Los llamados “remedios naturales” presentan algunos problemas, que adquieren más importancia durante el embarazo:
- Al consumir las hierbas en infusiones (u otras formas de presentación como cápsulas, pastillas…), es difícil calcular las dosis que contienen de cada principio activo.
- La calidad y concentración de un suplemento de hierbas puede variar entre dos lotes del mismo producto y entre productos de diferentes fabricantes.
- La mayoría de las sustancias que se extraen de los vegetales y son los principios activos de los medicamentos pueden ser venenos a ciertas dosis. Por ello, para formar parte de un medicamento, han tenido que pasar por una serie de procesos en los que se determinan sus características y sus efectos. Luego pasan por estudios experimentales y ensayos clínicos, para determinar las dosis que tengan efecto terapéutico y sean seguras. No es fácil, y sería muy costoso, realizar unos estudios similares sobre la seguridad y los potenciales efectos de los productos “naturales”.
- Algunos preparados de plantas medicinales (especialmente de otros continentes) pueden contener metales pesados tóxicos o fármacos añadidos y no declarados.
- Si se está tomando algún fármaco, hay que consultar al médico sobre una posible interacción. Incluso cuando se toman de forma y en dosis adecuadas, las hierbas pueden interaccionar con algunos medicamentos. Una interacción que se puede traducir en disminuir la eficacia terapéutica de esos fármacos, potenciar efectos adversos o favorecer su toxicidad si se sobrepasan ciertas dosis.
Efectos de algunas hierbas en el embarazo
- Para la tila, el poleo menta y la valeriana se recomienda un uso moderado, ya que pueden tener efectos adversos en combinación con otros medicamentos, hepatoxicidad…
- La equinácea o la hierba de San Juan (hiperico) no se recomiendan porque pueden tener efectos adversos como alergias, problemas hepáticos, interacción con otros medicamentos…
- La manzanilla parece no tener riesgos, aunque en los posibles efectos se señalan posible exacerbación del asma, entre otros.
- El anís es aceptado en dosis muy bajas y un uso esporádico. Puede tener efectos adversos en pacientes con epilepsia y producir actividad estrogénica.
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