Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, encontraron que los voluntarios que comieron sopa enlatada durante cinco días mostraron un aumento de más de 1000% en las concentraciones de bisfenol A (BPA) en la orina.
Tal como señalan los científicos en Journal of the Medical Association(JAMA) (Revista de la Asociación Médica Estadounidense), ésta es la primera vez que un estudio puede cuantificar niveles de BPA en humanos tras la ingestión de productos enlatados.
El bisfenol A, que se utiliza en la producción de productos plásticos y resinas, ya ha sido anteriormente vinculado con efectos perjudiciales para la salud. La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos publicó un informe en 2010 en el que expresó preocupación por los efectos de la exposición de BPA en fetos, infantes y niños pequeños. BPA es un disruptor endocrino, un compuesto que puede alterar el funcionamiento del sistema hormonal. También ha sido vinculado en enfermedad cardiovascular, diabetes y obesidad en humanos.
Canadá fue el primer país que declaró al BPA una sustancia tóxica y, junto con parte de la Unión Europea, prohibieron el producto en la producción de biberones. Las resinas de BPA, sin embargo, continúan utilizándose en otros productos, incluido el recubrimiento de las latas de metal para contener alimentos y bebidas, en botellas de plástico de policarbonato y en selladores dentales.
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