Una investigación de la Universidad Nacional (Colombia) comprobó que este fruto tiene baja actividad antioxidante y que las propiedades benéficas y bioactivas que le atribuyen no son ciertas.
La creencia popular considera que el fruto es un energético natural, baja la hipertensión, el alto nivel de sangre en el azúcar, combate enfermedades del riñón, tiene alto contenido de fibra y proteína, regula las funciones genéticas, sirve para curar enfermedades bronquiales, previene la desnutrición, incluso que hasta es afrodisiaco.
Después de un año de investigación, se encontró que la composición del borojó es bastante sui generes porque tiene un contenido de agua muy bajo comparado con el del resto de las frutas y que a su vez tiene un alto porcentaje de carbohidratos, 50% de la fruta, lo que no es común en un fruto.
Según la profesora Garzón, “realmente es una buena fuente de energÃa por el contenido de carbohidratos. Pero en cuanto a las otras propiedades que se afirman, desde el punto de vista de los antioxidantes, que por lo general está correlacionado con esas características, los efectos que se le atribuyen no pueden tener una base científica. El contenido de taninos del fruto también es bajo y la actividad antioxidante, medida como su capacidad de atrapar radicales libres, es menor que el de la mayoría de las frutas.
«Desde el punto de vista de actividad antioxidante, el potencial que presenta el borojó, como alimento funcional y materia prima para la obtención de alimentos procesados con valor agregado, es bajo. Los resultados obtenidos en este estudio no validan los usos etnobotánicos en la medicina tradiciona»l, concluyó la experta.
Ampliar información en: Universidad Nacional de Colombia
https://creativo.studio/posicionamiento-seo/posicionamiento-web
El borojó, otro fraude de un