Es posible que las primeras culturas mesopotámicas usaran botijos. Unos artilugios cuyo funcionamiento no se ha podido desentrañar matemáticamente hasta hace pocas décadas. ¿Por qué son capaces de enfriar los líquidos que contienen?
Según explica el catedrático de Física Aplicada Antonio Ruiz de Elvira, en el periódico El Mundo, el material poroso del que están hechos le confiere esa propiedad. El barro cocido permite la evaporación de una parte del líquido en su interior.
Para que el agua pase de estado líquido a gaseoso es necesario que pierda parte de su calor. Eso, sumado a su peculiar forma y que la arcilla es un aislante relativamente bueno, permite que el agua (u otro líquido) se enfríe sin que se evapore en su totalidad.