El profesor Allen B. Downey, del Colegio de Ingenieros de Olin en Massachusetts, cree que Internet es un factor influyente en la pérdida de afiliación religiosa.
Downey tomó sus datos de la Encuesta Social General de la Universidad de Chicago, que ha recogido la información desde 1972. Lo que encontró fue una fuerte correlación entre el uso de Internet y la no afiliación religiosa; como sabemos, correlación no es causación, así que Downey explica:
Es fácil imaginar por lo menos dos maneras en que el uso de Internet podría contribuir a la desafiliación. Para las personas que viven en comunidades homogéneas, Internet ofrece oportunidades para encontrar información acerca de las personas de otras religiones (y de ninguna religión), y de interactuar con ellos personalmente. Además, para las personas con dudas religiosas, Internet permite el acceso a personas en circunstancias similares en todo el mundo. Por el contrario, es más difícil (pero no imposible) imaginar posibles razones por las que la desafiliación podría causar un aumento en el uso de Internet.
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Aunque un tercer factor no identificado podría causar tanto la desafiliación y el uso de internet, hemos controlado la mayor parte de los candidatos obvios, incluyendo el ingreso, la educación, el estatus socioeconómico y el entorno rural/urbano. Además, con el fin de explicar los cambios a través del tiempo, este tercer factor tendría que ser nuevo y ser creciente en prevalencia, como Internet, durante los noventa y los dosmil […] Es difícil imaginar cuál podría ser ese factor.
Tiene sentido: internet es sucursal de información, versiones no-oficiales, privacidad y muchas veces sirve para sembrar la duda – elementos a los que la superstición organizada es alérgica.
Fuente: DE AVANZADA
Quizá hasta el Iluminismo, quizá hasta la publicación de El origen de las especies, los creyentes podían contar con la seguridad de que los pensadores más sabios de su tiempo creían en lo divino. Una creencia en la verdad de la ciencia y de la magia coexistían incluso en la gran mente de Isaac Newton, que dividía su tiempo entre tratar de entender las leyes del movimiento y desentrañar para cuándo el Libro del Apocalipsis predecía “la gran tribulación y el fin del mundo”.
Hoy en día uno debe ser un creyente muy ignorante para imaginar que la religión de uno, o cualquier religión, puede brindar explicaciones abarcativas. Cuando han estudiado más allá de un cierto nivel, todos los creyentes aprenden que las teorías más confiables sobre los orígenes de la vida no necesitan del Dios de los libros sagrados. Los científicos más brillantes y el pensamiento avanzado han dejado atrás la religión. Es por esta razón que la religión, que alguna vez inspiró las más sublimes creaciones del hombre, ya no produce arte, literatura o filosofía de valor alguno; por eso es imposible imaginar una nueva alta cultura religiosa.
El País publicó recientemente un artículo sobre la decreciente influencia de la iglesia. En paralelo, la sede central de Apple anuncia unas cifras récord de visitas a sus tiendas. Más de 300 millones de personas se pasaron por sus 375 establecimientos repartidos por el mundo.
Apple reveló además que los Genius Bar, las zonas situadas en el interior de sus tiendas donde sus clientes acuden para resolver dudas, reciben más de 50000 visitas diarias. Lo que, en términos religiosos, equivaldría al confesionario.
Mientras que el poder de convocatoria de la religión católica y protestante disminuye, el culto a Apple sigue un crecimiento espectacular e imita, para bien o para mal, algunas pautas de la religión.
Apple cuenta además con algunos de los fanboys más intransigentes que no encajan muy bien las criticas a la compañía. Cada religión tiene su ala dura fanática. Al que tenga dudas le invito a pasarse por un foro de usuarios militantes de Apple.
Ser una organización mundial que inspira idolatría ha permitido a la Iglesia convertirse en una de las organizaciones financieras más poderosas de la historia. Apple está ahora mismo en sus cotas más altas en bolsa y es hoy la empresa más valiosa del mundo. Las dos partes son maestras en convertir esa adoración en dinero.
¿Más similitudes?
