La directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, Zsuzsanna Jakab, ha instado a los gobiernos, ciudadanos y a la industria alimentaria a reducir el consumo de grasas saturadas, grasas trans, azúcares y sal y, por el contrario, a aumentar la ingesta de frutas y verduras.
Jakab se ha pronunciado así en la Conferencia Ministerial de la OMS sobre Nutrición y Enfermedades No Transmisibles en el contexto de la Salud 2020, que ha reunido en Viena a más de 25 ministros sanitarios. Allí, los responsables de Sanidad han analizado las principales estrategias para la lucha contra la obesidad y la mala nutrición, responsables de la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer.
En este sentido, la directora regional de la OMS ha solicitado a los diferentes gobiernos a llevar a cabo políticas que palíen los elevados índices de obesidad y a la industria alimentaria a que actúe de forma “responsable” a la hora de fabricar sus productos, que el etiquetado sea “claro” y que no comercialice aquellos ricos en grasas saturadas y trans, azúcares libres y sal en las comidas de los niños.
Del mismo modo, Jakab ha aconsejado a los ciudadanos que reduzcan el consumo de estos alimentos, lean las etiquetas y elijan “conscientemente y responsablemente” aquellos productos que están sujetos a las recomendaciones de salud pública.
Se han hecho progresos enormes en los últimos 30 años en otras áreas de salud pública como en el control del tabaco. Por tanto, es el momento de aplicar el mismo compromiso con la lucha contra la epidemia de la obesidad.
Y es que, esta enfermedad está aumentando en toda Europa, siendo especialmente preocupante en el caso de los niños. De hecho, se estima que un tercio de los más pequeños y la mitad de los adultos padece sobrepeso u obesidad, siendo más proclives a sufrir problemas de movilidad, baja autoestima y enfermedades cardiovasculares.
Concretamente, según la OMS, el 60 por ciento de los niños que tienen sobrepeso antes de la pubertad tendrá sobrepeso en la edad adulta; y aquellos que pertenecen a familias con bajos ingresos son más propensos a ser obesos. Además, la obesidad representa entre el 2 por ciento y el 7 por ciento de los costes sanitarios, sin incluir los gastos indirectos derivados de la pérdida de productividad laboral.
Fuente: Alimentariaonline