Un estudio sobre 313 mujeres posmenopáusicas revela que el consumo de 25 gramos diarios adicionales de proteína de soja mejora levemente la memoria visual, pero no la capacidad cognitiva general.
«Puede que existan motivos por los que las adultas mayores y de mediana edad con buena salud podrían tomar suplementos de soja, pero la función cognitiva no debería ser la razón principal», opinó el doctor Victor Henderson, autor principal del estudio e investigador de la Stanford University.
El equipo de Henderson le realizó a un grupo de mujeres de entre 45 y 92 años una batería de test cognitivos y de la memoria. Luego, al azar, se le indicó a cada participante que consumiera un suplemento diario de 25 gramos de proteína de soja o de leche en forma de barra o polvo durante dos años y medio.
Durante ese período, ambos grupos tendieron a mostrar una mejoría en la memoria, quizás porque todas ya habían realizado los test, pero no hubo diferencia en la combinación de los test cognitivos ni en ninguna de las evaluaciones por separado, excepto en la de la memoria visual, según precisa el equipo en la revista Neurology. Y eso también se aplicó al análisis de los resultados de las menores de 60 años, que estaban más cerca de haber atravesado la menopausia y deberían haberse beneficiado aun más con la soja extra.
Wong, que no participó del estudio, señaló que una limitación de la investigación es la poca cantidad de participantes, el rango étnico tan amplio y la gran diferencia del tiempo transcurrido desde la menopausia, lo que habría dificultado determinar el grupo que podría beneficiarse con la soja. Aun así, recordó que sus propios resultados sobre el efecto de los suplementos de soja en la salud ósea y la presión sanguínea han sido «desalentadores».
El equipo de Henderson concluyó que las mujeres posmenopáusicas no deberían tomar suplementos de soja para mejorar su capacidad cognitiva, pero que podrían consumir alimentos ricos en soja si así lo desean, sin preocuparse de posibles efectos negativos en la memoria.