Ambas organizaciones mantienen un secretismo y hermetismo, aunque Apple está obligada a ser más transparente con sus finanzas debido a que cotiza en bolsa. Las dos organizaciones tienen complejos entramados para evadir impuestos. La Iglesia opera con el beneplácito relativo de la ley. Apple tira de ingeniería financiera y los mejores abogados para minimizar sus pagos al fisco usando mecanismos que no están exentos de polémica. Las dos organizaciones reciben críticas por ser cerradas.
Las dos tienen poderosas plataformas por las que cobran peaje. El Appstore se lleva 30% de comisión; algunas iglesias cobran por entrar en su interior. Apple tiene productos que recaudan dinero para la causa. La Iglesia cuenta con curas y misioneros que ayudan a recaudar dinero y nuevos fieles (clientes).
Apple tiene una némesis y enemigo: Bill Gates y Microsoft. La religión, el diablo.
Y si tienes más dudas sobre esto, este vídeo ofrece algunas reflexiones acerca del tema.
Ampliar en: YOROKOBU
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El rabino Haim Kanievsky, considerado una de las cinco autoridades rabínicas más influyentes de Israel, ha emitido un aviso a sus seguidores para que quienquiera que tenga en su mano un teléfono Apple iPhone lo queme sin contemplaciones.
Kanievsky se pronunció así en su último edicto religioso después de que varios usuarios del entorno ultra-ortodoxo le interpelaran acerca de la conveniencia de emplear el teléfono inteligente en consonancia con la ley judía.
El anuncio forma parte de una campaña iniciada años atrás por líderes de estas comunidades, que frecuentemente denuncian que los teléfonos inteligentes y su acceso a internet y a la televisión son incompatibles con las normas de moral judía pues facilitan contenidos pornográficos y fuentes de información que van más allá de los estrictos márgenes que permite el mundo ultra-ortodoxo.
Numerosos miembros de estos colectivos cuentan con «teléfonos celulares kosher», que no tienen conexión a internet, no pueden recibir ni enviar mensajes y no están operativos durante la jornada de descanso sabática.
El pasado 12 de septiembre el rabino Lior Glazer protagonizó una ceremonia ritual de destrucción de iPhones en la ciudad de Bnei Brak, de mayoría ultra-ortodoxa, en respuesta a la supuesta influencia maligna del aparato.
La secta fundamentalista judía Eda Haredit también le ha declarado la guerra, al igual que a la versión de Android, BlackBerry y similares, por el «holocausto espiritual» que en su opinión provocan estos artilugios electrónicos.
El Canal 10 de la televisión israelí difundió ayer imágenes de varios ultra-ortodoxos judíos rompiendo en mil pedazos esos dispositivos con un martillo.
Fuente: The Jerusalem Post
El estudiante sueco de filosofía llamado Isak Gerson fundó en 2010 lo que hoy es la nueva religión oficial llamada Missionary Church of Kopimism (Iglesia Misionaria del Kopimismo) que tiene como símbolos sagrados Ctrl+C y Ctrl+V además de adorar la información y sus copias como forma de distribución. ¿Será posible hacer frente a SOPA por medio de la fe en este movimiento?
Esta religión fue creada para evitar la persecución legal por el hecho de copiar y pegar cosas y su creador espera que con su reconocimiento como movimiento filosófico oficial muchos cambios sean posibles y es que declaró “aún hay un estigma legal sobre el copiado y muchas personas se siguen preocupando de que podrían ir a la cárcel por copiar y readaptar las cosas“.
Según el sitio web de esta religión tuvieron que intentar dos veces su legalización y seguramente un impedimento importante fue que el gobierno de su país está a favor del copyright. Los principios en los que se basa este movimiento son que la información es sagrada y el copiar es un sacramento. La información en sí es valiosa por sí misma y por lo que contiene y su valor se multiplica por medio de las copias.
Para ser parte de este movimiento no es necesaria afiliación alguna, simplemente el sentir la necesidad de adorar lo que es lo más sagrado de todo que es la información y sus copias. Para hacerlo ellos ofrecen los llamados kopyactings que son servicios religiosos donde los kopiomistas comparten información con otros a través de las copias.
