Todavía conservo los datos de mis primeras simulaciones por ordenador en cartuchos de cintas magnéticas y en discos flexibles de 5¼ y 3½ pulgadas (una pulgada equivale a 2.54 cm) . Hoy en día son imposibles de recuperar, luego los puedo dar por perdidos. Un estudio publicado en Current Biology indica que el 80% de los datos de hace 20 años se ha perdido. Esta figura muestra el porcentaje de datos recuperables de 516 trabajos en Ecología publicados entre 1991 y 2011 (según sus propios autores). Nos lo cuentan Elizabeth Gibney, Richard Van Noorden, “Scientists losing data at a rapid rate. Decline can mean 80% of data are unavailable after 20 years,” News, Nature AOP 19 Dec 2013, que se hacen eco de Timothy H. Vines et al., “The Availability of Research Data Declines Rapidly with Article Age,” Current Biology, AOP 19 Dec 2013.
La ciencia es un bien cultural y los bienes culturales son patrimonio de toda la humanidad. Los esfuerzos que los gobiernos realizan para preservar el patrimonio cultural también se deberían dirigir hacia la preservación de los datos en bruto utilizados en los análisis publicados en artículos científicos. En muchos campos, como en Ecología y Climatología, poder disponer de los datos originales de estudios realizados hace décadas sería de una enorme utilidad. Por desgracia, en la mayoría de los casos ya son imposibles de recuperar. Bienes culturales que se han perdido en la eternidad.
El proyecto de Michael Hildreth (físico de la Univ. Notre Dame, Indiana) “Data and Software Preservation for Open Science” (financiado por la NSF de EEUU) es un primer paso en la dirección correcta, pero aún queda mucho camino por recorrer. Sobre todo en cuanto a la confianza de los propios investigadores en la “ciencia abierta” (open science). Este tipo de iniciativas no sólo son muy interesantes, también son muy necesarias.
Fuente: La Ciencia de la Mula Francis