Las dietas milagrosas no existen. Si está pensando en perder kilos, olvÃdese de los regÃmenes que le prometen perder mucho peso en pocas semanas, porque toda la comunidad cientÃfica coincide al señalar que las dietas mágicas son un engaño.
¿Cómo reconocer las dietas milagro?
Para evitar caer en alguno de estos regÃmenes mágicos, sólo hay que fijarse un poco porque son fácilmente reconocibles.
Todos prometen una pérdida de peso rápida, aseguran que se pueden llevar sin esfuerzo y que son completamente seguros para la salud. «Todas la dietas mágicas tratan de ganar adeptos promocionándose con estas tres caracterÃsticas» asegura el doctor Salvador.
Además, hay otras pistas para detectar cuando una dieta es fraudulenta, según comenta el dietista Julio Basulto:
-Prohiben el consumo de un grupo de alimentos.
-Contienen listados de productos buenos o malos.
-Venden preparados alimenticios carÃsimos y exclusivos de esas dietas.
-Aportan relatos de supuestos médicos o famosos para darle credibilidad.
-Contienen afirmaciones que contradicen a la comunidad cientÃfica como «la fruta es mala» o «el pan engorda».
Tipos de dietas mágicas
Aunque algunos expertos señalan que nombrar este tipo de dietas «es darle más publicidad», otros opinan que conviene hablar de ellas «para que la población conozca las dietas de las que debe huir«. Estas supuestas dietas mágicas se pueden clasificar en tres grandes grupos.
1-Dietas hipocalóricas desequilibradas: se basan en la escasa ingesta de calorÃas. Suelen ser monótonas y deficitarias en nutrientes. Además, no contribuyen a la perdida de grasa sino de masa muscular.
Por lo tanto, al abandonar esta dieta el cuerpo termina teniendo un rápido aumento de peso, que es en su mayorÃa grasa corporal. Algunos regÃmenes que se incluyen en esta categorÃa son: la dieta de la ClÃnica Mayo, la Dieta Cero o la Dieta Groumet.
2-Dietas disociativas: se fundamentan en que los alimentos contribuyen al aumento de peso en función de determinadas combinaciones. Por ello no restringen su ingesta sino que limitan la toma de alimentos por grupos.
Es decir, en una comida sólo se pueden tomar proteÃnas o sólo hidratos de carbono. «Esta teorÃa carce de fundamento cientÃfico ya que no existen los alimentos que sólo contengan proteÃnas, hidratos o lÃpidos», comenta el doctor Salvador. La dieta Montignac, la dieta Hay o Disociada y la dieta Hollywood son algunas de la que se enmmarcan en esta categorÃa
3-Dietas excluyentes: PodrÃa decirse que son las más peligrosas puesto que se basan en eliminar de la dieta algún nutriente, lo cual termina provocando alteraciones metabólicas.
«Por ejemplo si quitamos todos los hidratos de carbono y sólo se ingiere proteÃnas, al final terminaremos destruyendo el tejido muscular porque se pierde mucha agua», señala el doctor Salvador. Otras modalidades son las que son ricas en hidratos y sin lÃpidos ni proteÃnas o las ricas en grasa. La dieta Atkins, la dieta de los Astronautas, la dieta del Dr.Hass o la dieta de la ProteÃna LÃquida son algunas de estas dietas excluyentes que debemos evitar.
La dieta del Grupo SanguÃneo o el test de Alcat también podrÃa enmarcarse aquÃ. Mediante un análisis de sangre se detectan los alimentos con mayor Ãndice de alérgenos y éstos son suprimidos de la dieta de esa persona. «Es absurdo eliminar un nutriente basándose en este estudio», asegura el doctor Salvador. «Todas las sociedades cientÃficas dicen que estos test sanguÃneos son una patraña, un timo. Punto y final», afirma rotundamente Basulto.
Riesgos para la salud
A simple vista, el primer riesgo de este tipo de tratamientos es la recuperación o aumento del peso perdido una vez que se abandonan, pudiendo degenerar incluso en problemas de sobrepeso.
La explicación es que al ingerir menos energÃa de la necesaria, nuestro organismo se ralentiza para gastar menos reservas. Sin embargo, cuando se abandona la dieta, el organismo sigue gastando menos pero nosotros comemos más. Por tanto se recupera más peso y en forma de grasa corporal. La leptina y la grelina, son las hormonas responsables de esta recuperación de peso, según acaban de descubrir un grupo de cientÃficos españoles.
Pero los riesgos más importantes para la salud son: un aumento de la mortalidad total (sobre todo en las dietas ricas en proteÃnas y nulas en hidratos de carbono), mayor riesgo de enfermedad cardivascular, hipertensión, diabetes, estreñimiento, osteoporosis o fallo renal, entre otros.
«Además de estos riesgos, yo prefiero hablar de otros que parecen preocupar más a las personas que piensan en su aspecto fÃsico, por eso otros efectos a tener en cuenta son la halitosis, pérdida de cabello o sequedad en la piel», apunta Basulto.
Asimismo, estas diestas también contribuyen a la adquisición de malos hábitos alimenticios con la repercusión que ello tiene a largo plazo.
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