Mostrado en el escenario por Lisa Jackson, vicepresidente de Medio Ambiente, Políticas e Iniciativas Sociales de Apple, Liam rescata el cobalto y litio de la batería, el oro y cobre de la cámara, plata y platino de la placa lógica y el aluminio de la carcasa. Lo que llama la atención es cómo realiza el proceso de separación, la exactitud y elegancia es sorprendente.
PaperLab de Epson es una máquina de algo más de dos metros de largo, que convierte el papel usado en papel nuevo — papel en blanco y listo para su uso habitual.
Viene a ser un híbrido entre una máquina destructora de documentos y una planta de reciclaje de papel, con la diferencia esencial de que no utiliza agua durante el proceso.
Una cantidad récord de residuos eléctricos y electrónicos llegó a los vertederos en 2014, con los mayores recuentos per cápita en los países que se enorgullecen de poseer gran conciencia ambiental.
El año pasado, 41.8 millones de toneladas de los llamados residuos, en su mayoría frigoríficos, lavadoras y otros electrodomésticos al final de su vida, fueron objeto de abandono. Esto es equivalente a 1.15 millones de camiones pesados, formando una línea de 23000 kilómetros de largo, según el informe, elaborado por la Universidad de las Naciones Unidas, la rama educativa y de investigación de la ONU.
Menos de una sexta parte de toda la basura electrónica se recicla correctamente. En 2013, el total de los desechos electrónicos era 39.8 millones de toneladas, y con la tendencia actual se alcanzarían 50 millones de toneladas en 2018.
Encabezando la lista de residuos per cápita el año pasado estuvo Noruega, con 28.4 kilogramos por habitante. Fue seguida por Suiza (26.3 kg per cápita), Islandia (26.1), Dinamarca (24.0), Gran Bretaña (23.5), Países Bajos (23.4), Suecia (22.3), Francia (22.2) y el Estados Unidos y Austria (22.1).
La región con la menor cantidad de basura electrónica por habitante fue África, con 1,7 kg por persona. Se generó un total de 1.9 millones de toneladas de residuos. En términos de volumen, la mayoría de los residuos se ha generado en Estados Unidos y China, que en conjunto representaron el 32 por ciento del total mundial, seguido por Japón, Alemania e India.
Los residuos que se podrían haber recuperado y reciclado valían $ 52 000 millones, incluyendo 300 toneladas de oro, equivalente al 11 por ciento de la producción mundial de oro en 2013. Pero también incluye 2,2 millones de toneladas de compuestos de plomo nocivos, así como mercurio, cadmio y cromo, y 4400 toneladas de clorofluorocarbonos (CFC), gases peligrosos para el ambiente.
«A nivel mundial, la basura electrónica constituye una valiosa ‘mina urbana» – un gran reservorio potencial de los materiales reciclables«, dijo el subsecretario general de la ONU, David Malone. «Al mismo tiempo, el contenido peligroso de los desechos electrónicos constituye una ‘mina tóxica’ que debe ser manejado con extremo cuidado.»
Casi el 60 por ciento de los desechos electrónicos en peso vino de cocina grandes y pequeñas, baños y lavadoras. El siete por ciento fue generada por teléfonos móviles, calculadoras, ordenadores personales e impresoras.
EcoATM es un dispositivo con aspecto de cajero automático en el un gadget viejo, te lo valora automáticamente y te da por él cierto dinero – habitualmente un teléfono móvil, pero puede ser cualquier otro cacharrito electrónico. El canje puede ser en forma de dinero, cupones descuento o incluso te ofrece poder donarlo a tu ONG favorita. Lleva desde 2009 probándose en Estados Unidos, según parece junto a tiendas de electrónica y en centros comerciales.
Teniendo en cuenta que decían hace tiempo que en España hay 4000 millones de euros en móviles abandonados en cajones (dato de Zonzoo, que se dedica a reciclarlos) el invento parece una buena idea. A través de Zonzoo, por ejemplo, por cada terminal viejo te pueden dar entre dos y 200 euros. Los creadores de ecoATM están pensando también en «agrandarlo» para que se puedan cambiar ordenadores y otros cacharros de gran tamaño.
Según Enterpreneur este verano ya había instalados unos 350 cajeros de este tipo en todo Estados Unidos, creciendo a un ritmo de dos más al día – y planeando su expansión internacional.
Fuente: microsiervos
La basura electrónica (e-basura) de los países ricos se recicla en los países más pobres, donde causa gran contaminación y pone en peligro la salud de sus habitantes, según un estudio publicado este domingo.
Los envíos al extranjero de basura electrónica están prohibidos por acuerdo internacional, sin embargo empresarios «sin escrúpulos» envían muchos de estos residuos a África y Asia en contenedores de carga, junto con equipos nuevos, cuya importación y exportación sí está permitida.
