Los musulmanes son grandes consumidores de dátiles, pero rechazan los que se cultivan en Israel. Este boicoteo cotidiano de los comerciantes musulmanes (principalmente de Marruecos y Pakistán, los principales compradores) se vuelve más intenso ahora, coincidiendo con la fiesta sagrada del Ramadán. «Enfocamos la campaña con dátil exclusivamente de Túnez, porque el de Israel no se vende», explica Torres desde su despacho, en una de las naves de frutas y verduras del mercado mayorista de Barcelona.
El dátil que crece en las palmeras de Israel representa casi el 20% del que llega a Mercabarna. Aunque su calidad es superior -es más sabroso, está mejor tratado y su tasa de desperdicio es muy baja- los musulmanes prefieren comprar el que se cultiva en Túnez y Argelia, que copa el 80% de un mercado aún minoritario en España. El sempiterno conflicto entre judÃos y palestinos late tras el veto. Este año, el asalto a la llamada flotilla de la libertad ha llevado a varios colectivos a movilizarse -en las calles del barrio, pero también en las redes sociales de Internet- para extender el boicoteo.
«Los israelÃes no tienen respeto por nada», dice un paquistanà de barba negra y poblada que se detiene ante el puesto de Frit Ravich -una firma de frutos secos con sede en Girona- para preguntar precios del dátil. El de rama está a entre dos y tres euros el kilo. Todas las cajas que expone Francisco Guerra tienen sello de Túnez. «A muchos no les gusta comprarlo de Israel, por lo de la guerra. Eso dicen. Pero hay otros que miran más el precio», precisa el encargado.
Los musulmanes rompen su ayuno del Ramadán comiendo un número impar de dátiles. Los que se venden son de dos variedades: deglet (el de rama, más económico) y medjoul, que Guerra define como «el pata negra de los dátiles» por su carnosidad y sabor. Este último apareció en el mercado hace 15 años, se produce casi en exclusiva en Israel y Sudáfrica y solo está al alcance de bolsillos desahogados (más de nueve euros el kilo en Mercabarna). Amina, una mujer magrebà que luce hiyab y compara precios, ni se plantea comprarlo. «Es demasiado».
La embajada israelà en España ha expresado su «condena» a esa actitud. «Esperamos que la alternativa de los dátiles israelÃes no sean los de Irán, un paÃs que asesina a homosexuales y lapida a mujeres. O los otros paÃses de Oriente Próximo conocidos por sus regÃmenes dictatoriales y su falta de respeto a los derechos humanos», dijo un portavoz de la embajada.
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