No especialmente.
Los cactus cerca de la pantalla del ordenador no hacen nada, salvo alegrar un poco la vista y como mucho servir de objeto contundente en caso de pelea laboral.
La radiación es la transmisión de energía mediante ondas electromagnéticas (por ejemplo, la luz, las ondas de radio, las microondas, etc.) o mediante partículas subatómicas. Así, a la primera se le conoce como radiación electromagnética, y a la segunda, radiación corpuscular. Todos los cuerpos absorben en cierta medida radiaciones. ¡Pero absorben las que les llegan directamente, en línea recta!
Dicho esto, no hay más que decir que los cactus no tienen ninguna propiedad que les haga absorber más radiación (electromagnética o corpuscular) que cualquier otra planta o ser vivo. Hay que recordar además que todos los cuerpos que vemos absorben parte de luz: Por eso vemos distintos colores, o por eso los huesos salen más opacos cuando nos hacemos una radiografía.
Además, todos sabemos que la luz y cualquier radiación se propagan en todas las direcciones y a igual velocidad. ¿Cómo podría ser efectivo por tanto un cactus que sólo está situado en una zona muy concreta, y además NO delante de la pantalla? Si al menos el cactus rodease todo el monitor, como un filtro, o lo pusiéramos delante de nosotros… el problema sería que no veríamos lo que escribimos.
El hecho de que un cactus fuera realmente beneficioso cerca de un monitor o pantalla de ordenador implicaría no sólo una especial capacidad para absorber radiaciones, sino que además las atraería desviando su recorrido rectilíneo… ¡Tendríamos un agujero negro de sobremesa, pero con pinchos!
Finalmente, los monitores y pantallas de ordenador, así como los modernos televisores, no emiten radiaciones dañinas, así que cualquier medida es infundada.
En muchos libros y webs de plantas incluso se da la especie más capacitada: Cereus peruvianus, el Myrtillocactus geometrizans. ¿Algún empresario de ventas de plantas se habrá inventado esta leyenda urbana?
Fuente: Cultura trivial