Las pruebas realizadas en una escuela cercana a un depósito de residuos electrónicos en el suburbio de Agbogbloshie a las afueras de Accra, capital de Ghana, revelaron unacontaminación por plomo, cadmio y otros contaminantes perjudiciales para la salud de más de 50 veces por encima de los niveles libres de riesgo.
Por otra parte el valor de los elementos de los residuos electrónicos y el gran número de personas que trabajan en el reciclaje informal «dificulta cada vez más acabar con ese lugar», ya que «el sustento de muchas personas depende ahora de los ingresos generados por estas actividades».
La ONU, organismos de EE UU y empresas informáticas se han unido a la iniciativa para acabar con la e-basuraSe calcula que, por ejemplo, 100 000 teléfonos móviles pueden contener unos 2.4 kilos de oro, equivalentes a 130 000 dólares, más de 900 kilos de cobre, valorados en 100 000 dólares, y 25 kilos de plata igual a 27 300 dólares.
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Cantidades ingentes de viejos ordenadores, teléfonos móviles y todo tipo de productos electrónicos rotos o que se han quedado desactualizados se amontonan en China, la India y países del continente africano. Estos desechos aumentarán aún más en la próxima década, cuando se incremente notablemente la venta de productos electrónicos.
Por eso la ONU ha instado en un informe a tomar medidas urgentes para hacer frente a estas montañas de e-basura que hacen peligrar los ecosistemas de los países en desarrollo.
Naciones Unidas advierte de que la India podría incrementar sus desechos tecnológicos hasta en un 500% debido a los ordenadores tirados a la basura hasta el año 2020.
En China, se estima que los restos procedentes de teléfonos móviles se multiplicarán por siete en la próxima década.
El gigante asiático ya produce alrededor de 2,3 millones de toneladas de e-basura y sólo es superado por los Estados Unidos (con 3 millones de toneladas de residuos electrónicos). Y es que a pesar de haber prohibido la importación de basura tecnológica, China sigue siendo el e-basurero de los países desarrollados.
El estudio recoge información información sobre los niveles actuales de basura electrónica en 11 países (China, la India, Sudáfrica, Uganda, Senegal, Kenya, Marruecos, Brasil, Colombia, México y Perú) y evalúa cómo podrían incrementarse en los próximos años los desechos de PCs y portátiles, impresoras, móviles, buscas, cámaras digitales, dispositivos de música o televisores.
En todo el mundo, la ciberbasura crece a un ritmo de 40 millones de toneladas al año, a medida que los consumidores de las naciones desarrolladas y en desarrollo compran nuevos gadgets y tiran los antiguos.
Sin embargo, algunos países tratan de sacar provecho de esta basura tecnológica y se dedican a extraer materiales que forman parte de los aparatos electrónicos, como plata, oro, paladio o cobalto, aunque no todos lo hacen de la manera más conveniente y utilizan medios perjudiciales para el medio ambiente, por ejemplo la extracción mediante la incineración.
La ONU urge a países como Brasil, Colombia, México, Marruecos o Sudáfrica a establecer sistemas de tratamiento y reciclaje de e-residuos que frenen las consecuencias medioambientales y sanitarias.
Estos productos, condenados a una vida efímera al quedar obsoletos en muy poco tiempo, pueden convertirse en una amenaza si no se reciclan correctamente.
Fuente: rtv.es
La empresa de servicios tecnológicos EDS quiere ayudar a las empresas y gobiernos a comenzar el año de forma ecológica con la propuesta de ocho formas para reducir el impacto ambiental de la informática en 2008.
La primera opción es cambiar la idea de «aplicación» -o servidor- que tienen muchas empresas. La virtualización de los servidores permite que múltiples aplicaciones operen de forma segura con el mismo servidor físico. «Trasladar la actividad de los servidores del 15-20% de su utilización al 80-90% permite trabajar mejor usando el mismo perfil de energía», defiende EDS.
Otra de las recomendaciones pasa por apagar los servidores que no se usen. «Lo mejor para ahorrar energía es no utilizarla», recalca la compañía, que recuerda que «servidores y discos duros deberían estar encendidos sólo cuando son necesarios, de forma que éstos puedan conectarse directamente en cuanto que un incremento de la demanda lo requiera».
La tercera opción es emplear técnicas de ahorro de energía ya aplicadas hoy en día a los ordenadores portátiles. Cuando la demanda lo permita, las organizaciones «deberían programar los servidores para que funcionen a una velocidad inferior a la normal, con la consiguiente reducción en el consumo de energía», asegura EDS.
Además, -opina-, «las empresas deberían siempre elegir un servidor con el suministro de energía más eficiente disponible conla configuración seleccionada».
Optimizar las aplicaciones que operen desde el centro de datos es otro de los consejos de EDS, ya que «un software ineficiente o que produce poco valor de negocio debería ser reducido, optimizado o eliminado».
