La industria del almacenamiento digital, y sus siempre crecientes necesidades de formatos más densos está de enhorabuena. Científicos de la Universidad de Berkeley en California especializados en física de nuevos materiales han creado un tipo de memoria que no solo almacenará un volumen de datos miles de veces superior al de los actuales chips de silicio, sino que además mantendrá los datos durante miles de millones de años.
Como ya había comentado en este blog, una de las grandes preocupaciones de los conservadores de datos (bibliotecarios) es la amenaza de una era de la oscuridad digital cuando, dentro de unos años, los medios de almacenamiento digital actuales se corrompan y se pierdan sus valiosos datos. Se estima que nuestros actuales discos duros y pendrives tienen una esperanza de vida comprendida entre 10 y 30 años. ¡Muy poco si lo comparamos con el Domesday Book de Guillermo el Conquistador! (Libro, por cierto, escrito en papel vitela).
Pero ahora Alex Zettl y sus colegas, han desarrollado un dispositivo experimental de almacenamiento que consiste en una nanopartícula de hierro (50.000 veces más estrecha que un cabello humano) encerrada en nanotubo de carbono hueco. En presencia de electricidad, la nanopartícula puede lanzarse hacia delante o atrás con gran precisión. Esto crea un sistema de memoria programable que, al igual que los chips de silicio, puede registrar información digital y reproducirla empleando el hardware de computadoras convencional. En el laboratorio y en los estudios, los investigadores mostraron que el dispositivo tenía una increíble capacidad de almacenamiento de 1 terabyte por pulgada cuadrada (6,4516 cm2). Por si fuera poco, el material mostró una estabilidad a la temperatura superior a los mil millones de años.
Su descubrimiento aparecerá publicado en la edición del 10 de junio de la revista ACS’ Nano Letters
Visto en Physorg