La deuda oculta detectada ya en Pescanova amenaza con dejar al grupo en una situación de quiebra técnica. Los 1.408 millones aflorados en una primera aproximación por la firma auditora, BDO, superan el patrimonio neto de la compañía a 30 de septiembre, cifrado en 756 millones. Pero la fotografía dista mucho de estar completa. Primero, porque los auditores aún no han tenido acceso a toda la documentación y temen que haya más deuda oculta, y segundo, porque junto a la deuda también puede haber activos no declarados por la compañía, con lo que el agujero sería inferior al volumen de deuda aflorada.
La banca y los auditores han llegado a la conclusión de que Pescanova escondía a través de sociedades pantalla participaciones en algunas filiales en el extranjero, de forma que solo declaraba una participación minoritaria para no incluir la deuda en su pasivo consolidado. Junto a ello, sospechan de operaciones de crédito documentario (utilizado en el comercio internacional) no declaradas que también engordarían el pasivo. Pero ni la auditora de Pescanova (BDO) ni la nombrada por los bancos (KPMG) han podido acceder a toda la documentación.
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