Algunas de las alegaciones evaluadas son las siguientes:
– El aceite de oliva ayuda a controlar los niveles de colesterol malo (el LDL). Verdadero. «No se ha establecido que haya una relación causa-efecto entre [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] más allá de la lógica por la composición del aceite». Esta última salvedad es la que permite al organismo decir que «ya se ha establecido que un aceite con ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados» ayudan en este sentido.
– Los polifenoles del aceite de oliva ayudan a mantener la concentración del colesterol bueno. Falso. «Los estudios presentados son inconsistentes y no permiten establecer» la relación.
– Los arándanos reducen las infecciones del tracto urinario de las mujeres. Falso. «Las pruebas aportadas son insuficientes para establecer una relación entre el consumo de proantocianidinas de los arándanos y una defensa contra las bacterias patógenas».
– Las isoflavonas de la soja protegen el ADN, las proteínas y los lípidos de la oxidación. Falso. «No hay ensayos en humanos de los que pueda derivarse esa conclusión». Lo mismo se puede aplicar a otras supuestas propiedades, como que «ayudan a controlar el colesterol», que «ayudan a reducir los síntomas vasculares de la menopausia» o que «ayuden a mantener la mineralización ósea en las mujeres menopáusicas».
– La coenzima Q10 contribuye a proporcionar energía a través del metabolismo. Falso. «No hay relación» entre este producto, de moda en los gimnasios, y esas supuestas propiedades.
– Las nueces ayudan a controlar el colesterol. Verdadero, por la misma explicación que la agencia da para el caso del aceite de oliva.
– Los bífidus ayudan a las defensas. Falso. Los bífidos son en realidad bifidobacterias. Cada empresa tiene el suyo, ya que se trata de seres vivos de los que hay distintas cepas. Pero la agencia los ha estudiado y la conclusión general es que no hay pruebas que demuestren que hay una relación entre estos productos y una disminución de los agentes patógenos en el sistema digestivo.
– Propiedades de la miel. Este caso es diferente. Se había presentado una solicitud para poder decir que la miel ayuda al sistema respiratorio, que aporta energía o que estimula el metabolismo y el sistema inmunitario. Pero el grupo de expertos no entra a estudiar estos efectos al considerar que el término miel es demasiado amplio y hay muchas variedades, por lo que no tiene una composición fija a la que se puedan atribuir o no las propiedades.
– Los esteroles vegetales (fitoesteroles) ayudan a reducir el colesterol malo.
Verdadero. Para ello hay que tomar 0,8 gramos por día. No se consideran apropiados para mujeres que amamantan o menores de cinco años.
– La fibra de trigo contribuye a mantener el peso o a adelgazar. Falso. Los estudios presentados no lo prueban.
– La creatina aumenta el efecto del ejercicio físico. Verdadero. Aumenta la creación de músculo. Y el grupo de estudio establece, además, que la dosis a consumir debe ser de tres gramos al día. En cambio, no se ha demostrado que incremente la resistencia.
– La cafeína aumenta la resistencia ante el ejercicio. Verdadero. Los estudios han demostrado que su ingesta disminuye la sensación de cansancio. Para ello hay que tomar tres miligramos por kilo de peso una hora antes del ejercicio.
– Los beta-glucanos del centeno y la avena ayudan a controlar el colesterol.Verdadero. En cambio, no es cierto que aumenten la sensación de saciedad.
– La capsaicina -un picante de los pimientos- ayuda a mantener el peso. Falso. «El único estudio con humanos» no permite afirmarlo.
– El sodio (presente en la sal común) ayuda a mantener la función muscular.
La agencia admite que esa afirmación es cierta. Sin embargo, de los estudios no se puede deducir la cantidad mínima recomendada, y, además, señala que en la UE «no hay constancia de deficiencia» en el consumo de sodio. Por otro lado, se acepta que un producto bajo en sodio (sal) ayuda a mantener la tensión baja.