Fert (Carcassone, Francia, 1938), quien ganó el Premio Nobel en 2007 junto con el alemán Peter Grünberg por descubrir, por separado, la «magneto-resistencia gigante», ha comparecido hoy en rueda de prensa con motivo de su investidura, mañana, como doctor «honoris causa» por la Universidad de Zaragoza.
La magneto-resistencia es un efecto mecánico cuántico que ha permitido multiplicar por cincuenta la capacidad de almacenamiento en discos duros de ordenador, aparatos musicales, aplicaciones electrónicas y cámaras de vídeo.
Al aumentar la capacidad de almacenamiento de los discos duros hasta centenares de gigabites, reduciendo la unidad de almacenamiento y haciendo de la magnetoelectrónica, o la espintrónica, un nuevo campo de la ciencia llamado a sustituir a la electrónica actual.
Fert ha insistido, en esta línea, en que la espintrónica es «una gran oportunidad» para la nanoelectrónica y la nanotecnología, que son una «maravillosa oportunidad» para la física, porque «abre muchos caminos para predecir determinados fenómenos».
La nanotecnología es muy importante, ha dicho, para otras disciplinas científicas, como la Biología, la Medicina o la Química, y para llegar a crear dispositivos útiles que generen nuevos materiales y, por añadidura, nuevos fenómenos físicos.
UN CAMPO «PROMETEDOR»
Los desarrollos más conocidos de la spintrónica son los relacionados con la lectura de información de discos duros, pero hay un campo «prometedor», ha dicho Fert, relacionado con la mejora de las aplicaciones para telecomunicaciones, con dispositivos que puedan emitir y recibir microondas de modo muy eficiente y que se puede aplicar a los teléfonos móviles.
Sobre el descubrimiento que le hizo merecer el Nobel, Albert Fert ha reconocido que fue difícil predecir las «implicaciones económicas» que llegaron después de las relacionadas con la computación, como las que tiene para los iPods, las cámaras fotográficas o los teléfonos móviles.
Se trató, ha precisado, de un descubrimiento de «investigación básica», un tipo de investigación que tiene mucha importancia.
Fert también se ha referido a la necesidad de que los países europeos inviertan en tecnología para hacer frente a la «amenaza» que suponen para Europa, en este campo, nuevos países, sobre todo de Asia, como China y Singapur, además de Japón.
Aragón cuenta con un Instituto de Investigación en Nanotecnología, una ciencia que, ha dicho el profesor Ricardo Ibarra, de la Universidad de Zaragoza, nace con «gran potencia» porque aborda problemas que están «en el límite de las disciplinas convencionales» y que abre, por tanto, nuevas perspectivas en el ámbito, por ejemplo, de la terapia y el diagnóstico en Medicina.
Fuente: hoy tecnología
‘En pocos años habremos manipulado las microondas radiofónicas, las memorias de los ordenadores serán diferentes, los teléfonos móviles funcionarán por un sistema que consumirá muchísima menos energía, sus baterías durarán mucho más tiempo e incluso se podrán ver películas de alta definición en el iPod’, asegura el físico francés en una entrevista con Efe.
Fert (Carcassone, Francia, 1938) ofreció hoy una conferencia bajo la arbórea bóveda de madera del Aula Magna de la Universidad de Estocolmo y explicó en una entrevista con Efe cómo ‘el iPod es sólo el primer peldaño de este descubrimiento’.
La magneto-resistencia gigante fue descubierta casi simultáneamente por Fert y Grünberg en 1988, cuando comprobaron que mediante pequeñas alteraciones en las resistencias magnéticas aumentaba de manera exponencial la capacidad de los discos duros, permitiendo así, entre otras cosas, reducir el tamaño de los aparatos electrónicos.
Su aplicación material tuvo lugar en 1997 y, en la actualidad, ‘la investigación está abriendo muchas posibles vías’ que incluso afectan al campo de la medicina -permite ‘detectar las biomoléculas’ mediante procesos magnéticos- y al de las telecomunicaciones, rama en la que Fert sigue investigando en la Universidad Paris-Sud de Orsay, en Francia, donde dirige la unidad mixta de física CNRS/Thales desde 1995.
Este científico, que chapurrea español y que adora, ‘por supuesto, el cine de Almodóvar’, considera, a pesar de que en su conferencia de hoy no hubo compasión para los neófitos, que hay que desprenderse de los tecnicismos para acercar la ciencia al público general.
‘Debemos ser capaces de explicar lo que estamos haciendo para que las otras personas lo entiendan. La gente se asusta fácilmente con los nuevos inventos’, explica, dado que la nanotecnología, campo al que sus investigaciones pertenecen, no tiene ‘ninguna relación con las nanofísica, la nanoquímica o la nanobiología y las nanopartículas, por lo que no tenemos nada que ver con las guerras’.
Con la GMR (siglas de su descubrimiento) la estructura de la memoria de un ordenador cambia y, por ello, ‘irá ganando en densidad’, como demuestra el hecho de que, desde el 2000, la capacidad de los discos duros se ha duplicado cada año.
Pero, ¿hasta qué punto los usuarios necesitarán más capacidad en sus ordenadores? Los avances de la tecnología, según Fert, también son inescrutables, ya que las demandas de ocio en el PC han mutado ‘frenéticamente’ en los últimos años.
La ‘espintrónica’, entonces, ‘marcará un antes y un después en la ciencia’, asegura. ‘Ha sido toda una sorpresa también para el mundo de los negocios que, por lo tanto, no nos ha presionado demasiado. Ahora, más bien nos ofrece un gran apoyo para seguir investigando’, explica, aunque también asume, con gesto de resignación, que fue Grünberg el primero en patentar la novedad, que luego vendió a IBM.
Fert, que hizo suspirar al público durante la conferencia al demostrar con naturalidad que un ganador del Nobel en Física también puede tener problemas con una presentación en Power Point, ha recibido este año, además del Nobel, numerosos reconocimientos junto a Grünberg que, desde la universidad de Jülich, en Alemania, llegó a las mismas conclusiones.
‘Se puede decir -afirma- que es una coincidencia. Descubrimos lo mismo al mismo tiempo, aunque entrando por diferentes vías. Yo me centro más en las propiedades de la conducción de la energía y él en las reacciones magnéticas y en las propiedades de los materiales’.
El premio Nobel de Física -que sólo dos mujeres han conseguido en toda su historia- es uno de los cinco galardones que Alfred Nobel especificó en su legado, lo otorga la Real Academia de Ciencias Sueca y está dotado con diez millones de coronas suecas (1,06 millones de euros, 1,55 millones de dólares).
Pese a que este año sus receptores superan los sesenta años, en 1915 fue premiado con veinticinco el físico australiano Lawrence Bragg por sus investigaciones sobre los rayos X y la estructura del cristal, lo que le convierte, todavía hoy, en el ganador más joven de la historia de los Nobel.
Fuente: Terra.es