Uno de cada cinco bancos no sabe cuánto dinero pierde a causa de los fraudes con tarjetas y por internet. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado First Data tras realizar una encuesta entre expertos de 52 grupos financieros de Europa, Oriente Medio y África.
La cuestión no es baladí porque, de acuerdo con las estimaciones del procesador de pagos, los timos podrían costar a la banca mundial hasta 1.000 millones de euros año.
La mayor parte de los incidentes todavía se produce en una situación donde la tarjeta se encuentra presente. Es decir, en la utilización del plástico en cajeros automáticos (36%) o datáfonos instalados en comercios (35%), conocidos en la jerga de medios de pago como terminales punto de venta (TPV).
Internet y los entornos donde no se entrega físicamente la tarjeta, como la compra telefónica, acaparan otro 25% de los delitos.
El timo más frecuente es el duplicado de tarjeta o skimming. Este fraude consiste en clonar la banda magnética por medio de un aparato. La incorporación de la tecnología chip a los plásticos, que se producirá en España de forma masiva entre 2008 y 2010, supondrá una reducción significativa de este tipo de incidencias.
En 2005, se vieron afectadas 3.000 tarjetas por este fraude en el Viejo Continente, de acuerdo con el Servicio de Seguridad de Cajeros Europeos (EAST, en sus siglas en inglés). Las pérdidas ascendieron a 44 millones de euros.
No obstante, conforme la banca tapa viejos huecos en sus sistemas de seguridad, surgen nuevas grietas. La delincuencia se traslada en los últimos años hacia el phishing. Esta práctica aprovecha la red para enviar a los particulares correos electrónicos haciéndose pasar por una entidad financiera con el fin de sonsacarles sus claves y datos bancarios.
Fuente: CincoDias.com