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agosto 7th, 2012 
Rafael Barzanallana 
Coca-Cola y Pepsi esperan que un escurridizo trío de características acalle las críticas de que sus productos son malos para la salud y revierta el declive en su consumo. Sin embargo, una fórmula así podría estar aún muy lejana.
Eso se debe a que el ingrediente que hace que un refresco tenga buen sabor es también lo que produce sobrepeso: el jarabe de maíz alto en fructosa. Los edulcorantes artificiales como el aspartamo, que se utilizan en las bebidas sin calorías, son vistos, sin ninguna razón científica, como procesados y falsos.
Los edulcorantes naturales que provienen de las plantas presentan la alternativa más prometedora, pero las empresas aún no han descubierto la manera de enmascarar el sabor metálico que dejan en la boca. A pesar de las complejidades, los fabricantes siguen adelante con la búsqueda.
Hay una buena razón por la que los fabricantes de bebidas gaseosas resfrecantes están tan ansiosos por ajustar sus fórmulas. Otrora favoritas entre los estadounidenses, ahora están siendo señaladas como las culpables de las abultadas cinturas en el país. Dos terceras partes de los adultos estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Eso, unido a la creciente variedad de aguas saborizadas y bebidas para deportistas, ha hecho descender el consumo per cápita de refrescos a 1.3 latas diarias, una caída de 17% desde su pico en 1998, según Beverage Digest, un rastreador de las actividades de la industria de bebidas.
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