¿Sería esto una solución a los problemas que representaría la aprobación de la legislación SOPA? ¿Podría esta nueva religión salvarnos de los castigos que buscan infringir en los usuarios las empresas que están a favor de defender los derechos de autor?
Fuente: Gizmodo | Kopimistsamfundet
Un reciente documental de la BBC ha descubierto que las imágenes de Apple activan las mismas partes del cerebro en los clientes leales a la marca Apple que los símbolos religiosos tiene en los seguidores de una religión. El documental, que tuvo como objetivo comprender cómo algunas marcas se han convertido en gran parte de la vida de sus compradores, tomó un valiente fan de Apple, realizándole una resonancia magnética nuclear, los neurólogos estudiaron su cerebro para ver cómo reaccionaba cuando se le mostraban imágenes de Apple y de productos no Apple.
El sometido al estudio fue Alex Brooks, director de Mundial de Apple. Quien se describe como evangelista de Apple, y mientras él estaba siendo observado por los investigadores de MRI, pudieron ver que cuando las imágenes de los productos de Apple se exhibieron delante de él, su cerebro reaccionó de la manera que el cerebro de un seguidor religioso reacciona cuando se muestran imágenes asociadas con su religión.
Los resultados de la exploración -que son importantes para calificar con un estudio una persona que ya es un descarado fanático de Apple- demuestran que la devoción increíble y la lealtad a una marca o una religión emanan de las mismas partes del cerebro humano.
Otras partes del documental prueban que las empresas más exitosas son aquellas que logran encontrar una manera para activar las partes del cerebro. Una vez que una marca o empresa llegue allí, no hay vuelta atrás, y el devoto se engancha en sus productos y cultura. Podría muy bien ser la clave para construir una marca que se convierta en un nombre familiar.
El documental se trasladará a otras marcas como Twitter, Facebook, e incluso Microsoft y Google en un futuro próximo.
Ampliar información en: Digital Trends
No.
Ah, ¿Quieres detalles? Está bien.
Si lees habladurías anticientíficas, en algún punto la mayoría afirmarán que la ciencia está basada en la fe tanto como la religión. Por ejemplo, el horrible sitio de internet “Respuestas en Génesis” tiene esto que decir sobre la ciencia:
Mucho del problema surge de nuestros diferentes puntos de partida sobre nuestro origen con los Darwinistas. Todos, científicos o no, deben iniciar sus búsquedas del conocimiento con algun axioma incomprobable – alguna creencia a priori sobre la cual basan su experiencia y deducen verdades. Este punto de partida, cualquiera que sea, solo puede ser aceptado por fe; eventualmente, en cada sistema de creencias, debe haber un fundamento para el razonamiento que sea imposible de probar y pre-supuesto (ya que una regresión infinita es imposible).
Esto está completamente equivocado. Muestra (aunque no sorpresivamente) un entendimiento equivocado de cómo funciona la ciencia. La ciencia no está basada en la fe, y la razón es la siguiente.
El método científico hace una suposición, y sólo una: el Universo obedece una serie de reglas. Eso es todo. Por lo tanto, si el Universo sigue estas reglas, entonces podemos deducir cuáles son al observar cómo se comporta el Universo. Esto simplemente se da de manera natural; si obedece las reglas, entonces las reglas deben estar reveladas por su comportamiento.
Un ejemplo sencillo: vemos objetos que giran alrededor del Sol. El movimiento parece obedecer algunas reglas: las órbitas son secciones cónicas (elipses, circulos, parábolas, hipérbolas), los objetos se mueven más rápido cuando están más cerca del Sol, si se mueven demasiado rápido pudieran escapar para siempre de esa órbita.
