Dos décadas antes de que la radio se convirtiera en el medio de comunicación de moda, proliferaban los teléfonos y ciertas iniciativas para terminar con el papel y dar paso a la voz. Sin duda, la idea de ese tipo que mejor funcionó fue el Telefon Hírmondó, todo un periódico telefónico creado por el inventor húngaro Tivadar Puskás que, además, había diseñado ya en 1877 la primera centralita telefónica mientras trabajaba con Edison.
En 1893 comenzó el camino de este periódico telefónico que se extendió por toda la ciudad de Budapest. El modelo de negocio era sencillo y funcionó muy bien durante muchos años. El cliente se comprometía a suscribirse al periódico telefónico durante al menos un año y, a cambio, se le instalaba en su casa un receptor telefónico conauriculares, a través de los que podía enterarse a diario de las noticias, escuchar conciertos y disfrutar de contenido muy variado como si se tratara de una radio… solo que ésta se encontraba en mantillas.
El equipo productor del periódico telefónico se parecía mucho a lo que años más tarde serían los estudios de radio. Contaba con redactores, locutores con envidiables voces y músicos, así como lo último en tecnología telefónica de la época. A principios del siglo XX el periódico telefónico llegó a tener más de seis millares de suscriptores. La red telefónica del periódico se extendía por toda la ciudad como si de un primitivo remedo de Internet se tratara, por medio de un eficaz sistema de transmisión que terminó sus días en tiempo de la Segunda Guerra Mundial, época en la que la radio ya había triunfado pero, sin embargo, el periódico telefónico seguía manteniendo un gran número de suscriptores.
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