Diciembre 18, 2008
Señor Ministro de Cultura.
Anuncia usted medidas impopulares para combatir la piratería. Se va a sacar de la manga algún tipo de reglamentación, como ya se ha hecho en Francia, para perseguir a los usuarios de Internet que descargamos contenidos protegidos; es decir, señor ministro, piensa perseguir ¿al 30, al 50, al 75% de los internautas españoles?
No sé quién le aconseja en estas cuestiones (espero que no sea fruto de su propia iniciativa), y sobre todo, no sé si el Presidente Zapatero se da cuenta de lo perjudicial que es seguir con este tipo de planteamientos sobre el uso de Internet. Lo que sí sé es que con ellos no van a obtener nada a cambio.
Señor ministro, parece pertenecer usted a ese irreducible grupo de intelectuales para los cuales Internet es más una amenaza que una oportunidad para difundir la cultura que dicen proteger. También es evidente que a su despacho solo tienen acceso esas mismas élites, vanguardia cultural que nos sigue vendiendo (o intentándolo) el mismo producto desde hace 30 años, y que piensa que sigue siendo más rentable (políticamente, me refiero) hacerse una foto con los cuatro cantantes de turno, que reconocer la realidad, a la que, tarde o temprano, todos tendrán que adaptarse. Y es que los tiempos han cambiado; el modelo de negocio de la cultura ya no puede ser el de antes, los canales de distribución de la cultura son otros, y su respuesta como máximo responsable de la cultura en España no puede ser intentar poner puertas al campo. Resulta tan patético como aquellos viejos artistas de Broadway, indignados a comienzos del siglo pasado porque la emisión de música a través de la incipiente radiodifusión iba a dejarles sin espectadores en los teatros. O como aquellos obreros luditas, para los que las máquinas y la tecnología en general eran el motivo de sus malas condiciones laborales y de vida.
Lo peor de todo ello es que existen muchos, muchísimos votantes socialistas que están empezando a reconsiderar su voto por esta cuestión, y aunque no me encuentro entre ellos, me gustaría que alguien dentro del PSOE empezara a cuestionar sus palabras y sus intenciones, señor ministro. Porque es inadmisible destinar dinero público a campañas infantiles que nada tienen que ver con la cultura, y sobre todo porque por mucho que se empeñe en poner trabas a lo que ustedes llaman “piratería”, inmediatamente surgirá una forma de franquearlas.
Fuente: davicius