De estas observaciones podemos aplicar ecuaciones matemáticas para describir esos movimientos, y luego usar esa misma matemática para predecir dónde estará cierto objeto en algún momento del futuro. ¿Adivina qué? Funciona. Funciona tan bien que podemos lanzar naves a esos objetos a miles de millones de kilómetros de distancia y dar justo en el blanco con impresionante puntería. Esto respalda nuestra conclusión de que los cálculos matemáticos son correctos. Lo cual implica que el Universo si está siguiendo una serie de reglas, y que podemos descifrarlas.
Claro que ese ejemplo es muy sencillo, y no es la intención que fuese completo, pero da una idea de cómo funciona esto. Ahora piensa en esto: la computadora en la cual estás leyendo esto se dió puramente por la ciencia. Los circuitos son el resultado final de décadas, siglos de exploración en cómo funciona la electricidad y la cómo se comportan las partículas cuánticas. El monitor es un triunfo de la ingeniería científica, ya sea CRT o un LCD plano. El ratón que usas para navegar puede usar un LED, o puede ser simplemente de bola. El teclado usa resortes, el internet inalámbrico usa tecnología de radio y las bocinas usa electromagnetismo.
Observa a tu alrededor. Carros, aviones, edificios, iPods, libros, ropa. Agricultura, plomería. Focos, aspiradoras, hornos. Todos estos son productos de la investigación científica. Si tu TV se descompone, puedes rezar para que espontáneamente vuelva a funcionar, pero yo le apostaría a la persona que estudió cómo arreglar esa televisión basado en los principios científicos y de ingeniería.
Todo el conocimiento que hemos acumulado a lo largo de miles de años se une en una armoniosa sinfonía de ciencia. No estamos adivinando: todo esto fue diseñado usando previo conocimiento desarrollado de manera científica a lo largo de siglos. Y funciona. Todo esto respalda la suposición subyacente de que el Universo obedece reglas las cuales podemos deducir.
¿Hay hoyos en este conocimiento? Claro. La ciencia no tiene todas las respuestas. Pero la ciencia tiene una herramienta, un poder que sus críticos parecen nunca entender.
La ciencia no es simplemente un conjunto de conocimiento. Es un método, una manera de encontrar este conocimiento. Observar, hipotetisar, predecir, observar, revisar. La ciencia es provisional; siempre está abierta a mejoras. La ciencia inclusive está sujeta a sí misma. Si el método mismo no funcionara, lo veríamos. Nuestras computadoras no funcionarían (tal vez no es el mejor ejemplo), nuestras naves espaciales no se levantarían del suelo, nuestros electrónicos no funcionarían, nuestra medicina no curaría. Sin embargo, todas estas cosas en realidad funcionan, y lo hacen espectacularmente bien. La ciencia es una revisión a sí misma, por lo cual es una manera increíblemente poderosa de entender la realidad.
Y es ahí donde la ciencia y la religión se dividen. La ciencia no está basada en la fe. La ciencia está basada en la evidencia. Tenemos evidencia de que funciona, muchísima, miles de millones de piezas individuales que encajan perfectamente en un gran rompecabezas que es la realidad. Esa es la diferencia crítica. La fe, a como es interpretada por la mayoría de las religiones, no está basada en la evidencia, y generalmente se adopta fuertemente inclusive a pesar de la evidencia en su contra. En muchos casos, la fe inclusive se refuerza cuando se encuentra evidencia contraria a ella.
Decir que tenemos que tomar la ciencia con fe es un entendimiento tan increíblemente erróneo de cómo funciona la ciencia que sólo podría ser expresado por alguien totalmente ignorante sobre como funciona la realidad.
La próxima vez que alguien intente decirte que la ciencia está tan basada en la fe como la religión, o que la evolución es una religión, envíalos aquí. Tal vez la evidencia de la ciencia los haga reconsiderar su postura. Tal vez no; es difícil razonar con alguien a salir de una posición a la cual llegaron sin usar la razón. Pero la próxima vez que ellos usen una computadora, tal vez la verán de manera más crítica, y se preguntarán si su funcionamiento es un milagro, o el resultado de mentes brillantes a lo largo de muchas generaciones que trabajaron duramente con el método científico.
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Enlaces relacionados:
– La ciencia y el método científico
– El método científico versus la charlatenería