La charla dura menos de 20 minutos, y aunque tengáis que subir algo el volumen para oírla correctamente, creo que os resultará interesante porque aborda cuestiones tan fundamentales, pero a la vez tan poco tratadas, como ¿Hay que corregir y editar los artículos?, ¿Como debería hacerse?, ¿Cómo tratar a un lector al ofrecerle información veraz?…
Existe una «leyenda urbana» que recomienda comprar a través de internet los pasajes de avión para un viaje los martes por la tarde, pues supuestamente es el momento en el que las aerolíneas ofrecen unos mejores precios. Pero ¿es esto verdad? A estas y a otras preguntas dan respuesta en Hopper, un servicio en línea cuyo objetivo es revelar los mejores destinos y las fechas adecuadas para viajar utilizando para ello el crowdsourcing (que la Wikipedia traduce como «colaboración abierta distribuida») y el big data.
Se pueden consultar los detalles y estadísticas de cada aeropuerto. En caso de partir del aeropuerto de Madrid (MAD), por ejemplo, el mejor día para reservar un vuelo son los lunes, al igual que en Santander (SDR). Si se elige Barcelona (BCN), en cambio, sí que serían los martes, mientras que en Bilbao (BIO) el mejor día sería el jueves. Pueden consultarse las estadísticas de cualquiera de los aeropuertos en su Airport Report.
tarifaluzhora.es es una excelente web para consultar el precio de la electricidad por hora en España.
Esta primera versión incluye:
1. Precios de la electricidad para tarifa habitual, tarifa de discriminación horaria (tarifa noctura) y de coche eléctrico.
2. Opción para seleccionar fecha y mostrar los precios de días anteriores.
3. Precio medio del día: Es una media aritmética de los precios horarios. La suma de todas las cantidades entre 24.
4. Chollo y clavada del día: Horas con el precio más bajo y alto del día.
Si trabajas cerca de un programador sin duda te habrás preguntado, como yo, qué es exactamente lo que sucede dentro de su cabeza. Se trata de criaturas muy particulares – que no se me enfaden – capaces de concentrarse en la tarea de crear código como si acamparan en el corazón de Matrix. Pues bien, lo que ves sobre estas líneas es la imagen de resonancia magnética del cerebro de un programador – el primer estudio de este tipo que se realiza – y las áreas iluminadas son las zonas que se activan mientras lee código.
¿Qué sentido tiene hacer un estudio de este tipo? Como bien cuentan en Fast Company, resulta que en EEUU hay una pequeña pero interesante polémica acerca de qué formación deben recibir los futuros programadores. Mientras que en la mayoría de los Estados las ciencias informáticas se incluyen en la parte de ciencias y matemáticas, en Texas – y parece que pronto en Kentucky y Nuevo México – han hecho que la programación de código sea equivalente a una lengua extranjera. Y aquí viene la cuestión que nos interesa: ¿es la programación de código una habilidad más relacionada con las matemáticas o con el lenguaje?
Para averiguarlo, un equipo de investigadores internacional, dirigido por Janet Siegmund, de la Universidad de Passau, ha elaborado un primer estudio en el que sometieron a 17 estudiantes de informática (todos con conocimientos de programación y solo dos de ellos chicas) a una prueba con resonancia magnética funcional. En el experimento, tumbaron a los sujetos en el escáner y monitorizaron su actividad cerebral mientras leían unas líneas de código. Estas líneas de código indicaban una tarea de impresión del ordenador y los participantes debían predecir, en un tiempo determinado, qué texto imprimiría la máquina.
El resultado, por sorprendente que parezca a muchos, fue que las áreas cerebrales que se activaron tienen en principio más relación con el lenguaje que con el mero cálculo matemático. «No hay una prueba clara de que aprender lenguaje de programación sea como aprender una lengua extranjera», asegura Christian Kästner, coautor del estudio, «pero nuestros resultados muestran que hay similitudes claras en la activación cerebral que indican que la hipótesis es plausible».
Autor: Antonio Martínez Ron
Ampliar en: NEUROLAB
En primer lugar, cabe advertir que esta aplicación web solo funciona en inglés, pero los datos que debemos añadir no son excesivamente complicados (aunque el peso si debemos pasarlo a libras). Dicho esto, los pasos son los siguientes:
Paso 1: Entrar a Wolfram Alpha.
Paso 2: Ingresar los datos BAC 5 drinks, 3 hours, male, 160 lb (cambiando el número de bebidas, el período de tiempo desde que se consumió alcohol, el sexo y el peso, en libras siempre).
Paso 3: Presionar el botón “=” y esperar al resultado, en forma de tabla.
Finalmente tendremos nuestro porcentaje de alcohol en sangre, e incluso una gráfica aproximada del tiempo que necesitaremos para llegar al 0%. Recordad que es una aproximación, y no es suficiente para saber si podemos conducir o no, pero al menos es curioso conocer este programa.
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El profesor Jim Al-Khalili investiga uno de los conceptos más importantes en el mundo de hoy – información. Descubre cómo potenciamos el poder de los símbolos, de todo, desde el primer alfabeto de la telegrafía eléctrica a través de la era digital moderna. Pero en este camino se entera de que la información no es sólo acerca de la comunicación humana, se teje muy profundamente en el tejido de la realidad.