En el fenómeno de ósmosis el disolvente de una disolución puede pasar de un compartimento a otro si éstos están separados por una membrana semipermeable y si en ambos compartimentos la disolución tiene distintas concentraciones. El disolvente pasa de la zona menos concentrada hacia la más concentrada. En estos casos se habla de presión osmótica.
Los organismos vivos tienen muchas membranas semipermeables en sus estructuras, por ejemplo, nuestras células o nuestra propia piel. Abajo podemos ver una hoja de lechuga que se ha desecado y que se introduce en una dilución más concentrada que el interior de la propia lechuga. Veamos qué pasa:
Fuente: Ciencia en el XXI (Blog sobre escepticismo, recomendada su lectura)