En 2012 se publicó en Internation Journal of Obesity el trabajo «Effect of dairy consumption on weight and body composition in adults: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled clinical trials» , analizando precisamente más de una docena de este tipo de estudios (sin diferenciar el tipo de lácteo, entero o desnatado) divididos en dos grupos, en función del tipo de intervención: Por un lado los que no incluían restricción calórica y por otro los que sí lo hacían.
Los resultados, según la variación del peso en relación con la ingesta de lácteos, en el caso de dietas con restricción calórica las personas que tomaron más lácteos adelgazaron más que los que tomaron menos. Y en las que no había restricción calórica no se identificó una diferencia estadísticamente significativa entre los que más lácteos, los que menos tomaron y la obesidad.
En el caso de la grasa corporal, en ambos grupos los que más lácteos tomaron consiguieron reducir más grasa corporal.
Y estos son resultados de la variación de la masa magra o muscular, aquellas personas que más lácteos tomaron consiguieron aumentar su masa magra, en ambos grupos.
Para completar el análisis, los resultados sobre el contorno de cintura, de nuevo en ambos grupos se observa una reducción del contorno de cintura entre los que más lácteos tomaban.
Por lo tanto, este meta-análisis de estudios de intervención ratifica las conclusiones de la revisión de estudios observacionales: Tomar lácteos no engorda, más bien al contrario.
Fuente, con gráficos en: Lo que dice la CIENCIA para ADELGAZAR