Los defensores de la agricultura ecológica argumentan que su disciplina es digna de todo respeto y que tiene una sólida base científica, a pesar del contrasentido del nombre, puesto que la agricultura nunca es ecológica. También argumentan que tanto sus prácticas como el reglamento que las regula están basadas en la evidencia científica. Esto es rotundamente falso puesto que el reglamento se basa en autorizar lo que es natural y rechazar lo que es artificial, algo que no deja de ser una aberración. No obstante disfrazar de ciencia algo que no deja de ser una pseudociencia tiene sus ventajas como poder utilizar departamentos universitarios y tener acceso a subvenciones, a pesar que la producción científica que se ajusta a los cánones establecidos (revisión por pares, factor de impacto) sea poca y de escasa relevancia.
Si realmente quieren ser considerados de forma seria como ciencia, creo que ellos son los primeros que deberían aceptar el método científico. Cuando uno va a una feria de productos ecológicos va a encontrar casi más paradas y talleres de Rei Ki, auras, antivacunas y demás tonterías New Age que de comida, por lo que no parece que se molesten demasiado en guardar las apariencias. En fin. Por suerte la mayoría de ecoconsumidores tiene el suficiente sentido común para cuando están enfermos ir a un médico o a un hospital de los de verdad, aunque eso implique venderse a la mafia de las grandes farmacéuticas que nos quieren matar a todos, aunque lo que venden suele ser más efectivo que la homeopatía o las hierbas mágicas (que por cierto, las venden más caras).
Como muestra de esto que estoy diciendo solo hay que ver lo que dicen los propios agroecólogos. Esto publicó[Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]:
Homeopatía y acupuntura para lograr vacas más felices y productivas.
Las jornadas de terapias alternativas en ganadería rompen mitos y abren mentes.
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