De curiosos estudios está el mundo lleno. Por esta razón, las conclusiones de una encuesta, realizada por Vouchercloud (una página web de cupones), son dignas de montar otra investigación. Y os preguntaréis, ¿qué hace una empresa de este tipo haciendo preguntas tan raras? Pues no lo sé, pero las respuestas de los encuestados son para tirar cohetes.
– El 11% de los entrevistados creyó que HTML (un lenguaje de marcado para la elaboración de páginas web) es una enfermedad de transmisión sexual. ¿Cómo se contagiará? ¿Rozando la pantalla con…? XD
– El 23% pensó que un MP3 (archivo de audio) es un robot de la serie de películas La guerra de las Galixias. No van muy desencaminados, podía ser un copañero de C3PO o R2D2.
– Por otro lado, un 27% identificó gigabyte (unidad de medida para la capacidad de almacenamiento de un dispositivo electrónico) como un insecto que se encuentra comúnmente en América del Sur.
– Mientras, el 18% dijo que el Blu-ray (formato de películas en alta definición) era un animal marino. ¿Quizás lo confundieron con la ballena Moby Dick?
– Otro 15% consideró que software (programas de un ordenador) era algún tipo de ropa cómoda.
– Por último, un 77% de los encuestados no pudo identificar lo que significa SEO(optimización de motores de búsqueda, por sus siglas en inglés).
Fuente: 20Minutos.es
Licencia CC
Más de un millón de jóvenes de 15-24 años sufren infecciones de transmisión sexual (ETS) causados por Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae. Muchos otros, sin embargo, no saben que están infectadas porque no han sido analizados.
La tecnología puede cambiar eso, de acuerdo con datos preliminares de un estudio que será presentado el sábado, 28 de abril, a las Pediatric Academic Societies (PAS) en su reunión anual en Boston (EE.UU.). El estudio mostró que los adolescentes que visitan un servicio de urgencias pediátricas (ED) están dispuestos a revelar información sobre su actividad sexual cuando se llena un cuestionario informatizado, y esta información puede ser utilizada para determinar si deben hacerse pruebas de ETS. Además, los adolescentes, dijeron que la encuesta electrónica fue rápida y fácil de cumplimentar.
Fahd A. Ahmad, MD, y sus colegas en la Universidad de Washington en la Escuela de Medicina de St. Louis, ha desarrollado un sistema computerizado para evaluar los factores de riesgo para la clamidia y la gonorrea N. en los adolescentes. Los pacientes fueron elegidos para completar la encuesta, incluso si estaban siendo tratados en el servicio de urgencias por motivos no relacionados con las ETS.
«Queríamos aprovechar la nueva tecnología y métodos de comunicación para lograr mejores resultados sanitarios para los pacientes que visitan el servicio de urgencias», dijo el Dr. Ahmad, un clínico postdoctorado en medicina de emergencia pediátrica.
Un total de 460 pacientes de entre 15-21 años completaron la encuesta, y el software informático suministraba una recomendación en cuanto a si el adolescente debe hacerse la prueba de enfermedades de transmisión sexual basado en un algoritmo de decisión creado por el equipo de investigación. La recomendación y el resumen de las respuestas del paciente se integraron en la historia clínica electrónica para que los médicos y enfermeras de urgencias tuvieran acceso a la información y prode ordenar las pruebas necesarias.
«Cuando pusimos en marcha el sistema, se encontró que casi la mitad de los pacientes que completaron el cuestionario estaban en necesidad de pruebas de ETS, y que era el mismo su principal queja se relaciona con infecciones de transmisión sexual», dijo el Dr. Ahmad.
Los investigadores también encontraron que la tasa global de pruebas de clamidia y gonorrea N. en los adolescentes que visitan el servicio de urgencias casi se duplicó – del 8,8 por ciento a 15,1 por ciento – después que la encuesta computerizada se llevó a cabo en comparación con las tasas durante los últimos 15 meses. El veinte por ciento de los pacientes evaluados se encontraba con una ETS y recibió tratamiento. Sin embargo, muchos de los pacientes no recibió prueba como se recomienda para una variedad de razones.
Los resultados también mostraron que se tardó una media de ocho minutos para completar la encuesta. Noventa y uno por ciento dijo que el sistema era «muy fácil» o «fácil» de usar. Además, el 83 por ciento dijo que eran «muy cómodo» o «cómodo» con la confidencialidad del sistema. Por último, el 71 por ciento dijo que preferirían un cuestionario electrónico a través de una entrevista en persona o por escrito encuesta en el futuro.
