En 2001, un avión espía norteamericano chocó en el aire con un caza chino y se vio obligado a tomar tierra en una isla china. Entonces no había forma de que la tripulación pudiera borrar los discos duros del avión espía antes de que tomara tierra, por lo que los chinos tuvieron finalmente acceso a los secretos militares norteamericanos.
Y es que borrar de forma segura un disco duro puede llevar horas, pero en algunas ocasiones sólo se dispone de minutos. Se ha intentado de todo para lograr un borrado seguro en tan escaso tiempo: aplastar el disco con una prensa, sumergirlo en un producto químico, quemarlo o someterlo a un imán o un microondas. Pero en todos los casos puede recuperarse la información si se dedican a ello suficientes medios y abundante paciencia.
Pues bien. Científicos del Instituto de Tecnología de Georgia (en Atlanta, EE.UU.) han anunciado hoy el desarrollo de un prototipo capaz de producir un campo magnético de tal potencia que es capaz de lograr el borrado rápido y seguro de un disco, sin posibilidad alguna de recuperar la información contenida cualesquiera que sean los métodos empleados…
El prototipo inicial pesa 50 kilos, pero está siendo aligerado para que pueda fabricarse una versión más liviana que pueda instalarse en aviones, que sea independiente de las fuentes de energía de éstos, que no produzca gases ni llamas, y que disponga de mecanismos de seguridad para evitar el borrado inadvertido de datos.
Los investigadores preven también la posibilidad de que el dispositivo pueda ser utilizado a nivel comercial para borrar cintas de vídeo, cassettes, disquetes y discos duros.
Fuente: Kriptópolis
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