Según dice Susan, la naturaleza nunca se equivoca.
La fe de Susan en la naturaleza es tan grande que para alimentar a su hija tan solo le da el pecho. La niña (preciosa, por cierto) tiene ya un año y lo único que come es la leche de su madre. Como la naturaleza nunca se equivoca, no tiene sentido darle de comer otra cosa que no sea la leche que produce Susan.
El problema es que el pediatra no parece tener tanta fe en la naturaleza como Susan. Y le acaba de decir que tiene que darle algo más que leche. ¡Hombre de poca fe! No sabe que la naturaleza nunca se equivoca.
Dejando a la naturaleza a un lado, han llegado a un acuerdo: ella complementará la alimentación de la niña (tal y como recomienda la OMS) y el, por su parte, no llamará a los servicios sociales explicándoles lo extremadamente delgada que está su hija.
¡Verídico!
Fuente: Cuanta Ciencia