí que se haga paulatinamente y cuando realmente toca reemplazarlos, siendo entonces cuando éstos ya no llevaran botón alguno.
Evidentemente hay que destacar que sí que hay semáforos en los que pulsar el botón incide sobre el tiempo en que tardará en ponerse verde pero cada vez son menos, están destinados a calles con menor tránsito y escaso paso de peatones o esta función se deja únicamente activa durante las horas nocturnas.
El otro botón puesto en cuestión es el de cerrar las puertas desde el interior de un ascensor. Durante largo tiempo sí que sirvió para ello, pero desde hace un par de décadas los ascensores están regulados para que las puertas no puedan cerrarse antes de tiempo y así evitar accidentes entre aquellas personas con movilidad reducida y que deben acceder a ellos.
Así se recogió en una ley aprobada en Estados Unidos en 1990 en la que se obligaba a tener un tiempo de espera antes del cierre automático de puertas para facilitar el acceso a las personas con algún tipo de discapacidad o ancianos. Fue a partir de ahí cuando paulatinamente fue anulándose la función del botón de cierre. Pero ¿si ha pasado un cuarto de siglo por qué siguen estando?: por puro placebo.
Un viaje en ascensor es uno de los momentos más incómodos para casi todas las personas. Accedemos a él y queremos que rápidamente nos lleve al piso al que debemos ir. Muchas son las personas a las que les incomoda viajar con individuos desconocidos y por tal motivo nada más entrar en el ascensor pulsan el botón de cierre.
Evidentemente, se cierra cuando el ordenador del aparato decide –que para eso está programado- pero a los usuarios nos queda la satisfactoria sensación de que hemos sido nosotros los que hemos logrado que las puertas se cierren más rápidamente.
Pero existe un tercer botón –aunque en la mayoría de ocasiones se trata de una ruedecilla- que también suele tener en algunos lugares una nula incidencia y que de nada sirve toquetearlo: el que regula la temperatura del aire acondicionado o calefacción de numerosísimas oficinas.
Y es que las oficinas son un lugar de continuo conflicto entre los trabajadores ya que cuando unos tienen calor otros se están pelando de frío, siendo incapaces de ponerse de acuerdo en cuál es la temperatura idónea en la que todos estarían a gusto –a pesar de que esté regulado por Real Decreto cuál es la temperatura que debe haber en estos lugares de trabajo-.
Estas disputas entre compañeros han llevado a que cada vez sean más las empresas que opten por esconder el control de temperatura e incluso aquellos que están a la vista estén desconectados, dando la sensación al trabajador que lo manipula de que hay los grados que éste ha puesto y sin ser consciente que en nada ha influido… todo por pudo placebo.
Según indica un artículo de The New York Times, el hecho de colocar termostatos placebos en algunas oficinas ha llegado a reducir hasta en un 75 por ciento las llamadas que se realizan al servicio técnico.
Obviamente, hay numerosos botones que sí sirven para algo cuando los pulsas y muchas las personas que pueden atestiguar que han regulado el termostato de su oficina o logrado que el disco del semáforo cambiase tras haber apretado el botón. Pero, placebo o no, el solo hecho de saber que incidimos en ello nos hace sentir mejor.
Fuente: Tecnoexplora
Casi 20 años antes de que todo el mundo hablara de Trump y la posverdad, nació Snopes, uno de los primeros proyectos de fact–checking, que se especializaba en desmitificar leyendas urbanas y teorías conspiranóicas que se abrían camino por fuera del nicho magufo donde habitaban por medio de cadenas de correo.
Con el tiempo, Snopes se convirtió en el sitio de referencia para debunkers y escépticos que se cruzaban con estas repugnantes y descabelladas afirmaciones, siempre ofreciendo la mejor evidencia disponible para cada caso. A medida que el populismo se ha ido tomando el mundo, la labor de Snopes fue entrando en el terreno político, desenmascarando cuanta noticia falsa cruzaba eltimeline de sus editores. La movida no le hizo gracia a algunos ‘medios’ que más bien son órganos de propaganda de ciertas agendas políticas, que vieron cómo sus panfletos eran reducidos a trizas por el más honesto ejercicio periodístico. Una de las ‘víctimas’ de Snopes —que realmente es víctima de sí misma, por falta de rigurosidad— fue el ‘medio’ británico Daily Mail, del que hay un gigantesco archivo en Snopes con muchas de sus notas calificadas como mayormente falsas.
Ahora el Daily Mail se ha desquitado. Más o menos. La semana pasada, el Mail publicó una nota en la que se hacen eco del divorcio de los fundadores de Snopes, David y Barbara Mikkelson, y el nuevo matrimonio de él con una exactriz porno que trabaja para Snopes. Aparentemente, el Daily Mail obtuvo copias de los documentos del divorcio, que incluye acusaciones de que David Mikkelson estaría incurso en malversación de fondos y estaría tratando de conseguir beneficios fiscales despilfarrando dinero.
No es la primera vez que ocurre esto, ni será la última: cuando los magufos y traficantes de miedo no tienen argumentos para respaldar sus afirmaciones, recurren a la difamación, entrometiéndose en la vida privada del escéptico de turno, y su obsesión no conoces límites. Sé de algún ardido cuya obsesión lo lleva a inventarse cosas que no son ciertas (y hasta cambiar orientaciones sexuales). Todo con tal de arruinar la reputación de quien tuvo la osadía de cuestionar su creencia.
Lo chistoso —al menos para mí— es que la verdad no cambia, así la digan Agamenón o su porquero, y los gustos de alguien y lo que haga en la privacidad de su hogar (y con el consentimiento informado de todas las partes involucradas) no es problema de nadie más. Mejor dicho: el hecho de que llueva no cambia, independientemente de que lo diga un meteorólogo, una persona casada, una persona soltera, un gay, un heterosexual, o alguien que ha incursionado en el trabajo sexual. (Y haber sido actriz porno no priva a nadie de las capacidades críticas para investigar la veracidad de una historia.)
Curiosamente, el Daily Mail no dijo absolutamente nada sobre la veracidad de Snopes — y ese es el punto: Snopes sigue siendo una fuente confiable de fact–checking, independientemente de las vidas privadas de quienes están a cargo.
Fuente: DE AVANZADA
Un usuario de Imgur compartió algunas fotos que pueden explicar la diferencia más importante entre la unidad óptica de algunos equipos Apple y la que incluiría cualquier otra marca. La unidad en su MacBook Pro tenía pegado un centavo de dólar estadounidense debajo del plástico.
Greatease no ha sido la única persona en encontrar monedas en sus unidades ópticas. En 2010 la web Gizmodo publicó el vídeo de un usuario que encontró un cuarto de dólar en la unidad óptica SuperDrive de su Apple MacBook. El vídeo de 40 segundos fue subido a YouTube por Greg Kilpatrick. En 2013 el usuario Unplottable publicó en Mac Rumors la foto de un cuarto de dólar canadiense en una unidad SuperDrive, quien aseguró que compró su MacBook en el año 2011 directamente en una Apple Store en Montreal.