El mantenimiento riguroso también es considerado fundamental por la compañía, puesto que los gestores de los centros de datos pueden mejorar la eficiencia de sus capacidades mediante un mantenimiento que asegure que todos los equipamientos están operando al máximo de su eficiencia. «También se puede mejorar la eficiencia mediante la modificación de la distribución y configuración de los equipos para reducir en enfriamiento de los mismos», añade EDS.
Además, los procesadores más veloces permiten aumentar la eficiencia mientras se reduce el uso energético, y prestar atención a las operaciones de las infraestructuras es otra de las claves. «Cuando una empresa se excede en el coste de compra de un servidor, normalmente, y si éste es bueno, la ecuación se inclina a favor de una mayor eficiencia y rigor, algo tan positivo para el medio ambiente como para las cuentas de la empresa», explica la compañía.
Y es que, otra de sus recomendaciones es «invertir en ser verde», puesto que «es importante buscar aplicaciones tecnológicas innovadoras que supongan un considerable impacto tanto para las empresas como para los clientes». Como ejemplo, EDS cita los interrumpores que se apagan automáticamente, que pueden ahorrar hasta un 40% de electricidad, los termostatos programables para normalizar la temperatura cuando se desocupen los edificios, etc.
Finalmente, EDS adelanta que «el mundo verá una explosión de tecnologías de la información que se irán desarrollando según nos movamos a un régimen de menor consumo energético en edificios nuevos y antiguos en los próximos años». «Las ventajas de consumir menos electricidad reducen los costes estructurales y el carbono en la atmósfera, lo que es bueno para el negocio y para el planeta», asevera.
Fuente: Europapress
Cuando su PC envejezca y desaparezca de su escritorio, empezará un complicado proceso que puede acabar al otro lado del planeta. Si hay suerte, el aparato será reciclado adecuadamente, los materiales valiosos como plata o paladio serán reutilizados y los tóxicos, como el plomo y el mercurio -aún presentes en muchos ordenadores- eliminados de la manera más ecológica posible. Si no la hay, su viejo PC acabará en un basurero del tercer mundo donde sus componentes tóxicos contaminarán el suelo y el agua. O será desamblado en Guiyu, China, conocida como la capital de la basura electrónica y por sus poco ecológicos procedimientos.
El reciclaje de ordenadores es un creciente problema. Sólo en EE UU, 63 millones de PC y ordenadores portátiles fueron desechados en 2005. Según el Consejo Nacional de Seguridad, el número de computadoras obsoletas acumuladas en este país alcanzará los 500 millones en 2007, cantidad suficiente para cubrir la superficie de Los Ángeles.
EE UU es sede de algunos de los principales grupos tecnológicos del mundo, pero es la única nación industrializada que no ha ratificado la Convención de Basilea, que prohíbe la exportación de basura electrónica contaminante a países pobres. No hay leyes federales que regulen el reciclaje de viejos ordenadores. Sin embargo, cada vez más fabricantes están descubriendo que invertir en reciclaje y en un diseño más ecológico compensa.
La estricta legislación de la UE obliga a las multinacionales a fabricar productos con estándares más rigurosos si quieren vender en Europa. Pero también la presión de un creciente número de accionistas y consumidores en EE UU está contribuyendo al cambio. Apple, por ejemplo, anunció recientemente que reciclará los ordenadores viejos de aquellos que compren un Mac en alguna de las tiendas Apple o en su página web. La idea, propuesta por un grupo de accionistas, salió adelante pese a la opinión contraria de la presidencia.
Hewlett-Packard (HP) también recoge y recicla los PC obsoletos de sus clientes. En sus plantas de Roseville (California) y Nashville (Tennessee) la firma procesa unas 680 toneladas de basura electrónica al mes. Entre viejos monitores y teclados HP aparecen unos 250 gramos de materiales preciosos por tonelada, un rendimiento mayor al de muchas minas de oro y plata. Pero el reciclaje no es un negocio rentable. Según un estudio gubernamental, el valor de las materias primas obtenidas al reciclar un ordenador alcanza, como mucho, los dos dólares. ‘Reciclamos porque lo demandan nuestros clientes, no hacemos dinero con ello’, dice un portavoz de HP.
Los fabricantes están aumentando su inversión para producir equipos con menos componentes tóxicos y más fáciles de reciclar. Uno de los avances más interesantes es la sustitución de plásticos derivados del petróleo por biopolímeros, que se obtienen del maíz y de otros vegetales. HP creó un prototipo de impresora con este material. El problema: no tolera el calor. El pasado verano, el encargado de estrategias medioambientales de HP, John Frey, cargó el prototipo en el maletero de su coche para mostrarlo en una oficina en Tejas. Parte del aparato se derritió durante el viaje.
Fuente: 5dias