«Cuestionarios computriezados son una manera eficiente para los trabajadores de salud para acopiar información clínicamente relevante e integrarla en su práctica», concluyó el Dr. Ahmad. «Este tipo de sistema podría ampliarse a otros temas delicados como el abuso de sustancias.»
Fuente: EurekAlert!
Relacionado con la entrada “Lo que valen las encuestas”, vamos a reflexionar un poco sobre el valor de los estudios científicos desde el punto de vista estadístico, para poner en contexto toda esa avalancha de noticias que nos encontramos cada día en el periódico y que dicen algo así como: “Un estudio demuestra que (rellénese a gusto del lector)”. Variaciones al titular suelen incluir la palabra “prestigioso”.
En este post vamos a asumir dos cosas: primero, que nos creemos la noticia (cosa no siempre saludable dependiendo de la fuente donde la leamos); segundo, que el estudio sea en realidad un estudio (cosa que no siempre ocurre), realizado con una metodología adecuada y por alguien con conocimientos en el tema.
Con ese punto de partida, el estudio en cuestión debería tener en alguna parte una descripción del modelo estadístico utilizado. En ocasiones se cuenta incluso en el abstract, que es el resumen del estudio que nos ponn en la cabecera, para los que no tienen ganas de leérselo entero. Uno de los datos más importantes es el valor p utilizado, que usualmente está limitado a un valor por debajo de 0.05 o incluso 0.001.
En estadística, el valor p tiene una definición bastante incomprensible: “la probabilidad de obtener un valor como el observado o más extremo si la hipótesis nula (H0) es cierta.” Para dar una explicación menos rigurosa y más intuitiva, el límite superior de nuestro valor p es la probabilidad de que un experimento de un resultado por casualidad. Es decir, que si un estudio limita su valor p a por debajo de 0.05, eso significa que esos resultados tienen menos de un 5% de posibilidades de haber salido de chiripa.
Uno debería estar pensado que, vaya, con esas probabilidades un estudio es todo lo que necesitamos para demostrar que el chicle provoca cáncer y publicarlo en primera plana. Pero vamos ahora a poner este dato un poco en contexto:
Yo, demás de escribir un blog, en los ratos libres me dedico a hipnotizar monedas de 20 duros (aún tengo algunas). Les hablo, les hablo y les convenzo de que tienen que salir siempre cara, y así voy por lo bares haciendo apuestas para poder llegar a fin de mes. Para demostrátelo científicamente, podemos hacer un experimento estadístico y establecer un valor p de 0.05. Como la probabilidad de sacar una cara es de 0.5 (no consideramos cantos), un experimento que acepte la hipótesis nula H0 (es decir, que tengo poderes mentales ocultos) sería sacar cinco caras consecutivas. Porque la probabilidad de hacer eso sería de 0.5 x 0.5 x 0.5 x 0.5 x 0.5 = 0.03125, por debajo ya de nuestro límite de 0.05. ¿De acuerdo?
Hoy no me he levantado especialmente hipnotizante, así que tiro una moneda y sale cara, otra y sale cara, pero a la tercera sale cruz. Lo vuelvo a intentar y a la primera ya saco cruz. Pero, antes de que pienses que intentaba tomarte el pelo, te enseño un video grabado hace un par de años en el que aparezco sacando 5 caras seguidas. Además el vídeo no puede ser un truco porque en él aparece un amigo común en el que confías absolutamente. Ahí lo tienes: hipnotizo monedas de 20 duros.
¿Qué ha pasado aquí? Algo muy sencillo: los experimentos estadísticos no son infalibles, o como dicen los ingleses, shit happens. Con nuestro valor p de 0.03 tenemos bastante seguridad en que, repitiendo el mismo experiemento 100 veces, de media en 3 nos saldrán 5 caras seguidas. O sea, que si hay 100 hipnotizadores de monedas de 20 duros como yo en el mundo, seguramente tres tengan pruebas de ello. Esto debe servir al lector como otra herramienta escéptica para no dejarse engañar por gente intentando demostrar algo basándose en un estudio del año mil novecientos sesenta y cinco (y cosas peores he visto). Un estudio no sirve para mucho, por eso, cuando hay algo lo suficientemente importante ahí fuera, comunidades de investigadores replican el experimento porque, aunque la fuente sea absolutamente fiable, una vez más shit happens.
Fuente: El Pelopodromo