Hace unos meses apareció un artículo (magufo) publicado en el periódico ARA informando sobre un veterinario que vendía un extracto de yema de huevos asegurando que detenía el envejecimiento a nivel celular, te devolvía el pelo si estabas calvo, te quita el dolor de las agujetas, reduce el colesterol, y elimina los efectos secundarios de la quimioterapia. Una cita del veterinario decía textualmente: “si te lo tomas a diario, vivirás eternamente con el mismo aspecto que tienes ahora. El de un hombre sano de 33 años”. Claro está, el artículo no aportaba referencias a publicaciones científicas, y el veterinario sólo argumentaba varios años de experimentación con perros que a sus más de 20 años corrían y saltaban con gran energía. (pdf1, pdf2)
Preguntado el veterinario sobre la vida eterna la había dicho textualmente o se trataba de una exageración del periodista. Su respuesta fue: “si, si… yo lo dije, y es lo que creo. Salvo en caso de accidentes, o casos así, yo sí creo que se puede frenar el envejecimiento y vivir eternamente”. Cuando le pedí detalles sobre el supuesto mecanismo de acción del elixir habló de factores de regulación del crecimiento celular, y proteínas que regeneran nuestro cuerpo, pero todo de manera muy incongruente. Le pedí bibliografía que apoyara su hipótesis, pero no tenía. Y citó la frase fuera de contexto de Eduardo Punset “no está escrito en ningún sitio que me vaya a morir”.
El diagnóstico parecía claro. Convencido o no, el veterinario había creado un elixir basado en su intuición, le había otorgado propiedades milagrosas sin ninguna prueba, y le intentaba dar publicidad por todos los medios posibles. Un periódico picó, y en los siguientes días apareció en algunas radios y programas de televisión.
Ampliar información en: El elixir de los huevos: ¿denunciar o no al conato de magufo?