La cintura en los hombres y las caderas en las mujeres suelen ser, en general, las zonas más rebeldes a la hora de luchar contra la acumulación de grasa. Son las primeras en hincharse con las células adiposas y las últimas en dejar paso al músculo magro.
Las razones para la existencia de estas áreas malditas se explica en el libro «Lo que dice la ciencia para adelgazar…» y se deben a varios factores, entre los que también están los genéticos y la distribución corporal de algunas enzimas. Y otro de los que se menciona es el haber pasado por numerosos episodios de engordar-adelgazar, especialmente si han incluido el famoso «efecto rebote».
Un nuevo estudio ha vuelto a confirmarlo, «Effects of weight gain and weight loss on regional fat distribution«, en el que se ha observado que cuando de sube de peso, nuestro cuerpo crea nuevos adipocitos (células grasas) para «ayudar captando grasa» a los que ya están repletos y bien hinchados. Si las subidas de peso son cíclicas y repetitivas, por cada vez que volvemos a engordar se crean nuevos adipocitos que se van acumulando especialmente en esas zonas. El problema es que la creación de estas nuevas células se realiza con facilidad, pero su eliminación es otra historia. Aunque con una dieta adecuada se puede conseguir con relativa facilidad que reduzcan su tamaño, nuestro cuerpo no los hace desaparecer y tiende a conservarlos como medida preventiva para el futuro.
Fuente: Lo que dice la CIENCIA para ADELGAZAR