Hay dos máquinas que no pueden existir en este universo.
No es que no tengamos la tecnología para fabricarlas, es que mientras las leyes físicas de la termodinámica se mantengan en pie (y están muy muy sólidamente en pie) no se pueden construir. Repasemos muy resumidamente (y de muy mala manera) las famosas tres leyes:
1. Principio de conservación de la energía: La energía ni se crea ni se destruye: solo se transforma.
2. La entropía siempre aumenta: Mal dicho, el desorden siempre aumenta con el tiempo.
3. No se puede alcanzar el 0 absoluto: No se puede enfriar del todo algo.
¿Qué máquinas son?:
1.- Un generador de energía.
Las máquinas mal llamadas generadores de energía son en realidad transmutadores. No generan nada, más bien al revés, lo único que hacen es coger un tipo de energía y convertirla en otro, gastando, por el camino, parte de la energía en rozamientos y desgastes.
Ya sea un generador eólico, solar, la dinamo de una bici, una presa hidroeléctrica, una reactor nuclear de fusión o incluso el sol o el ITER, hablamos de máquinas en las que se convierte una forma de energía (incluso la materia es una forma de energía muy compacta, recordemos E=MC2) en otra.
Todo aquél que anuncia haber construido una máquina capaz de generar energía de forma perpetua no solo se pega de golpe con esta realidad, sino que lucha inútilmente contra lo evidente que es que toda máquina tiene consumos energéticos, por pequeños que sean. Ni imanes, ni rotores, ni ningún dispositivo puede saltarse las tres grandes leyes.
2.- Una máquina que fabrique frío.
Algo tan cotidiano y natural como es el frío, es decir, un objeto que tiene una temperatura (energía cinética a nivel atómico) y nosotros la queremos hacer bajar, no se puede construir.
Inmediatamente habrás pensado en la nevera de tu casa o en un aparato de aire acondicionado, y pensaras que he perdido la poca cordura que me quedaba… ¡¡quizá sea así!!!, pero ni tu nevera ni tu aire acondicionado enfrían. Tan solo envían calor hacia un lado, para dejar frío en otro. La nevera baja la temperatura dentro de ella, pero a costa de echar calor por detrás. El aire acondicionado hace lo propio: consigue aire frío dentro de la casa a base de que el compresor que hay por fuera expulse calor. El truco está en que si volviéramos a juntar el aire frío y caliente de los dos aparatos tendríamos más calor que antes de que funcionaran. Producen calor.
Hay una revolución tecnológica en marcha en todo este tema de la «generación» de energía, que ya hemos visto que no es otra cosa que transmutación, y es una pena que poniendo transmutador en el google aparezcan 78000 páginas que hablan de magufadas relacionadas con cristales de cuarzo que absorben tus «malas energías». Defendámonos de los que intentan hacernos creer en magias cuando tenemos la oportunidad de utilizar la ciencia para mejorar.
Fuente: La ágora de Salviati