La impresión 3D es considerada como nueva revolución industrial del siglo XXI, que nos permitirá imprimir todo aquello que imaginemos y seamos capaces de diseñar, está cambiando nuestra forma clásica de entender la producción y la manufactura.
Un estudio realizado por la Michigan Technological University indicaría que la impresión 3D no solo sería más barata, sino que además es más ecológica.
El trabajo, publicado en la revista ACS Sustanaible Chemistry Engineering sostiene que la impresión 3D usa menos energía, que provoca que se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono. Los estudios que realizaron concluyeron que fabricar un producto mediante impresión 3D consumía entre un 41 y un 64% menos de energía, lo cual contribuía a favorecer el lado verde de estas impresoras.
Su investigación se llevó a cabo utilizando el proyecto RepRap, una impresora 3D que puede ser usada para realizar prototipos de manera rápida y económica. A pesar de sus buenos resultados, los científicos norteamericanos son conscientes de que este ha sido solo el paso previo para certificar realmente la eficiencia y sostenibilidad de la impresión 3D.
Fuente: ALT1040
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La nueva directiva europea sobre el reciclado de residuos electrónicos ha entrado en vigor, abriendo el plazo para que cada Estado traslade a su legislación las nuevas obligaciones, que buscan que a partir de 2016 cada país recoja al menos el 45 % de los aparatos vendidos en su territorio.
Los gobiernos tendrán hasta febrero de 2014 para ajustarse a las normas, que fueron aprobadas el pasado mes de enero por el Parlamento Europeo.
Con ellas, la UE pretende establecer una recogida sistemática y un tratamiento adecuado de materias como el oro, la plata, el cobre y los metales raros que se usan en aparatos como televisores, ordenadores y móviles, recordó en un comunicado la Comisión Europea.
«En esta coyuntura de crisis económica y subida de los precios de las materias primas, la eficiencia en el uso de los recursos es lo que aúna los beneficios medioambientales y las oportunidades innovadoras de crecimiento», señaló en la nota el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik.
La nueva legislación europea fija un objetivo de recogida del 45 % de los aparatos electrónicos vendidos, que será obligatorio a partir de 2016.
A partir de 2019, esa meta se elevará al 65 % de los aparatos vendidos o al 85 % de los residuos electrónicos generados.