Leyendo sobre la Feria del Libro que se va a celebrar en Madrid me encuentro con la noticia de que la Feria va a impedir que haya ebooks en las casetas. Y esto me recuerda claramente a la posición en la que se enroscaron las discográficas cuando empezó el fenómeno mp3. Por tanto, los editores de libros van a sufrir mucho, como lo hicieran las discográficas en su día.
Se puede debatir muy ampliamente de si el fenómeno ebook va a arrasar el modelo tradicional del libro, como lo ha hecho el mp3 con el de los discos. Antes la gente compraba discos, ahora lo que demanda es mp3 sueltos. Las discográficas no lo quisieron aceptar y dejaron de vender mucho por enroscarse en su modelo de sacar CDs. Quizá el modelo de los libros sea distinto, quizá la nostalgia del papel sea mucho más importante que la de un frío plástico redondo, pero desde luego hay algo que se mueve en el sector y los editores parece que se están enroscando en su cómoda posición.
El Ministerio de Industria de la Información chino (MII) reconoce la mala calidad de los reproductores MP3 producidos en el país, y asegura que un 65% de ellos presentan defectos de calidad, según un estudio hecho público hoy.
Según dicho estudio, llevado a cabo entre aparatos digitales de 32 marcas chinas, sólo 11 de ellos superaron los estándares de calidad mínimos, señala la agencia estatal Xinhua citando fuentes ministeriales.
Entre los defectos más habituales se encuentran problemas de sonido o en los cargadores de batería.
Las marcas sondeadas producen el 60% de los reproductores de MP3 que se venden en el país asiático, donde los más jóvenes se han rendido desde hace tiempo a las tecnologías digitales.
China es el segundo país del mundo en número de internautas (en torno a 140 millones), y los usuarios de Internet chinos son grandes aficionados a bajarse música a través de la red.
Influye mucho en esta práctica el hecho de que el buscador más popular de China, Baidu (más usado en el país que Google o Yahoo) ofrece, a diferencia de sus rivales extranjeros, la posibilidad de buscar y descargar canciones de MP3.
Diversas fuentes
«A CLASE sigue siendo obligatorio ir». La aclaración es de Vicente Goyanes, que, después de conseguir que la Universidade de Vigo dé un paso más hacia el futuro al transformar las clases de toda la vida en archivos de MP3, teme que las aulas se vacíen aún más. A la dura competencia de las cafeterías, se sumará a partir de ahora la de los ordenadores y los dispositivos portátiles de reproducción de archivos en formato MP3.
Con ellos será posible seguir algunas asignaturas. De momento son apenas cuatro, pero en los próximos años se irán incorporando nuevas materias. «Este servicio forma parte de los aplicaciones multimedia que ofrecemos. Las grabaciones con MP3 empezaron a utilizarse con éxito el año pasado con algunos doctorados, y ahora se hará en asignaturas de primer y segundo ciclo, pero como material de apoyo», relata Goyanes, que, temeroso de la espantada, no se cansa de insistir en la naturaleza complementaria del MP3. «La idea es avanzar hacia una enseñanza basada en el trabajo personal del alumno, que es la base de la adaptación al espacio europeo de formación», añade, responsable también de UVigo-Tv, una cadena televisiva interna que ha permitido a la Universidad avanzar en la enseñanza por Internet. Y de qué manera. Sólo en el último curso la cifra de alumnos virtuales de la Universidade de Vigo se ha duplicado, gracias a que la página en la Red de la institución académica recoge ya los temarios, apuntes, exámenes y ejemplos prácticos de más de 850 asignaturas. UVigo-Tv propició además la expansión del aprendizaje a través de las tecnologías del siglo XXI con la emisión de 90.000 vídeos didácticos, a los que ahora se unen los archivos MP3. En ellos están grabadas las clases, con la voz de los profesores. Y desde la Red también es posible acceder a las imágenes de la lección y a los documentos que utiliza el docente para explicarlos, desde un archivo Power point a unas notas manuscritas. «Pueden escuchar la clase en el bus -cuenta Goyanes-, o en el coche». O en la cafetería, si la pinchan con una buena base musical.
Articulo original de F. Muñoz de la Peña en Aulablog21
Fuente: La Voz de Galicia